Capítulo 7 "Aterrada"

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Mi mirada se topó con un brilloso carro rojo al momento de salir de mi casa. Era un Toyota Supra 2014, llamando la atención de mi ojo-crítico-de-autos-caros-y-preciosos. Con tan sólo mirarlo, sentí su suave volante acariciando las palmas de mis manos. Los detalles eran tan ligeros como la seda.

--¡Pido manejar! —me giré hacia Ross, apuntándolo con mi dedo índice. 

--Nadie toca mi carro, dulzura —me guiñó un ojo. Maldito.

--Me vuelves a llamar dulzura y haré de tu pene un licuado y lo venderé en Las Vegas —lo amenacé—. Y no te estoy pidiendo permiso, idiota —arrojé.

--Será el licuado más vendido de todos los tiempos —dice él.

Ruedo los ojos ante su comentario. Veo a Destiny teniendo arcadas y suelto una gran risotada. »Pobre, pobre niña inocente«, suelta la voz en mi cabeza.

--Bueno, al menos quiero ir adelante —dije, dando un vistazo al rostro fruncido de Destiny.

--¿Sólo quieres molestarme, verdad?  —me interrogó ella.

Me encogí de hombros. Pero sí, el 99.9% era para ser una piedra en el zapato de ambos, Ross y Destiny. Y el otro 0.1% era porque odiaba ir en los asientos de atrás como niña obediente. Ross soltó una pequeña risita. ¡Marihuana!, éste chico era raro. Por la mañana era un doctor amenazándonos con que si seguíamos fumando tendremos cáncer, después era un chico que sólo se quiere divertirse, corriendo de una sádica chica (yo) entre cuerpos desnudos cubiertos con vómitos y líquidos corporales, después el mismo patético chico que odio, defendiendo a su chica de todo lo que digo, para finalmente, reírse de las jugadas que le hago a su chica. Extraño. Y estúpido.

Ross quitó los seguros del carro para que pudiéramos subir. Corriendo a la puerta del copiloto, la abrí y me incorporé en el asiento, para después cerrar con llave mi puerta, para que Destiny no pudiese quitarme el lugar. Pude ver como ella ponía los ojos en blanco y se subía en el asiento trasero.

--No puedo creer que haya cedido mi lugar a una niña de cinco años —murmuró más para sí misma. Sonreí victoriosa, y le enseñé mi dedo corazón.

--Pensé que te gustaban los niños pequeños —comentó Ross con una sonrisa en el asiento del piloto, introduciendo la llave.

--No los caprichosos —le contestó ella de vuelta.

Reí.

--La próxima vez que ponga mi trasero en este auto, será en ese asiento, eh —le dije a Ross, con una ceja arqueada.

--Sigue soñando —dio una suave risa.

Encendió el auto y comenzamos a movernos. De la radio se escuchaba una canción de Green Day, la cual Ross y yo la cantábamos a gritos, mientras que Destiny se mantenía desde el asiento trasero, probablemente teniendo una migraña. Ella era completamente propia. Ew.

En cuestión de unos diez minutos, nos encontrábamos frente a una casa de una planta, pero estrecha y muy grande. Estaba pintada de color verde caqui, y tenía detalles blancos. El jardín en el patio delantero estaba lleno de plantas coloridas y tenía arbustos en forma de distintos animales. »¡Marihuana! ¡Eso es profundamente patético! «.

Mis ojos se trasladaron a una ventana; en dónde se podía percatar un cuerpo brincando emocionadamente. Reconocí inmediatamente la silueta del conejito energizer. Rocky. Sonreí como idiota. La puerta principal estaba abierta de par en par. Al igual que la cajuela de la camioneta Van que tenía frente a mí. Me imaginé que estaban a punto de salir.

Aún encendido el auto, me bajé de éste y corrí a la puerta. Pasé por ésta y vi una imagen que no había visto hacía años. Rocky estaba brincando en alguna especie de trampolín pequeño, mientras que Rydel tocaba el teclado de forma uniforme (al parecer nada más estaba tocando teclas al azar). Riker salió de la cocina cantando a gritos una canción de Neon Trees al momento de hacer un baile completamente ridículo. 

Addicted to your poison | R.L.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora