ROUND 18

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Round 18


Farrah



Farrah S. Kening Trainor, veinte años, lo sé, no había necesidad de repetir mi edad porque simplemente nadie necesitaba saberlo, excepto él, él sabía todo sobre mi, o quizás no, una también debía tener algunos secretos y en mi caso solo era uno muy importante, que nadie, nadie debía saber.

Farrah S. Kening Trainor, hija de Matilde Trainor y Charlie Kening, casi estudiante de medicina, futura doctora y esposa de Lucien Wolf, nuera de Luciana Sykes y una promesa en la medicina, madre de los hijos de Lucien Wolf y tal vez de un perro que compraremos de acuerdo al rango de moda que en ese entonces se acomode, no pensaba quedarme atrás ni con el perro que tuviéramos, porque todo debía ser tal cual había sido planeado, ese era mi lema de vida y el de mi madre, pero no todo iba bien, algo se metía en mi camino y no contaba con eso.


Trague saliva con dificultad, apenas podía mover mi rostro luego de recibir la segunda pero la mas dura cachetada en el día y luego me recompuse, levante la mirada y volví a ver a mi madre.

—Eres una idiota. No puedes hacer nada bien nunca, solo vives gastándote mi dinero cuando deberías estar consiguiendo el tuyo, bastante hago apoyándote después de la metida de pata que tuviste hace un año y tu no mejoras ni un poquito.

El viento cálido del verano se empezaba a poner gélido dentro de la habitación, la tensión solo aumentaba y algo no cuadraba dentro de nuestra perfecta familia. Como de costumbre.

—Lo siento, madre.

—Cuando uno se disculpa tanto, pierde el sentido de las disculpas— dijo enojada— espero que esa cachetada haya movido tus neuronas lo suficiente como para que entiendas que debes arreglar esta situación.

Había sido muy idiota, lo admitía, no cerré la puerta de mi habitación y por eso ella me escucho y me obligo a contarle sobre la pelea con mi novio, y ahora todo era un completo caos que yo debía arreglar, ¿cómo? No lo sabía aun.

Mi madre no dijo nada más y salió de mi habitación luego de fulminarme con la mirada, suspire y me desplome en el suelo, era tan difícil ser yo ahora...


Recuerdo que antes era diferente, mamá no era tan estricta, éramos mejores amigas y todo eso. Adoraba su largo cabello dorado, peinarlo hasta que ella me decía que era hora de dormir, me tomaba de la mano, me conducía a mi recamara, me arropaba dentro de las sabanas y luego de un beso de buenas noches, apagaba la luz del cuarto. Pero yo ya no era una niña, y mi madre después de mi secreto no volvió a ser así conmigo, en especial luego de nacer Dallas, eso fue un martirio, su vida era solo el bebé, todo giraba en torno a él y eso me hacia ponerme celosa, tampoco podía decirle algo porque no tenía derecho, y Dallas era un pequeño inocente que no debía cargar con mis celos infantiles, en especial porque también yo lo quería, y mucho.

Entonces debía pensar, ese era mi don y ahora mismo debía usarlo.

¿Cómo volver a hacer feliz a mamá?

¿Cómo recuperar a Lucien?

¿Cómo hacer que no vaya a esa puta fiesta donde estaría su ex novia?


Sí, todo estaba extrañamente conectado, unido por un hilo invisible que yo debía tejer, porque si Lucien estaba bien conmigo, no iría a la fiesta y por ende podría venir a casa conmigo y eso haría feliz a mamá porque vería que logre lo que tanto ella quería.

.Camorra.[C#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora