Capítulo 10 "A veces la cobardía nos evita de hacer errores fatales"

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Capítulo 10 "A veces la cobardía nos evita de hacer errores fatales"

La cosa con los Lynch es que eran amigos de mis papás. Y ellos amaban a mi asquerosa, rota y maldita familia. No entendía cómo podían amar a dos personas tan estúpidas, aburridas, cerradas de mente y que se odiaban entre sí, además de que trataban horrible a su hermosa e inocente hija (yop—okay, ni tanto, pero soy un amor y ellos me tratan como basura; eso no es justo en ningún sentido).

Así que, cuando me dejaron en mi casa y vieron a mi padres, los invitaron a una comida el viernes por la tarde en la nueva casa de los chicos. Ellos accedieron, claro, después de ponerme en ridículo frente a todos diciendo lo mala chica que era, y repasar cada "defecto" de mi vida, remarcando lo irresponsable, estúpida y droga-adicta que era. Honestamente, me vale cuando hacen eso; por lo general pienso en otra cosa y no les pongo atención, pero esta vez lo hicieron frente a mis "otros padres" (los Lynch) y sólo quería enterrarme once mil metros bajo tierra.

No contesté, no hice actos obscenos, ni maldije por lo bajo, sólo me levanté, y cabizbaja, me fui caminando a mi cuarto, en silencio y lo más lento posible. Una vez en mi pieza, cerré la puerta con tanta fuerza que los CDs en los estantes cayeron.

Deslicé mi espalda por toda la pared hasta que mi trasero tocó el suelo, puse las rodillas en mi pecho y escondí mi cara en medio de ellas, arañando mis brazos y llorando como una estúpida.

Sí, soy una irresponsable. Sí, soy una estúpida. Sí, era una droga-adicta. Sí, soy una alcohólica. No sé convivir si no he ingerido al menos 2 shots, no soy divertida, soy agresiva, la gente corre de mí, no les gusta mi compañía, he pasado por cosas que nunca quiero volver a pasar, esas cosas las hago yo a otros. Soy una basura, lo sé, quiero detenerme, pero no puedo, no puedo porque debo de evitar sentir, no debo de dejar caer la barrera que he construido por años, no puedo mostrarme débil ni inferior.

Sí, era todo lo que odiaba.

Sí, me odio a mí misma.

Sí, deseo morir.

En un desesperado momento, me levanté, pateando lo que encontraba en mi camino. Cuando llegué a mi escritorio, abrí el primer cajón, sacando todo lo que había ahí hasta que encontré la navaja de 6 pulgadas. La tomé entre mis manos temblorosas, viendo el filo que tenía y admirándolo. Era tan bella.

Con el corazón latiendo fuertemente contra mis costillas y las lágrimas nublando mi vista, tomé la navaja del mango y la lancé con fuerza a la pared, justo arriba de la cabecera de mi cama, donde se quedó clavada firmemente.

La retomé, pasándome la punta por la lengua, sintiendo un piquete de dolor y degustando el típico sabor metálico de la sangre. Volví a dispararla otras seis veces contra diferentes sitios de la pared, arrojando la cuchilla con todo el enojo y la tristeza que recorría mi mente y cuerpo.

Lo siguiente que hice fue hundirla en mi cama, atravesando la tela y empuñando el arma para después traerla hacia mí de tal manera de que rasgara el colchón. Dentro de éste, entre la espuma que rellenaba la colchoneta, estaba lo que buscaba.

Una caja tapizada de cuero negro. La tomé y la abrí.

Dentro descansaba una pistola y unas pocas municiones a su lado.

Agarré el arma semiautomática de la empuñadura y puse el cañón contra mi cabeza. Tiré del gatillo.

Oh, si tan sólo hubiese tenido el cargador puesto.

Algún día lo haré. Dejaré la cobardía detrás y lo haré. Lo prometo.

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LA COSA MÁS CORTA DEL MUNDO, OK, PERDÓN. TRATARÉ DE PUBLICAR OTRO SP PRONTOO. BTW ES EL TÍTULO DE CAP MÁS LARGO DEL MUNDO ahre

ATTE: Andrea

Addicted to your poison | R.L.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora