5 de octubre del 2014
—Gracias por preocuparte por mí. — No podía ni un segundo negar lo que sentía, lo quería y no podía dejar de hablar con él. Tampoco podía dejar las cosas ahí, por lo menos no ahora. Me muevo un poco en la cama tratando de remecer mis pensamientos. ¿Qué es lo que estoy buscando yo? Repasemos, él se va a ir o bueno, se irá en unos meses. Supongo que todo irá bien si simplemente no me enamoro de él, sin embargo estoy aquí, pensando que este gusto podría ser peligroso para mí, ¿Qué pasaría si me enamoro? ¿Podría sobre llevar el hecho que él y yo terminaríamos pronto? Claro, si es que se va. Pero si no se va, supongo que podríamos intentarlo. Volviendo al primer punto, si se va, pues si se va y me enamoro estaría en un grave problema, en peligro y no me gustaba el peligro. Alguien me dijo que piense en el momento y no en el después, pero ¿Qué pasará cuando el después sea el momento?
—Me quedé dormido con el cel en la mano
— Yo también— eran las siete de la mañana, un domingo. Vuelvo a mirar el techo, seguiría durmiendo pero no era cualquier domingo, era un domingo donde la ley nos hacía retirar de nuestros aposentos, es decir casa, morada, departamento, y nos obligaba a ir a votar. Me pregunto ¿Por qué no hacen las elecciones un sábado?, así todos tenemos un día feriado. Regresando al tema, nadie puede estar más emocionada que yo, nótese el sarcasmo de mis palabras. Aunque pensándolo bien, por lo menos no soy miembro de mesa. Como amo las elecciones.
Cierro los ojos un instante. Solo un pequeño segundo o tal vez un par de minutos.
— ¿Cómo estás?
— Me volví a quedar dormida — había pasado una hora y media, vaya. ¿Cómo es que cuando dices "quiero dormir cinco minutos más" duermes más de una hora? Ahora si debía levantarme.— Bien, creo. ¿Tú?
— Bien—Ahora él era cortante.
—Que bueno— Los dos estábamos jugando a quién era más cortante al parecer.
—¿Qué haces? — Es algo bueno que haya roto el hielo él. Yo no suelo hacerlo.
—Tratando de despertarme— escucho la voz de mis padres en la sala. Están preparando el desayuno, debería salir a ayudar.
—Rosie ya son las 9:20 — veo la hora. Dios que rápido avanza el reloj, y yo que quería quedarme un rato más en la cama vagando— Deberías levantarte ya bebé
— Lo sé, pero aún sigo cansada.— No encuentro una solución razonable para mí ¿Acaso no fui clara cuando dije lo de relaciones a distancia? Recordé a Thomas y me dio un vuelco en el estómago. Me aferraba a la idea que esto era distinto, ellos habían roto después de casi dos años, yo; sin embargo, no llegaría ni a los 6 meses. Muevo la cabeza un poco. — ¿Ya fuiste a votar?
— No, ¿tú?— me dio risa la ironía de la pregunta. Si estábamos hablando que aún seguía en la cama. Sonreí para mí.
— Rosie— escucho a mi madre llamarme, dejo el celular por un momento.
— ¿Si? — pregunto saliendo de mi cuarto— ¿Necesitan que ayude con algo? —A mis papás les encantaba preparar el desayuno juntos.
— Puedes poner la mesa hija.
— Está bien. Mamá iré con Mía a votar para que no se estanquen en el tráfico.
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No te olvides de mí. (NOM)
RomantikUna historia que necesitas experimentar. Una novela inolvidable. Rosie Weston sabe lo que quiere. Ya en su penúltimo año de universidad no ha tenido ningún problema: buenos amigos, buenas notas, buena familia, buena comunidad y buenos pretendientes...