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Ahora podía continuar, sus sentimientos ya estaban aclarados...pero ahora venia la parte más difícil... ¿Cómo conviviría con ellos?...Yamaguchi era un personaje secundario en su vida, con el cual no tenía ningún tipo de relación más que compañeros de club deportivo... ¡Ni siquiera estaban en la misma clase!...el rey pensó que todo esto, era una estúpida broma.

¿Por qué no podía ser más como Hinata?...acercarse a él sin ningún tipo de prejuicios, sin miedo...pero, ¿Para qué se tendría que acercar?, Kageyama no era tonto sabía perfectamente que era lo que pasaba y sabia que las cosas jamás, pero jamás funcionarían con el pecoso...es como emparejar a un adorable conejo con un agresivo oso negro.

-Kageyama...ten-el pecoso le dio una toalla

-Gracias

-Tsukki, ten-le sonrió, el rubio solo la tomó como siempre sin decir nada...Yamaguchi no espero una respuesta y fue hasta donde Suga

-No te mataría agradecer-Kageyama suspiró molesto

-Es su trabajo...-lo miró ferozmente

Le molestaba completamente, pero no podía hacer nada...nadie podía hacer nada, el rey suspiró y se alejó de aquella molesta persona...pero todavía seguía preguntándose...¿Por qué él?... ¿No podía ser Hinata?, hablaban más...se sentía más cercano a él...tal vez...solo tal vez, si Hinata hacia lo mismo que Yamaguchi...le podría terminar gustando ¿No?...

-Oi...Hinata-se acercó hasta donde el pequeño-....toca mi espalda

-¿Haaa?... ¿Quieres pelear Kageyama?

-Claro que no, idiota...solo hazlo-Hinata sin entender nada le hizo caso al molesto rey y tocó su espalda-...no con los puños, con toda tu mano

-¿Acaso quieres que te de un empujón?

No...definitivamente no era lo mismo, ¿Por qué solo las manos de Yamaguchi eran las cálidas?...eso no era justo, en ningún sentido era justo.

Kageyama siguió pensado que era imposible que solo el pecoso le provocara ese sentimiento cálido, así que pensó muchas opciones con las cuales podría probar...pero de tanto pensar se le olvido traer sus protectores que dejó en el gimnasio, los demás ya se estaban marchando y les dijo que se adelantaran.

El gimnasio estaba abierto, eso era extraño...de todas formas busco sus cosas, no quería meterse en problemas por estar allí. La luz del almacén llamó su atención...definitivamente había alguien allí, su curiosidad fue más fuerte y se asomó...su corazón latió con fuerzas.

-¿Yamaguchi?

El pecoso estaba sentado en el suelo con la mirada perdida, casi como si estuviera a punto de llorar... ¿Qué había sucedido? ¿Por qué tenía este tipo de expresión? ¿Estaba bien acercarse?

-¿Qué sucede?-Kageyama dejó el bolso en el suelo y se sentó a su lado

-Pensé que se habían ido todos-trato de sonreír

-Se me quedaron los protectores... ¿Y bien?... ¿Puedo saber?

-Prometes que...no se lo dirás a nadie...-suspiró cansado

-Lo prometo...

-Tsukki me odia...-lo miró como si no fuera una novedad-...la semana pasada me declaré, él me gusta...así que me arme de valor...-sus ojos se llenaron de lágrimas que querían salir-...y le dije todo, pero obviamente él me rechazo...Shimada-san me dijo que no debía llorar por algo así...pero....

El brazo de Kageyama se extendió por detrás del cuello de Yamaguchi y jaló su cabeza hasta su pecho, lentamente acarició su cabello...

-Pero es doloroso ¿No?...-dijo encima de su cabeza-...Sugawara-san no está aquí...así que puedes llorar todo lo quieras...

Sin decir nada, Yamaguchi comenzó a llorar como un pequeño niño...Kageyama solo acariciaba su cabello, era lo único que podía hacer, las cálidas lagrimas de aquella persona mojaban su playera...pero eso no importaba, el sentimiento amargo que tenía en ese momento le impedía pensar cualquier cosa en contra...

Luego de un rato el llanto terminó, ambos se levantaron y salieron del gimnasio, Kageyama estaba más tranquilo porque la expresión del pecoso volvió a ser la misma...con los ojos hinchados, pero era la misma.

Caminaban en silencio...no sabía que decir en un momento así, nunca fue bueno tratando a las personas y probablemente nunca lo seria...pero sentía esa gran necesidad de decirle algo a aquella cálida persona...¿Pero qué?

-Creo que deberíamos ir por este camino-el rey indicó un desvió, Yamaguchi lo observó-...más adelante estarán todos...así que será mejor irnos por acá

-Kageyama tu...

-No queremos que el idiota de Hinata haga preguntas tontas, después de todo tu solo me estabas ayudando a buscar mis protectores-sonrió amablemente

Era un pequeño desvió, pero de todas formas ese cálido sentimiento no se iba...quería sentir más, quería conversar más, quería caminar más tiempo con él, pero después de todo esta era una estúpida broma para Kageyama...

-Kageyama...-tenía tono de estar nervioso-...gracias

-¿Haaa?... ¿Gracias por qué?-observó el cielo estrellado

-¿Aaah?...tu...ya sabes, por llo...

-Gracias a ti por ayudarme a encontrar los protectores...-se detuvo y miró el suelo-...bien, me iré por aquí...

-S-si...gracias...-sonrió

"Cálida sonrisa"

Definitivamente Kageyama no sabía que haría con ese sentimiento que tenía, pero lo supo desde el principio...sabia que la única persona que podría ocupar el corazón de Yamaguchi debía ser Tsukishima, se notaba a leguas...y no era algo en lo que Kageyama pudiera interferir.

Observo sus manos... ¿Por qué sus manos no podían ser igual de cálidas?, el podría tocar su espalda y tal vez el pecoso se sentiría atraído de la misma manera que le sucedió a él...pero no era posible...sus manos eran frías, quizás Tsukishima debajo de toda esa miserable personalidad tenía esa calidez que Kageyama anhelaba...era estúpido pensar algo así, pero era más estúpido que le gustara un personaje secundario...y que Kageyama fuera el personaje secundario en la vida de Yamaguchi.

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Manos cálidas (KagexYama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora