MONSTRUOS INTERNOS (Jonghyun y tú)

21: PERDÍ EL CONTROL

Jonghyun me sacaba de mis casillas; sólo porque el había vivido con ese monstruo como padre, no significaba que tuviera que convertirse en uno. Bueno, no era como tal un monstruo, simplemente era desesperante.

Que fuera mayor que él no lo hacía más maduro o consciente de la situación, sólo más experimentado.

- Minho, ¿no deberías entrar ya?

Taemin había venido a buscarme. Él se había vuelto mi hermano menor en todo este tiempo, estábamos cómodos uno con el otro, así que podía calmarme estando cerca de él.

- Ya voy, Minnie.
- Oye, ¿no crees que deberías hablar con Jonghyun?
- ¿De?
- Pues del hambre.
- Taemin, estoy bien, no importa lo que siga ese tipo, puedo controlarlo.
- Pero, Minho, el hambre es-
- Una condición, nada más. Le voy a demostrar que no soy como él. – Y me metí molesto a la casa, chocando con el primer sofá que estaba ahí.

No me gustaba pelear con Minnie, pero era imposible mencionar ahorita a Jonghyun y no enojarme. Simplemente estaba harto de él. De sus reglas, su actitud de sabelotodo, su prepotencia. De él. Quería alejarme de él.

Subí a mi cuarto y me dispuse a preparar mi maleta, ya no aguantaba ese lugar. Era como ser asfixiado por él. Todo era de él. Éramos parte de su mundo.

- Minho, ¿qué haces?
~ Pensé que Key estaría fuera ~
- Nada.
- Preparar tu maleta no es "nada".
- ¿TE INTERESA O NO? SI NO, LÁRGATE.
- Hey, cálmate, ¿sí? Y no te hice nada sólo pregunte. Si quieres irte, vete, pero no vengas después diciendo que "Key no te pregunto nada".
- Sólo- Vete, ¿sí?

Termine de preparar mi maleta, y me salí de la casa. No es como si estuviera completamente ciego. Los árboles, la tierra, me marcaban el camino. No estaba ciego, Jonghyun. No necesito de tu casa, tus reglas, ni de ti.

Pero tan pronto puse un pie fuera del enrejado, me sentí tan abrumado. El ruido perforaba mis tímpanos, el aire estaba demasiado sucio para mis pulmones. Me sentí enfermo.

Trate de volver, espero no pude, me maree, cayendo al suelo. O casi.

- Te tengo, pequeño gran estúpido.
- ¿J-Jonghyun?
- Recárgate, anda.

Sentí mi cuerpo caer en el brazo de Jonghyun, y cómo me arrastraba por la terracería, hasta llegar a la casa.

- ¡Taemin!
- ¿Qu-? ¡MINHO!

Escuché los pasos apresurados de Tae, bajando rápidamente las escaleras, hasta llegar dónde estábamos Jonghyun y yo. Sentí como ambos me cargaban hasta mi cuarto.

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Desperté por la sensación de descanso que me envolvió. Sentía tanto cambio en mí, como si todas las impurezas se hubieran limpiado.

- ¿Te sientes mejor?

La voz de Jonghyun captó toda mi atención.

- Sí.
- Eso fue tonto.
- ...
- Está bien si no quieres hablar, sólo descansa.
- ¿Qué me pasó?
- Tu cuerpo no aguantó el mundo exterior. Estas acostumbrado a la pureza del aire y a la calma en el aire. Fue un shock.
- ¿Soy tan-?
- ¿Débil? No, sólo que son condiciones mejores para nuestros cuerpos. – Escuché la reja abrirse. – Y si estás débil, avísame, así yo-
- ¿Qué es eso?
- La cena final de Key. Le duro una noche más, ¿por?

Me levanté de la cama de golpe, sentí pasos sobre mí. En mis brazos, mis piernas, en mi cara. Sentía el calzado bajo, el peso ligero. La sensación me fue acercando a la ventana de mi habitación, con la sensación de la mirada de Jonghyun.

- Minho, ¿qué haces?

No le respondí, no tenía tiempo para eso.

- Minho, aléjate de la ventana... AHORA.

De pronto una ráfaga fría detuvo mi paso.

Antes de darme cuenta tenía a Jonghyun corriendo hacia mí.

- Espera, Minho. ¡NO!

Ahí supe que perdí el control.