ROUND 5

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Round 5


Farrelly


Desperté con buen humor para variar, tal vez porque la señora, aunque fuera difícil para mí aceptarlo, de limpieza, empezaba a hacer su trabajo mientras colocaba en la radio la macarena, y simplemente empezaba dándole a mi vida alegría y cosa buena—reí por eso mentalmente—

Me cambie rápidamente mientras hacía ligeros movimientos en ritmo de la música y por un minuto todo pareció un sueño, uno en el que madres sin corazón intentaban matar a sus hijas y psiquiatras hijos de puta estaban muriendo y volviéndose buenas personas no existían, pero debía aceptar que mi realidad era más patidifusa que eso, porque aun debía chocar con realidades aunque estuviera en mi propia casa.

—Buenos días—

Salude a la señora regordeta que se encontraba en cuclillas limpiando el refrigerador aunque más parecía una fumigación de cualquier comida congelada que posiblemente Dale había dejado ahí y había estado ingiriendo, se lo agradecía, también me preocupaba por que mi hermano comiera bien.

—Buenos días señorita Farrelly— me saludo amablemente y me hizo sentir algo extraña

— ¿Te puedo ayudar en algo? — pregunte moviéndome como una extraña en mi propia cocina

—No lo creo señorita, por esto me pagan

—Preferiría que me llamaras Farrelly, o Fa. Prefiero Fa— le dije mientras me subía a sentarme en la mesada de la cocina

—Bueno Fa, yo soy Channa, así de fácil y sin diminutivos— respondió sonriente mientras se sacaba el guante y me daba la mano—el joven Dale ya le habrá hablado de mí.

—Sí , me comento algo pero realmente no sé bien como funciona todo esto, yo estaba acostumbrada a hacer todo lo que usted ha estado haciendo hasta ahora— le comente algo tímida y preocupada tal vez por como lo tomaría, ser la empleada de mi propia casa no era algo fácil de aceptar.

—Bueno, eso solo me dice que será una increíble esposa, los chicos de ahora, no saben ni que es una hornilla— me dijo y yo reí— mi nieta tiene tu edad o por ahí va, ella pensaba que una hornilla era un horno chiquito y femenino— se quejo— válgame dios, ni que fuera esa chica Clinton, la de Francia, Francis Clinton algo

— ¿Paris Hilton? — pregunte riendo

—Supongo que sí, yo ya no sé nada de esas cosas, a mi edad solo me preocupo de lo primordial

—Me gustaría también estar así.

— ¿Cómo?

—Preocupándome de lo primordial— susurre y pensé que fue lo suficientemente bajo para que ella entendiera un mensaje subliminal pero Channa no parecía captar eso

—hay señorita, a veces queremos tantas cosas, pero eso nunca pasa— se limito a decir— y bueno, le serviré el desayuno porque esta toda delgadita y parece que se va a romper en cualquier momento.

—No, no gracias yo...yo

—Tú, tú— me dijo medio recriminándome, medio amenazándome— ya me conto el jovencito Dale que no le gusta comer mucho, pero para eso estoy aquí, así que tome asiento en la mesa y ya le sirvo un tazón de cereal tan colorido como su cabello.

Después del desayuno increíblemente grande, cuyo cereal termino en ensalada de frutas, dos tostadas y huevos revueltos que me vi obligada a terminar a causa de las penetrantes miradas vigilantes de Channa, llame a una de mis gemelas favoritas y quede con Clary para encontrarnos en el Starbucks más cercano y que si fuera posible, que también llevara a Laly.

.Camorra.[C#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora