Capítulo 5 "Un poquito"

231 8 0
                                    

—Iré con Destiny —dijo Ross, rascándose la parte trasera del cuello, pero se quedo parado frente a nosotras, como si de último momento cambiaríamos de decisión y le pediríamos que se quede con nosotras.

—No —digo yo, con el ceño fruncido. ¿Qué le pasaba? ¿Estaba loco? —Tú no irás con ella —vuelvo a decir. Algo se iluminó en su rostro. —, tú te vas ahora —señalé la puerta principal.

—¿Te pregunte que si podía ir con Destiny? No lo creo.

¿Qué le pasa al tipo? El nunca me había contestado. ¡Y menos de esa manera! ¿Por qué lo hace ahora? Esta raro, bueno, más de lo normal. »Para mí que quiere que le des unas buenas nalgadas«, dice mi yo interior. No. No es tan suertudo: le respondo.

—No, no me lo preguntaste. Pero YO —remarqué la última palabra, poniéndome de pie— te estoy diciendo que no puedes ir con ella —dije lentamente, como si estuviera hablando con un niño de cinco años, diciéndole que es malo robar dulces. —así que TÚ —clavé mi dedo índice en su bien marcado y fuerte pecho —no te le acercas.

—¿Desde cuándo me mandas? —Ross contraataca. Mi boca cae un poco, en asombro. Me volvió a responder. Cerré mi boca inmediatamente y elevé mi voz, enojada, y dije:

—Desde siempre, cariño. No te hagas el estúpido, todo el mundo sabe quién es el sumiso aquí —grité. Su cara estaba roja de vergüenza.

Me acerqué un poco más a él y le di un beso en la mejilla, el sonrió. Reí un poco y a continuación lamí su cachete.

—¡Una lengua en su cachete y se excita! —gritó Mía a carcajadas.

—¡Hey, Destiny! Creo que tu tipo este anda de calientucho —grité igualmente, a carcajadas. Mía estalló aún más y casi cae a la piscina.

—Vamos a ver quien se calienta —dijo para después agarrar mi cara, sus suaves dedos rozaron mis sienes e inclinó mi cabeza un poco y me dio un beso en la mejilla. Nada. Ni el más mínimo rojo en mis mejillas. Fue como si sólo un viento rozara mi cara.

—Me dejaste excitada, Rossybear —dije entre-risas.

—Ahora, __... dime —Mía dijo —¿Quién se sonrojó con tan solo un beso en la mejilla? —dijo y después la dos gritamos al mismo tiempo “¡Ross!” y reímos. 

—Cierren la boca —Ross puso sus ojos en blanco.

­—¡Uuuy! ¡Que miedo! —exclamó Mía con sarcasmo. —Mejor me voy a mi casa —reí junto a ella.

—Adiós, Mims —me despedí de ella.

Mía se dirigió a la casa, con exagerados movimientos de caderas, llamando la atención de un chico desnudo en el suelo. Este se levantó de inmediato, caminando detrás de Mía mientras que le decía cosas en el oído, pero ella sólo le mostraba la palma de su mano, ignorándolo por completo. Modo Diva On, como diría ella.

—Iré con Des —dijo Ross cuando Mía desapareció de nuestra vista.

—¡No lo harás! —grité exasperada.

Pero hizo caso omiso a mis palabras y entró a la casa, corriendo, para que no pudiera alcanzarlo. »Con que quieres que te persiga«, mi interna yo y yo reímos juntas. Salí corriendo tras él, mientras el canturreaba algo como “__ no me va a alcanzar. __ es lenta como una tortuga”. Comencé a reírme y corrí aún más veloz.

Alargué mi brazo y tomé de su camisa, la cual jalé. El estalló a carcajadas y calló sobre unos cuerpos, y como estaba agarrada de su camisa, caí junto a él.

Addicted to your poison | R.L.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora