10.

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-¿P-papá? Dije al borde de las lágrimas al reconocer su voz.
-Melanie, ¿puedes pasarme a tu madre? No podía creerlo. Había pasado más de 10 años de mi vida sin saber absolutamente nada de él, no sabía cómo reaccionar.
-¿P-pero pasa algo?
-Pásame a tu madre Mel, por favor.
-De acuerdo...
Bajé rápidamente las escaleras y le dí el teléfono a mi madre.
-¿Quién es Melanie? Me miró extrañada y cogió el móvil.
-Es Papá. