No eres el primero

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Estoy en el estudio, junto con la batería improvisando algo del momento, esperando a que los chicos llegaran para grabar el último demo. Ya son casi dos horas de retardo.No sé que estarán haciendo, aunque es casi predecible. Axl, seguramente estará viendo alguna película y espera a que termine.
Me aburro, pues no hay nadie aquí con quién charlar siquiera. Entre la pila de casetes y discos encuentro un que me recuerda los viejos tiempos. Si, adivinaste.

Un polvoriento y olvidado disco de vinilo, el sujeto era Dylan. Lo pongo en el toca discos y a duras penas se escucha bien, pues, como dije, ya estaba algo viejo. Tres canciones y comienza aquella que me da nostalgia al escuchar el primer arpegio G, D y C. (Sol, Re y Do)
Y me pongo a pensar: Hace tiempo que no interpretamos esa canción, ni siquiera la melodía. Esos cambios que le hicimos en bachillerato junto con los demás chicos ahora me suenan absurdos, tontos, sin coherencia, pues simplemente, éramos unos niños.
Cuando Axl tocaba el piano al borde de la emoción, cuando Bryan y Richard compartían miradas con Ian, y cuando yo no dejaba de ver a mi primer amor, Amy. ¿Qué será de ella ahora? No lo sé.
Pero eso fue hace ocho años.

Escucho la misma estrofa una y otra vez, analizando.

Feels like I’m KnockinOn heaven’s door
Knock- Knock- Knocking’ On Heaven’s Door...

Joder, quiero un cigarrillo. Enciendo uno y parece que fue una alerta, porque entra Geffen junto con Duff y Steven.

—¿Tienes un cigarrillo? ¿Cigarrillo? ¿Tienes un cigarrillo?

—Ten Steven, calma tus impulsos.

—Hey, yo también quiero uno. Dame.

Al hacer la repartición, David solamente nos miraba con ironía. Le daban risa nuestros problemas, pero no nos afectaba en lo absoluto.

—¿Qué tiene? No les estoy vendiendo drogas... Ilegales. —Respondo.

—Ya lo sé Stradlin —al parecer es el único al que le permito que me llame así — Sólo que me da algo de risa verlos tan jóvenes y que ya estén en estos vicios.

Estúpido Geffen. Guardo el comentario.

Estoy irritado. No he dormido bien en varios días, las náuseas son constantes,estoy más alterado que nunca. Incluso he considerado darme un respiro con esto de las grabaciones. Vaya pérdida de tiempo.

—Izzy, ¿que escuchas? —reclama Duff —Quita esa mierda y vamos a poner algo cool.

No, Bob Dylan es lo que necesito ahora.
Para el toca discos y pone esa banda de Rock que no tiene algo melódico en sí, sólo los mismos acordes en quinta repetidos una y otra vez, todas las canciones suenan iguales. Joan Jett, Ramones, ya estoy harto de lo mismo. Yo nunca puedo disfrutar a gusto algo, siempre tienen que interrumpir.

«Hey oh, let's go»

Por cuarta vez escucho esa maldita estrofa, ¿es qué no pueden dejar esto en paz un momento?
Steven estaba fastidiado, cansado. Llevaba cajetilla y media de cigarros. Duff miraba por la ventana.
Slash bebía su botella de Jack e iba constantemente al baño, a los demás no les interesó tanto. El último en llegar derramó la gota del vaso.

—¡Ya llegué! —olía a cigarrillo y a litros de cerveza. —David, luces encantador hoy... ¡Steven! ¿te he dicho que eres un engendro fastidioso? Yo no soy fastidioso, tú eres el que fastidia al mundo.

—¿Dónde estabas? Ya son casi cuatro horas de retardo, llevas así cinco días seguidos.

—Hey, tranquilo naricitas, no es mi culpa querer salir con mi novia un momento y...

—¡Nunca es tu culpa Axl! Te importa más tu novia Erin que nosotros... ¡Te valemos un carajo!— levanté la voz.

