13: Vidas

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Hoseok pasaba el aspirador por los cuartos. No le hizo falta tocar la puerta de Jimin, pues este salió malhumorado de ella, directo al aspirador.

—¡El puto cacharro de los cojones! —gritó, pegándole una patada.

—¿Eres subnormal? —preguntó Hoseok y luego le puso un dedo sobre los labios a Jimin— Espera, es retórica, no respondas.

—Te voy a matar —lo amenazó Jimin, cogiendo con fuerza su muñeca —. ¿Cómo se te ocurre pasar el aspirador a estas horas?

—Sólo son las seis.

Jimin cogió el aspirador del suelo y lo levantó sobre la cabeza de Hoseok. Este le pisó el pie y Jimin, del daño, soltó el aspirador, haciendo que cayera al suelo con violencia.

Ambos se quedaron inertes, mirando el agujero que acababan de hacer en el suelo.

—Entraron a robar. —sugirió Jimin.

—Muy típico. Te caíste al suelo.

—No estoy tan gordo. ¿Estabas moviendo muebles?

—¿Qué clase de excusa de mierda es esa? —dijo Hoseok, extrañado.

—Es verdad, mejor decir que estabas tocando mucho los cojones con el aspirador.

—¿Tan raro es pasar el aspirador a las seis de la tarde?

—¡Estaba durmiendo!

—Pero si casi siempre estás durmiendo. Y no lo entiendo, con lo hiperactivo que eres...

—Por eso debo dormir mucho, porque hago demasiadas cosas.

—Pero nada para ayudar, y me estás aburriendo —concluyó Hoseok, y sacó el aspirador del agujero que había hecho en el suelo para llevárselo escaleras abajo —. Ojalá te reconcoma la mugre de tu cuarto.

Jimin apretó los puños y los fue destensando a medida que veía a Hoseok bajar las escaleras.

Relajó del todo su expresión cuando desapareció. Se acarició el pelo.

—Hemos vuelto a la normalidad... ¿No era lo que querías?

Miró al techo y respiró hondo. Se metió de nuevo a su cuarto, sin saber que lo que acaba de susurrar había sido perfectamente audible para Hoseok.

—Dijiste que te encantaba mentir... —susurró Hoseok para él mismo desde el piso de abajo— Esperaba que esa afirmación no fuera otra mentira.

Las cosas al parecer cambiarían sí o sí. Estaban esperando un hermanito y no podrían ni siquiera comportarse como hasta ese momento lo estaban haciendo. Debían cuidarlo, quererlo, enseñarle bien las cosas. Y, sobre todo, demostrarle lo maravilloso que era tener algo parecido a un hermano. Eso era algo que sólo habían podido descubrir una vez se habían ido a vivir juntos, porque ambos eran hijos únicos.

***

Los meses fueron pasando y todo siguió normal. Las peleas cada vez eran menores, pero no porque se llevaran mejor, sino porque ya no encontraban nada que los avivara. Habían usado todo tipo de trampas, de juegos sucios, de insultos. Y lo único que querían los dos era provocar otra situación erótica que los llevara a lo que de verdad deseaban.

Pero, a los cuatro meses, sucedió una tragedia inexplicable.

Jimin y Hoseok llegaron a casa del instituto, dándose la casualidad de que habían coincidido al volver.

Los gritos se oían desde fuera de la casa, así que entraron preocupados. Y lo primero que vio Hoseok al entrar fue cómo una silla estaba siendo arrojada contra el cuerpo herido y asustado de su madre, acorralado en una esquina del salón.

—¡Mamá! —gritó Jimin, apartando a Hoseok de encima, que estaba en shock, e interponiéndose entre su padre y la madre de Hoseok.

—Oh, Jimin... —dijo su padre, sudando de los nervios— ¿No te recuerda esto a algo?

Jimin apretó los dientes y la cólera invadió su cuerpo en cuestión de segundos.

—Mamá... —susurró Hoseok, y las lágrimas empezaron a salir de sus ojos. Fue corriendo hasta ella y se agachó para comprobar su estado. Le estaba sangrando la entrepierna — No...

Jimin no esperó un segundo más y se abalanzó sobre su padre para empezar a pegarlo como nunca antes había pegado a nadie.

Hoseok llamó a una ambulancia y para cuando esta llegó, Seohyun estaba en muy mal estado, Dongryul seguramente tuviera varios huesos rotos, pues no podía moverse y Jimin tenía la cara y las manos destrozadas y ensangrentadas.

Fueron llevados rápidamente a urgencias. Taehyung apareció a la media hora, buscando ansioso a Hoseok. Cuando lo vio fue corriendo hasta él y lo envolvió en un cálido abrazo.

—Todo estará bien, no te preocupes...

—Tae... No sé que está pasando, estoy asustado.

—Shh... Tranquilízate, estoy aquí.

Estuvieron así hasta que una enfermera salió a la sala de espera y le pidió a Hoseok que lo siguiera. Esta lo llevó hasta donde estaba el doctor.

—¿Es usted el hijo de la pareja? —quiso comprobar el doctor.

—De ella.

—¿El otro chico es su hermano?

—Como un hermanastro. Él es hijo del hombre.

El doctor revisó unos papeles y volvió a mirar a Hoseok, esta vez con el mayor grado de empatía posible.

—Siento comunicarle que su madre ha abortado al bebé.

El mundo de Hoseok se hizo trizas. Lo sabía, claro que lo sabía, pero oírlo de otra persona era una cosa muy distinta a simplemente saberlo.

—Ella está en mejor estado, al parecer no tiene nada roto, sólo un trauma cerebral leve que podrá tratarse sin problema.

Hoseok quiso preguntar sobre los demás, pero el médico se adelantó a sus deseos.

—El hombre tiene algunas partes bastante dañadas y tendrá que ser sometido a varias operaciones. Y el joven ha perdido mucha visión en su ojo derecho.

No. No puede ser.

Hoseok empezó a llorar. El médico le ofreció amablemente un vaso de agua.

Después de unas horas, le dejaron pasar a la habitación de su madre. Se sentó en una silla al lado de su camilla y cogió su mano para acariciarla.

—Mi niño... —dijo ella, sonriendo con lágrimas en los ojos— No llores.

—Mamá, ¿que está pasando?

—No congeniábamos tan bien como creía.

—No se lo perdonaré. Nunca.

—Hoseok, ya se ha acabado todo. No hay razón para seguir con ello. Nos iremos de sus vidas, a casa de la tía.

Irnos de sus vidas...

—¿Y Jimin?

—Jimin es su hijo, Hoseok.

—No pienso dejar que se acerque a él. Mamá, llevémonos a Jimin con nosotros.

Seohyun sonrió y acarició la mejilla húmeda de su hijo.

—Te has enamorado de él, ¿no es así?

—No puedo vivir sin él.

—Mamá prometió hacerte feliz con todo lo que pudiera, así que siempre estaré aquí para cumplir tus deseos.

Hoseok abrazó a su madre con cuidado.

—Pero tendremos que esperar a que cumpla la mayoría de edad.

Hoseok asintió, no había otra opción. Jimin cumpliría la mayoría de edad en un año y medio.

Se preguntó qué sería de sus vidas en todo ese tiempo. Tendría que estar separado de él por un año y medio, y dejarlo a cargo de su padre. Ideas horribles se le pasaron por la cabeza, pero decidió confiar en que nada podría ser más trágico que lo que acaba de pasar en sus vidas.

JiHope ➼ Compartimos techoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora