MONSTRUOS INTERNOS (Jonghyun y tú)

37: CONTRAER MATRIMONIO

- Era más fácil ocultarlo y dejarte vivir una vida feliz a romper esa burbuja.

Mi madre había dejado su té sobre sus piernas, mientras me explicaban porque me dejaron.

Estábamos sentados todos en el salón principal, mis padres en un sillón de dos plazas, igual que Onew y yo. Jonghyun se había sentado en el sillón principal, cruzado de piernas con las manos cerradas. Se veía muy adulto.

- Ya sabíamos que la sangre de espíritus corría por las venas de tu madre, y aunque es de zashiki-warashi, no significaba que todo fuera bueno. Simplemente no queríamos que la gente te buscara por sus fines egoístas.
- ¿A qué se refieren?
- Ya lo había vivido con mi abuela; en el pueblo donde vivíamos la gente se le acercaba porque así creían que la buena fortuna les sonreiría.
- ¿Y qué hacían?
- Al principio nada, pequeños trabajos para la casa; jardinería, ayuda en la cocina, entre otros. Todo muy inocente y agradable. Pero todo fue avanzando muy rápido; la gente empezó a rehusarse a hacer esos favores, en su lugar, exigían que mi abuela les dijera si serían dichosos o no. Y sí la respuesta no era la esperada, la forzaban a intentar cambiarlo, pero eso era algo en lo que ella no tenía poder.
- Mi bisabuela sufrió tanto... Todo por ser capaz de brindar felicidad.
- Y eso no fue lo peor. Una noche su vecino irrumpió en la casa. Su idea era llevársela para que la felicidad y prosperidad se asentaran en su casa. Pero el plan no le resultó. La furia de mi abuela fue tan grande que aun ahora, en la cuarta generación que vive en esa casa, la desgracia los sigue.
- ¿Cómo saben?
- Simple investigación, Onew. La hija mayor de la familia tiene problemas de apuestas, y el hijo menor acaba de ser despedido de sus dos empleos.
- Demonios.
- Así es.
- Tu abuela era terrible, TN.
- Lo sé, Onew.
- Mantenerte alejada de ese ambiente fue la principal razón por la que nos mudamos tanto. Pensamos que si alguien se daba cuenta de tus habilidades, la historia se repetiría. No quisimos arriesgarte.
- Pero debieron ver que era infeliz.
- No lo parecías-
- Es decir, nunca nos quedamos mucho tiempo en un lugar, no tenía relaciones profundas con nadie. Por dios, no tenía amigos. Pero... era feliz, o creía serlo. Pero debieron darse cuenta de algo, no era normal.
- ... Sí nos dimos cuenta. Cuando tenías trece años.
- ¿Cómo?
- Bueno, fue de las pocas veces que te invitaron a ir a una casa ajena, creo que fuiste a un trabajo escolar. Cuando volviste nos contaste muy emocionada todo lo que había pasado, como te habías divertido y lo amables que fueron. Y cuando te preguntamos si te sentías feliz, dijiste "como siempre, creo." Y te fuiste. Esa noche tu madre te escuchó diciendo "Soy feliz, soy feliz" una y otra vez.
- Y ahí supimos que te estábamos haciendo más daño del que intentábamos evitar. Y preferimos alejarnos de ti, mientras vivieras feliz. Y recurrimos a un viejo conocido nuestro.
- ¿Y cómo entra mi padre en esta historia?

Jonghyun interrumpió por primera vez desde que se sentó.

- No me malentiendan, ahora, en retrospectiva, tiene sentido. Pero no explica porque no nos dijo que tendríamos una nueva inquilina, sólo le abrió la puerta, pero hasta ahí.
- Simple. El señor Kim era el más grande protector de espíritus en esta zona. Esta casa tiene un poderoso hechizo que impide el paso humano indeseado. Iba a ser lo más cercano que TN tendría a una vida normal. Además, después de tanto tiempo conociéndolo, era el mejor método.
- ¿Cómo lo conocieron? ¿Y cómo aceptó a TN?
- Simple, lo investigamos, y él nos investigó a nosotros. Una de las más importantes familias de Corea estaba ligada por sangre a una de las especies de espíritus más menospreciadas. Era importante conocerlo. Y para él en su momento sólo éramos una familia humana de entrometidos, así que para él descubrir que también teníamos una mitad espíritu entre nosotros fue una sorpresa. Y la segunda parte, sencillo; llegamos a un trato con él que nos beneficiaba a ambas partes.
- ¿Consistía en...?
- Él cuidaría a nuestra hija, si nosotros ayudábamos a expandir su base de datos de espíritus.

Nos quedamos en silencio un rato, sólo escuchando a mi madre tomar su té.

- Yo tengo una pregunta.

Onew levantó su mano como niño en la escuela, pidiendo la palabra.

- Dinos.
- ¿Yo qué hago aquí?
- ¿Cómo? – mi mamá se rio un poco.
- Sí, yo- Es decir- Yo- - El nerviosismo se le escuchaba mucho en su voz.
- Tú eres el Karasu-tengu, ¿cierto?
- Así es.
- Es bastante simple en realidad. Los Karasu-tengu tienden a buscar la energía de los Zashiki-warashi, sus energías se atraen y suelen a volverse guardianes de ellos. Y en extraños casos, pues...
- ... ¿Qué? – Mis padres alternaron sus miradas entre nosotros tres, incomodos.
- Bueno, pues... Cuando es un Karasu-tengu y un Zashiki-warashi es del sexo opuesto, pueden contraer matrimonio.