No sé si me salí verdaderamente de control, pues hasta Slash se sobre saltó.

Discutimos. Discutimos un largo rato, sólo él y yo. Nadie se metía, nadie decía nada, como si no importara. Y la verdad es que es cierto: aquella pelea era algo tonta por una parte, pero siendo honesto sí que me molestaba que cuando llegaba una chica, Axl se olvidaba por completo de nosotros.

—Mira, cabrón —espeta, recogiéndose un mechón de cabello de la cara. Qué diva—, no es mi maldita culpa que tú no puedas mantener una relación con alguien por más de cuatro meses, así que ya deja tu pinche envidia a un lado y alégrate por mí, carajo.

Duff toma la iniciativa de detener esto. Mejor tarde que nunca. Es increíble que el dueño de este lugar no haga caso al desorden que se está armando.
—¡Axl! Creo que es necesario que te vayas, ahora. —regaña Duff.

—No puedes hacer eso. —se ofende — Yo soy el maldito líder aquí y no...

—¡Ya escuchaste imbécil! —resonó la voz de Slash —Si, el maldito y estúpido líder, pero... Últimamente no aportas nada. —da un suspiro profundo —Vete de Guns N' Roses.

Cuando dijo esto lo vi palidecer, su cara de estupefacción y confusión. Nos mira a todos indignado, sale por patas y azota la puerta. Nadie creía escuchar algo así de Slash. Ni siquiera el mismo.

No podía con la presión de mi mente, todos me miraban con intriga, como si fuese un desconocido. No soy el primero que explota aquí, ni seré el último. Pues conociendo el carácter aquí de cada uno... No sé. Ya no soportaba a los demás aquí, necesito calmarme, salir ahora, tener la mente fuera.

Salgo del edificio y golpeo lo primero que veo, un contenedor. Enciendo el sexto cigarrillo del día.

Primer calada. Un coraje interminable invade mi hígado. Segunda calada. Me resigno a que Axl siempre fue y será así. Tercer calada. Duff sale de la puerta apresurado a buscarme. Lo intento evitar adentrándome en un callejón de ahí. Pero me acorrala.

—¿Qué esperas? Sácame de la banda también. —desafío.

El niega con la cabeza mientras que se va acercando un poco más y se deja caer sobre una escalera, enciende un cigarro y fija la mirada en una lata de soda tirada ahí enfrente. No sabía cómo reaccionar, si salir huyendo o esperar a que diga algo. Su tranquilidad de ese momento me asustaba un poco. Toma palabra.

—Tú...—señala con el cigarrillo en mano— no eres así. Desde que te conocí, hace más de dos años, siempre has sido la sombra de Axl. Ahora algo está cambiando dentro de ti, y tú no lo sabes Jeffrey.

Estoy congelado, pues charlar con alguien ahora no creo que sea conveniente. Duff sabe lidiar conmigo, aunque casi no me conozca.

—Bien. ¡Aah! —estira y se levanta. —Si no me dices nada, con tu permiso, me retiro.

—Michael... —para en seco. —¿Tu crees que Erin sea una mala persona? Es decir, ¿que sólo lo quiere porque es guapo y que pronto tendrá mucho dinero? O tal vez sean mis celos de que que...

—Tu mejor amigo te deje.

Exactamente.
Nos miramos fijamente, sin intercambiar palabra alguna. Después me acerco y él me abraza amistosamente por el hombro, para dirigirnos juntos a casa. Se acerca algo a mi oído y se disculpa.

—Viejo, perdona por quitar a Bob Dylan y poner mi mierda. No a todas las personas les gusta lo mismo que a mi.

Ojalá así fuera Axl, que admita sus errores. Pero no puedo cambiarlo, y aunque pudiera, no lo haría porque así lo quiero, así quiero a mi mejor amigo.

Espero que no se tome enserio eso de salir de la banda.
Porque a fin de cuentas, es todo lo que somos.

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A mi si me gusta Joan Jett  y Ramones cx

You Could Be MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora