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Hitoka se había equivocado, Kageyama sentía que nada había cambiado...seguía siendo irritante y gruñón...quizás solo debía seguir mirando desde atrás para evitar ser lastimado.

Observaba su celular, quería hablar con él...pero no tenía nada con que empezar una conversación, era totalmente inútil, ya habían pasado tres días desde que el pecoso le envió la foto y la conversación solo terminó con un "Gracias"...quizás Kageyama solo necesitaba una nueva oportunidad.

El celular sonó...y el corazón de Kageyama se aceleró, lo observaba dudoso... ¿Seria él?...solo había una manera de comprobarlo...

solo había una manera de comprobarlo

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Bien, esto era perfecto...quizás no era un mala broma después de todo...pero ¿Una granja de animales? ¿Estaría bien?...pero esto no era por él...

Aun faltaban dos días para que llegara el sábado, y no podía concentrarse en absoluto...muchas ideas sobre lo que podría pasar el ese día se le venían a su cabeza. Desviaba su mirada y el pecoso estaba igual...era obvio, el único que debía estar nervioso era el pobre de Kageyama.

-¡Deja de imitarme, Hinata idiota!-el rey le gritó

-¡Hinata idiota!-el peli naranja se acomodaba el cabello y sonreía

-Nunca me cansaré de esto-carcajeo el pecoso

-¡Yamaguchi no te rías!-lo miró enojado

-Vamos, vamos...no te enojes, es solo una broma-le sonrió

-Lo sé-Kageyama desvió la mirada-...es solo que Hinata me desespera

No pudo hacer nada contra aquella sonrisa, toda la furia de ese momento fue calmada por una simple sonrisa de un personaje secundario...que ironía es la vida.

Pero no todo era color de rosa...para Kageyama toda esta situación le dolía asquerosamente, le dolía más que perder un partido...era un sentimiento desagradable acompañado de una pequeña pizca de calidez...nadie dijo que el amor no correspondido sería algo lindo.

-¿Has progresado en algo?-Hitoka comió de su almuerzo

-Saldremos mañana, no es una cita...pero en mi mente lo es completamente-bebió de la caja de leche

-¿Puedo saber quién es?...digo, literalmente ya soy parte de esto ¿No?-sonrió

-Yamaguchi

-Con que Yamaguchi-kun, bueno...él es... ¡ESPERA! ¡¿ES YAMAGUCHI-KUN?!-entró en pánico-... ¡Lo siento!...me tomó por sorpresa

-A mi también...

-¿Sabes que es un hombre cierto?-lo observó preocupada

-Lo sé...pero ese no es el problema-suspiro agotado-...el problema es que le gusta Tsukishima

-¿Porqué no me sorprende?-carcajeo-... ¿Entonces cuales son los planes?

-No lo sé...pensé que observando desde atrás sería suficiente...pero ahora duele más que antes

-¿Qué quieres lograr con él?-volvió a comer su almuerzo

-Quiero que solo me mire, solo a mí y nadie más... ¿Es mucho pedir?-resopló molesto

-Suenas como un psicópata o algo por el estilo, Kageyama-carcajeo la chica

-Bueno...si el dolor en mi pecho aumenta, quizás me termine convirtiendo en uno, quien sabe

-Rogaré por tu alma...-le sonrió

-Mejor ruega por la de Yamaguchi, yo ya la perdí-dijo con una expresión seria

Pero Kageyama no mentía, sentía que cada vez se estaba convirtiendo en una persona repugnante...se cuestionaba constantemente sobre todos los pensamientos que tenia hacia el pecoso...esos malditos pensamientos impuros se le venían a la cabeza especialmente durante la noche ¿Cuál era el propósito? ¿Convertirse en un tipo de acosador o violador?...

Aunque en su mente estaba cien por ciento seguro que era un cita, la verdad era que jamás había estado en una y no tenía idea sobre lo que debía hacer, pero era mejor de aquella manera, el pecoso podría sentirse incómodo al darse cuenta que Kageyama lo estaba haciendo parecer como si todo fuera una cita, pero de todas menaras fantaseo todo el trayecto hasta el punto de encuentro.

-¡Hay muchas mascotas!-se asombró el pecoso

-S-si...-Kageyama parecía estar intimidado por la gran cantidad de animales

-¡¿Podemos ir a ver a los conejos primero?!-apuntó hacia donde estaban, su rostro estaba iluminado en emoción, ¿Acaso era un pequeño mocoso?

-Iremos donde tú quieras...así que te sigo

-¡GENIAL!-gritó lleno de energía

¿Cómo un adolecente podía poner una expresión tan adorable?...era lo que Kageyama intentaba resolver dentro de su mente, era la primera vez que veía a Yamaguchi tan alegre, inclusive llego a pensar que era un Yamaguchi que jamás había conocido...esos pequeños y malditos animales definitivamente eran los más suertudos, el pecoso los abrazaba sin ningún tipo de vergüenza...

"¿Por qué demonios no nací como un perro?"

-Kageyama...pareces molesto...-se preocupó el pecoso-¿Quieres irte?

-No...lo siento, solo pensaba en otras cosas

-Deberías venir y acariciarlo...así todos tus problemas se irán- sonrió mientras tomaba un pequeño gato

-Bien...-Kageyama se acercó hasta donde estaba el pecoso arrodillado, y tocó su cabeza para acariciar su cabello-...tienes razón...todos mis problemas se fueron

-Hablaba de acariciar al gato-refunfuño-...no me trates como un animal

-No lo hago...eres más que eso- susurro

-¿Que?-el pecoso lo observó

-¿Eh?...-entro en pánico-...yo, no...no he dicho nada...-volvió acariciar el cabello de Yamaguchi-...si, definitivamente todos mis problemas se van

-Kageyama...-carcajeo ante la expresión de paz en su rostro, pero al notar la mirada fija del rey sobre él, se volvió un manojo de nervios-...no, nada...ahora...¿Podemos ir  a ver a los pajaritos?

-Iremos donde quieras...-sonrió levemente

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Manos cálidas (KagexYama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora