~KATNISS POV~
Hace una semana que no veo a Peeta. Bueno, en realidad hace una semana que Peeta no me ve a mí, porque yo me he pasado las mañanas enteras en la sala de la ventana espiándolo como una cobarde. Mientras la pequeña dormía yo lo veía a él, hasta que era hora de almorzar y debía volver a mi rutina, entrenando como desde hace un mes, para convertirme en soldado y matar de una buena vez a Snow.
Annie ha entrado una vez, Peeta estuvo bien hasta que la pelirroja nombró a Finnick, probablemente ella no lo notara, pero las manos de Peeta se cerraron en puños y pestañaba mas de lo necesario, intentando alejar la furia. También vi a Delly entrar un par de veces. Sabía que estaba ayudándolo, ella era la mejor en esto realmente. Le contaba sobre el doce, sobre sus padres y hermanos, sobre la pastelería.
— Quiero hornear — era el turno de Haymitch, estaba sentado en una silla al lado de la cama de Peeta, donde este último pasaba los días las pasadas semanas — necesito...
— Esta bien — me apego a la ventana, por un momento un atisbo del viejo Peeta regresa — Finnick y Annie se casarán en dos semanas— el viejo hace una pausa, mide la reacción de Peeta, él solo traga con dificultad — ¿Te encargarías de eso?
— No... no lo sé — balbucea, Haymitch suspira— lo pensaré...—el viejo se levanta despidiéndose, me acerco a la puerta, quiero entrar esta vez.
— Soldado Everdeen — como he empezado mi formación junto con Johanna, me llaman así, pero realmente lo detesto — creemos que ha sido demasiado por hoy — Haymitch se ha encargado de poner al día a Peeta sobre las propos conmemorativas, los distritos rebeldes, lo cerca que está todo de terminar.
— Solo unos minutos — murmuro y el hombre en bata vuelve a su carpeta, mi mentor sale y me dirige una mirada triste— podría haber sido peor Haymitch— asiente y yo me interno en la habitación.
— Katniss — sonríe, mi corazón late a prisa, sin embargo no sonrío — yo... lamento lo del otro día — sus ojos tristes pasan de mirarme a mí a mirar hacia el espejo — ¿está del otro lado?
— Bluebell está en el hospital — sus ojos se abren de par en par, camino rápido hasta él y tomo su mano — Prim cuida de ella ahí, no puedo dejarla sola — la he dejado allí hoy con la esperanza de poder verlo, a solas.
— Cierto... tu hermana trabaja ahora en el hospital — ella también vino a verlo alguna vez — tienes un golpe... — acaricia con suavidad mi mejilla, un chico me ha dado una paliza en combate ayer y me ha dejado un bonito morado en el pómulo — ¿lo he hecho yo?
— No Peeta, tu no me has pegado — lo obligo a mirarme — nunca ¿Entiendes?
— No, solo casi te mato el primer día que llegue a este lugar — se hunde en la cama cerrando con fuerza los ojos.
— No eras tú Peeta, era Snow —acaricio su flequillo— solo que actuaba a través de tus manos — abro las sabanas, me mira sorprendido — hazte... hazte a un lado — susurro sin pensarlo demasiado porque sé que me arrepentiré.
— Katniss, no sé — se mueve dejando suficiente espacio para que entre cómodamente, lo hago aferrándome a su torso — no deberías... tú no sabes.
— Shhh — lo silencio apoyando una mano en su pecho, lo miro, estoy temblando porque hace demasiado tiempo que sueño con esto y ya no podía soportarlo — solo unos minutos, si te incomodo demasiado me iré — susurro esto último tan suave que ruego que no lo haya escuchado, que no quiera alejarme.
— Katniss — murmura, siento sus manos temblorosas abrazarme, ambas acariciando mi espalda, me oculto en el hueco de su cuello — hacíamos esto seguido... en el tren... durante el tour ¿Verdad?
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Es lo que hacemos
Fanfic¿Qué hubiera ocurrido si el bebé fuera real? Un giro a la historia que tanto amamos.