MONSTRUOS INTERNOS (Jonghyun y tú)

13: CENA EN EL PATIO

Después de dos días, me había acostumbrado a ver a Onew surcando el cielo con sus alas. Como si perteneciera allí.

Mi padre le había permitido que trajera sus alas libres, sin el arnés al que su familia lo había obligado a usar.

- ¿Qué haces, Jonghyun?
- Dibujo.
- ¿Qué?

Onew arrancó mi cuaderno de mis manos, mientras veía su contenido

- ¿Quién es ella?
- No lo sé.
- ¿La dibujas y no sabes quién es? Qué raro suenas.
- La veo en sueños, pero no sé quién sea.
- ... Vivo aquí, hablo contigo y no sé qué es lo que eres.
- ¿No te lo dijo mi padre?
- Jonghyun, aunque no lo creas, tu papá y yo no somos amigos.
- Está bien, no era necesario burlarse. Soy un Shinigami.
- ... Un dios de la muerte.
- Así es.
- Por eso no volteaste a ver a Park cuando vino a dejarme.
- Sí. Así es.
- Bueno, no por ello dejamos de vivir juntos.
- No has dicho si somos ami-
- No sé si quieras ser mi amigo o no. Así que no me ilusionaré.

Y volvió a adentrarse en el cielo.

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La siguiente semana no lo vi para nada, ni a la que le siguió. Así que le pregunté a mi padre que era lo que pasaba, durante el almuerzo.

- Padre, ¿dónde está Onew?
- Se está alimentando.
- ¿Alimentando?
- Cuando cumplas la edad sabrás a que me refiero. Por el momento te aviso que tendremos una invitada esta noche.

Me quedé sin palabras, así que continúe comiendo sin darle importancia al asunto. Más tarde cuando tocaron la puerta sólo me asome, ya que mi padre dijo que mi presencia no era necesaria.

La invitada era una chica, de cabello castaño, ojos cafés, era pequeña y delgada. Bastante simple en mi opinión. Escuché a mi padre decirle que tendría una pequeña cena en la noche preparada para ella, así que sin falta debía presentarse.

Sin embargo, algo me dio mala espina, por un momento la vi más pálida y con una extraña luz roja emanando de su torso. ¿Qué era eso? Me froté los ojos, y cuando volteé se veía igual que siempre.

En la noche seguí a la chica hasta el patio trasero, y al igual que ella, esperaba una mesa o algo, pero continuamos caminando hasta que llegamos a un claro en el bosque.

De pronto el aire se volvió más violento, casi como una ventisca. De pronto, de entre los árboles, una sombra se elevó, dirigiéndose a gran velocidad hacia la chica, levantándola del suelo, casi partiéndola en dos. Los gritos de la chica se escuchaban posiblemente hasta mi casa. Eran desgarradores y tronaban en tus oídos.

La sombra se elevó por el aire llevándose a la chica de cabeza, y súbitamente la dejó caer. Su grito simplemente cesó, interrumpido por un truene de huesos, al estrellarse en el suelo.

Quería regresar a mi casa, pero jamás me había sentido con tanta energía, así que me quedé viendo la escena.

La sombra se acercó al cuerpo de la ahora deshecha chica; pude ver arios detalles del cuerpo, como los tres dedos en cada mano y un largo pico que empezó a devorar el interior de la chica. La escena era asquerosa: el cuerpo de la víctima había sido partido en dos, desgarrado por las garras y el pico, que ferozmente devoraba lo que me imaginaba era el corazón de la chica, arrancándolo y tragándoselo por partes.

Las alas se batían fuertemente, aun generando olas de aire que me empujaban. De pronto, la ola cesó, y los ojos rojos de la criatura se centraron en mí. No sé cómo pasó, pero en cuestión de segundos tenía a la criatura frente a mí, graznando frente a mí, con un horrible sonido saliendo de su pico, amenazándome.

Y en vez de hacerme para atrás y huir, hice contacto visual con él. Parecía reconocerme, y yo reconocía esas alas.

- ¿Onew?