ROUND 11

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Round 11


Farrelly


Habían pasado exactamente cuarenta y cinco minutos desde que esperaba echada en la sofá del consultorio, la revista que leía por décima quinta vez no dejaba de advertirme sobre el grave daño que le hacían los tintes a mi cabello y cuanto lo debilitaban, pero como siempre, por mas advertencias que me daban, nunca hacia caso y solo pensaba como evadir esa idea de mi mente y como hacerme más daño.

— ¿Puedo irme ya? — dije luego de presionar el botón del intercomunicador que se encontraba en el escritorio de la habitación

—El doctor esta en el pasillo, acaba de llegar—Gruñí dentro de mi — y, Farrelly por favor, baja los pies de la mesa, sé que lo estás haciendo.

Rayos, ¿Cómo lo supo?, ¿ponían cámaras aquí? ¿No era confidencial?

—Buenas tardes.

—Eh, disculpe, buenas tardes— me acomode rápido en el sillón mientras me arreglaba el cabello, tal vez cortármelo un poco más me haría sentir mejor, aun no me acostumbraba a tenerlo tan largo

—Nos volvemos a ver, mi pequeña Koala— rió suavemente y se acerco a mí

Mis ojos no podían abrirse más, no me lo esperaba, realmente creía que podía estar imaginándolo, quizá había muerto y su espíritu estaba delante de mí, tratando de llevarme con él, obviando lo egoísta que siempre fue, esto sobrepasaba todo y me daba hasta miedo pero, su mano fue cálida cuando tomo mi barbilla, mi respiración se acelero mas y solo pude dejar salir un ligero suspiro.

—Sigues siendo un amor, te ves tan preciosa y delicada— acerco su rostro al mío y lo examino detenidamente—estoy aquí, soy real. Así que deja de mirarme como si fuera un fantasma porque estoy seguro que un fantasma no haría que sientas esto.

¿Esto?, ¿su mano en mi barbilla? Oh, claro que no. Sus labios simplemente tocaron los míos y antes de poder reaccionar claramente y aceptar el hecho de que no era una ilusión, mis labios se abrieron y su lengua se introdujo dentro de mi boca, odiaba que siempre pasara eso, querer detener un beso y que de la nada me metieran la lengua salvajemente, malditos franceses y sus besos súper intensos que te dejaban sin sentido y te obligaban a continuar, sabia de esto, besos jugosos entre pastillas que no eran ya las mías, quizá una que otra menta que Adrian había comido y esa gran habilidad que tenia para besar, tenía que parar, por muy placentero que estuviera siendo

—Doctor Maxwell— gruñí enojada mientras me separaba de él

Sentí una risa en sus labios y solo siguió besándome suavemente la mejilla, separarlo no era difícil, no lo seria, pero tampoco quería hacerle daño

¿Cuánto tiempo le quedaba?

No lo sabía realmente, como hacerlo si solo había soltado de golpe " me estoy muriendo" y me había despachado en la salida sin decir más, al menos sabía que no era cáncer, pero algo estaba tomando, algo que lo tenía tan mal como para hacerlo vomitar, ¿Cómo saberlo?, fácil, marcas rojas bajo sus ojos, pequeños puntos que enmarcaban sus ojeras , recordaba que también las tuve, en la época donde la bulimia era no una opción sino una forma de vida, estar pendiente de la balanza, las nauseas, los dedos en la garganta y vomitar hasta los jugos gástricos para terminar solo sintiéndome peor conmigo misma, dándome cuenta que no había bajado ni un poco y teniendo que cubrir esos asquerosos puntos rojos en mi piel con kilos de maquillaje.

.Camorra.[C#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora