Capítulo 12 "Soltar"

28 4 2
                                    

Capítulo 12 "Soltar"

     Mia se agacha hasta el suelo y vuelve a ponerse de pie lentamente, su corto vestido de licra subiendo hasta sus caderas y enseñando todo lo que se puede enseñar en unas bragas negras de encaje. Eso atrae a más hombres a nuestro alrededor, y para que ella no me opaque, hago lo mismo, sólo que, en vez de subir por completo, apoyo mis manos en mis rodillas y muevo mis caderas en contra de la entrepierna de un chico detrás de mí.

     Todos, hombres y mujeres, vitorean. Otro chico llega y siento sus manos en mis caderas, manteniéndome en mi lugar sin moverme y golpeando torso contra mi trasero, como si de embestidas se tratase. Como lo dominante que soy, después de un tiempo, lo empujo contra el suelo, él cae y golpea su cabeza duramente contra el piso, pero si sintió un dolor, no lo muestra. Me siento encima de él, moviéndome al ritmo de la música sobre su abdomen, el cual es tan duro como una roca.

     Volteo y veo que Mia sigue mis pasos, como una fiel perrita ante su dueña. Sonrío y me pongo de pie. Tomo la punta de mi vestido y lo levanto por mi cuerpo, después encima de mi cabeza para al final despojarlo por completo de mi piel y quedarme tan solo en la lencería que uso. Es roja y casi diminuta, cuando la vi en Victoria's Secret había quedado enamorada y la compré al instante. Todos vuelven a gritar, al momento de que lo lanzo lejos y muevo mis caderas con más fuerza.

     Por un momento hago contacto visual con unos ojos familiares y cuando me doy cuenta de a quién pertenecen, caigo de trasero al suelo, el alcohol y lo rápido que todo ocurre tiene efecto, mareándome y antes de darme cuenta, estoy vomitando encima del tipo en el piso.

     Rápidamente la bolita alrededor de nosotras se disuelve, dejándome a mí, a Mia y al tipo —quien se queja de mil maneras lo asqueroso que es, llamándome de nombres— solos. Y esa persona se ha ido con los demás.

     Me pongo de pie y corro, en busca de él. Y lo encuentro, recargado contra la pared, sus brazos en jarras y sus ojos observándome desde lejos. Es cuando me hago consciente de cómo estoy: casi desnuda, con el cabello lleno de vómito y mi corazón latiendo tan fuerte contra mis costillas que me duele el pecho. La respiración se me corta y sostengo su mirada unos segundos, segundos que parecen ser eternos.

     Me acerco a él con rodillas temblorosas, haciendo caso omiso de los gritos de Mia detrás de mí. Cuando estoy frente a él, me mira de pies a cabeza y silenciosamente, me pongo a un lado de él, recargándome también en la pared y volteando mi rostro hacia el de él.

     -Supongo que tenía que verlo con mis propios ojos para creerlo -dice, clara la decepción en su tono de voz.

     -¿Tan bajo he caído, Riker? -pregunto, pero sé la respuesta y él sabe que yo sé, así que no dice nada, su vista aún a lo lejos-. ¿Quién te lo dijo? ¿Ross?

     -No importa, Tess -me mira y en sus ojos puedo encontrar empatía.

     Empatía. Se siente mal por mí. No necesito su empatía, no necesito nada de él. Bueno, sí, todo, menos eso. Entonces, las barras, que, por un momento habían estado en el suelo, vuelven a subir y, sin pensarlo, estoy diciendo:

     -Pues no necesito que vengas tú a verme de esa manera. Soy así, ahora. Cambié, pero fue necesario.

     -¿¡Necesario?! ¿Necesario para qué, Tessa? ¿Para degradarte a ti misma?

     -¿Degradarme? ¿Si fuera un hombre, sería un "campeón", pero si es una mujer, sólo se degrada?

     -¿¡Qué mierda estás diciendo?! ¡No pongas palabras en mi boca que yo no dije! Me conoces, infiernos, sino. Esto no es machista, esto habla de la integridad de una persona, de su moral, de hacer lo que está bien. Yo sabía, maldición, sabía que no eras así. ¡Pero lo eres! ¿En qué otra cosa estás mintiendo? ¿Te conozco todavía?

     -No te atrevas a hablarme de la integridad de una persona y mucho menos de moral, imbécil -mi voz flaquea mientras lo golpeo en el pecho con mi dedo índice. Mis ojos queman y toda la adrenalina de antes se esfuma para dejarme hecha un desastre.

     -¿De qué hablas? ¿Cómo es que yo no puedo hablar de eso? No he hecho nada malo, ¡demonios!

     Tenía razón. Él no ha hecho nada malo y dudo que alguna vez lo haga. Riker siempre ha sido una gran persona con un gigantesco corazón y no merecía el trato que le estaba dando.

     Pero..., ¡mierda al que me diga qué hacer con mi puta vida o que me hable de lo que está bien o mal!

     -Lastimas a las personas, Tess -su voz se suavizó, su expresión más tranquila-. Todo lo que hagas con tu vida, no sólo te afectará a ti, le afectará a muchas personas y eso me incluye a mí, y a toda mi familia... pero, si eso es lo que quieres, adelante, hazlo. Haz lo que quieras con tu vida.

     -Esto es lo que menos necesito -mi voz sonó más débil de lo que esperaba, pero proseguí: -, no tengo cinco años. No uses psicología inversa en mí. Ninguna psicología funciona en mí -agregué en voz baja.

     -Sólo estoy preocupado por ti, hermosa -su mano viaja hacia mi mejilla y con sus fríos y delgados dedos acaricia mi piel cuidadosamente.

     -No necesito que nadie se preocupe por mí -me separé bruscamente.

     Saqué un suspiro de frustración, empuñando mis manos y cerrando mis ojos. ¿Qué es lo que me estaba pasando? ¿Qué era lo que sentía en mis entrañas, como si fueran mil explosiones ocurriendo en mi cuerpo?

     -Soy fuerte e independiente. No necesito a nadie -agregué después.

     Cuando lo volví a mirar, tenía una gran sonrisa extendida en sus labios. Puso sus brazos en jarras y arqueó sus cejas. Después pasó su lengua por sus labios y rió.

     -Nunca dudé que fueras fuerte, mi pequeña feminista rebelde -golpeó con cuidado mi hombro, juguetonamente-. Pero hasta la persona más, más, más fuerte, es débil también. ¿Y sabes por qué? Porque todos somos humanos, Tess. Y es válido que necesitemos a alguien. Todos lo necesitamos.

     Bueno, eso fue una gran patada en mi orgullo.

     Pero estaba bien, porque tenía razón.

     Entonces, me solté en llanto.

     Y Riker me sostuvo. Y todo estaba bien. Porque lloraba, y lo soltaba todo. Pero hubo algo que no pude soltar, porque si sacaba eso, todo se derrumbaría. Todo lo que soy, sería mierda. Y no podía dejar que pasase eso.

___

GRACIAS POR SEGUIR CONMIGO Y MIS INCONSTANTES UPDATES. NO SE PREOCUPEN, NO LA CANCELARÉ NI NADA POR EL ESTILO, A MENOS DE QUE AVISE. PORFA COMPARTAN CON SUS AMIGXS. GRACIAS POR LEER!

-ade 

PSD: tengo una nueva cuenta donde subiré fanfics pero de fandoms emos (ah) si quieren leer, pueden ir al perfil, que es: @peachylipsx

Addicted to your poison | R.L.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora