Maratón (3/5)
Console a Chelsea un poco más, luego la dejé en su cuarto para que pudiera descansar y me diera tiempo a hablar con los chicos, y en concreto con Richard sobre lo que había pasado entre ellos dos. La razón por la que él había cortado con ella.
En el salón estaban todos dormidos, excepto Chris. Pareciera que ese chico nunca duerme. ¡Por dios!
-¿Alguna vez duermes? -pregunté asustándolo.
-No cuando veo una película o serie -como pudo se levantó del sofá. Ya que tenía la cabeza de Joel en su hombre -Pero al parecer... -miró a sus amigos - soy el único.
Sonreí, era un chico increíble. Y lo amaba. Si, no podía negarlo. Mi corazón lo gritaba y yo quería que él supiera de ello, ¡ya! Llegó a mi, con cuidado de no pisar a Zabdiel o Erick, quienes estaban tirados en el piso.
En cuanto lo hizo, lo agarré de la blusa y pegué mis labios sobre él. Quería besarlo desde que lo había visto esa mañana, al entrar por la puerta. Pero parecía que el mundo estaba en mi contra, nadie quería que este momento pasará. Pero por fin llegó y no pienso soltarlo. Bueno... sí. Solo el oxigeno que nos pide los pulmones es la única forma de que me separe de él.
-¿A qué ha venido eso? -preguntó.
Fruncí el ceño. ¿No quería que lo besara?
-¿No querías? -mi voz sonó sin fuerzas casi.
-¡Si, claro que sí! -su efusividad me hizo tener esperanzas otra vez -Solo... que me cogiste de sorpresa...
Sus ojos fijos en mis labios. Quería volver a besarme y yo también quería lo mismo. Así que no hice esperar el momento que tanto deseábamos nosotros...
XXX's pov
Han pasado pasado cuatro malditos años y ni siquiera he sido valiente para dar la cara. Después de lo que pasó en la carrera, no quise volver, no quise que nadie supiera de mi. Era mejor así.
Estar envuelto en esta vida no era bueno para mi, ni para ella. Pero verla llorar desconsoladamente cada noche, me hizo ver que fue la peor decisión que tomé en mi vida. Pero no podía hacer otra cosa. Era eso o su vida. Y la amaba demasiado como para dejar que ella se fuera conmigo hasta el fondo del precipicio y muriese junto a mi.
Pero mi promesa de estar junto a ella hasta la muerte, sigue vigente, es por ello que siempre ando tras ella. La vigilo, la protejo. Jamás se ha dado cuenta de ello y así es mejor. Es ahora, después de cuatro años que volveré a verla, su sonrisa, volveré a besar sus labios, a oírla reír.
Siempre y cuando ella, siga enamorada de mi, ¿no?