Mentiras

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Para aclarar; las historias no tienen nada que ver entre ellas. Lo digo por si hay alguna confusión al leerlas.
Además están escritas en mis horas muertas (en el tren..) así que perdón por la incoherencia que puede haber en los relatos.
Dicho esto, os dejo el siguiente.

Izuku dejó la bandeja con la merienda en su escritorio y casi derramó los zumos que había en ella.
Estaba temblando.
Y esque no todos los días tienes al chico que te lleva insultando día si y día también en tu cuarto.

Observó como Katsuki devoraba las galletas y se bebía el zumo.

Sus madres estaban reunidas abajo, ellas habían seguido en contacto todos esos años y de vez en cuando se veían para hablar de sus cosas. Solo que esa vez Bakugou había sido arrastrado por su madre.

Los dos jóvenes se quedaron en silencio hasta que Bakugou terminó de merendar.
Cuando Izuku fue a coger galletas ya no quedaba ni una.

-Sería capaz de ver tu estúpida cara cada tarde por estas galletas.

El peli-verde no supo que responder a eso así que se limitó a beberse el zumo.

-¿Quieres jugar a algo? -Izuku le señaló la consola que tenía cerca del monitor de su ordenador-.

Pero el rubio no respondió, solo se le quedó mirando.

-Quiero saber algo, Deku.

El joven tragó y esperó con algo de miedo.

-¿Por qué me has mentido todos estos años?

Entonces notó un deje de dolor en la voz de Kacchan, ¿o era su imaginación?

-Kacchan, ya te dije que no te he mentido... Te expliqué que este poder me lo dieron y... -Izuku intentó explicarse temiendo que lo que dijera pudiese causar explosiones en su cuarto-.

-¡Para! -Bakugou se levantó enfadado y dolido- Tú eres Deku, el gilipollas bueno para nada, el Quirkless, el débil. O eso se suponía. Ahora resulta que de la nada tienes Quirk. ¿Por eso estabas tan empeñado en entrar en Yuei? Te tenías bien callado tu as en la manga, hijo de puta.

Bakugou atrapó a Izuku entre su cuerpo y el escritorio y acercaba su puño derecho peligrosamente.

-K-Kacchan... ¿Qué puedo hacer para que me creas? -Izuku miró directamente a los ojos del rubio, intentando transmitirle su sinceridad-.
-Nada. Ya no te creo, mentiroso de mierda.

Cuando Bakugou estaba ya a punto de salir de la habitación Izuku le cogió del brazo.

-No te he mentido y nunca lo haría Kacchan. -Dijo con lágrimas en los
ojos-.

Lo que más le dolía de tener el poder de All Might no eran las lesiones físicas que sufría cada vez que usaba el poder (que también), si no el no poder decir nada a sus seres queridos.
Podía entender que Kacchan dudase de él, pero no era ningún mentiroso y el rubio ya debería saber que una de las cualidades del peli-verde era la honestidad.

Bakugou se soltó de su agarre y le cogió por el cuello de la camisa.

-Solo quiero saber por qué mierda no me lo dijiste antes.

Y se fue.

Izuku no entendía por qué se portaba así el rubio, había días en los que podías hasta tener una conversación y días en los que simplemente por saludarle te explotaba la cara.

Pero así era Bakugou.

E Izuku algún día conseguiría hacer que confiase más en él.

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