El pico se abría y cerraba frente a mí amenazadoramente, las garras se estaban clavando fuertemente en mis hombros casi perforándome. Mientras tanto, los ojos rojos veían profundo en mi alma, y jamás me sentí con tan poco miedo.
- Onew, ¿me escuchas? ¿Sabes quién soy?
No sabía si me entendía, pero quería cerciorarme de eso, antes de abandonarlo en el bosque.
- Onew, Onew, sabes quién soy yo. Soy Jonghyun, soy-
¿Qué era de él? ¿Éramos amigos o no?
- Jjjjo-ngh- Hyyyu-un.
Entre los graznidos de su pico alcancé a distinguir mi nombre, entonces, sí me reconocía.
- Así es Onew, soy tu amigo.
Entonces, los ojos dejaron de ser rojos, para volver a ser cafés. Me soltó, emprendiendo el vuelo otra vez, adentrándose en el bosque de nuevo.
Volví a mi casa corriendo y me metí sigilosamente, esperando que Onew volviera a la normalidad al día siguiente.
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Al despertar corrí a la habitación de Onew para ver qué había pasado con él.
Lo encontré tumbado en su cama con las alas extendidas, y la boca llena de sangre. Sus manos ya no se dividían en tres, sino en 5 dedos, pero con una garras muy pronunciadas.
Me acerqué sigilosamente, temeroso de su reacción.
- Ya te escuché, Jong. - La voz somnolienta de Onew me detuvo, pero verlo abrir ligeramente sus ojos me tranquilizó, entrando más seguro al cuarto. - ¿Sabes qué hora es?
- Son las 7 am, mi papá ya se fue a trabajar.
- ¿Y por eso debías despertarme?
- No necesariamente, pero quería ver que estabas aquí.
- Que tierno, pero ya estoy aquí. ¿Puedo dormir un rato más?
- De acuerdo, voy a desayunar, baja cuando quieras.En parte era agradable ver a Onew de vuelta a ser él mismo, pero tenía muchas dudas de lo qué había pasado ayer.
Terminando mi desayuno me dirigí al patio de enfrente y trepé al árbol que estaba a un costado de la entrada, del lado opuesto al de mi cuarto. Ese árbol era mi favorito, cómodo y frondoso, y la rama en que me senté era lo suficientemente gruesa para sentarme sin temor a romperlo.
- ¿Estás cómodo?
- Sí, ¿y tú?
- Prefiero el aire, pero está bien por si me canso.Vi mi reloj, ya eran las 10 am cuando Onew llegó frente a mí. Se sentó en una rama más alta, pero igual de gruesa que dónde to estaba.
- ¿Qué haces? ¿Sigues dibujando a la chica de tus sueños?
- Sí, hoy soñé con sus ojos.
- ... Raro.
- ¿En serio me lo dices tú a mí?
- Touché.
- ... ¿Vamos a hablar de lo de ayer?
- ... ¿Qué quieres saber?
- No sé ¿qué fue lo que pasó?
- Así que tu padre no te ha hablado de lo que nos pasa a los de nuestro tipo.
- ¿Qué?
- Alimentarnos. Comida. Energía. Sobrevivir.
- Onew, puedes ser más claro si quieres, ¿eh?- De acuerdo, te lo explicaré, porque no creo que te falte tanto para experimentarlo. Nuestra gente; mitad espíritu, mitad humanos, depende de energía para poder sobrevivir. Y esa energía es fácil encontrarla en los humanos puros para abastecernos por lo menos unos meses. Ellos la conocen como alma, entre más pura sea el alma de la persona, más energía generará. Pero cuando despiertan nuestros sentidos y se vuelven maduros es cuando empieza el hambre.
- ¿El hambre?
- Así es, cuando aún somos niños no lo sentimos, porque nuestras "almas" nos alimentan a nosotros mismos, que representan nuestra parte humana. Pero conforme pasa el tiempo esa energía es insuficiente, pues la parte de espíritu toma control de nosotros, entonces empezamos a sentirnos hambrientos, entonces es necesario alimentarnos de otros, al sentirnos tan hambrientos de niños necesitamos más energía para satisfacernos, conforme vamos creciendo esa hambre se va controlando, hasta que tengamos que comer cada ciertos meses, o años, quizá.
- Pero si sólo necesitas el alma, ¿por qué devorar a toda la chica? ¿Y por qué te detuviste cuando dije que era tu amigo?
- Bueno, es último fue porque una parte de mí estaba consciente de quién eras, sólo tenía que tomar control de mi mente para no hacerte daño. Perdón, la sangre, había inundado mis pensamientos. Y fue divertido escucharte decir que éramos amigos. Y lo segundo es más complicado. Cada especie come de distinta manera el alma; los Kurasu-tengu devoramos a las personas, porque el brillo de los órganos ante la luz nos atrae. Otros, las ahogan, las asfixian, depende de la especie a la que pertenezcas.
- ¿Y los Shinigamis?
- ¿No puedes adivinarlo? Piensalo, te sentiste atraído por la muerte de la chica, no por lo demás.La respuesta era bastante obvia, y al mismo tiempo, me mareaba. Lo siento mamá, ahora tiene sentido.
- Nos alimentamos de la muerte que hay nuestro alrededor.
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MONSTRUOS INTERNOS (Jonghyun y tú)
FanfictionTN era una chica que vivía de manera normal hasta que sin saber por qué sus padres la enviaron a una mansión de lo más extraña. Los habitantes son 5 chicos que son especiales en la manera más aterradora que se pudo imaginar. ¿Pero por qué estaba ah...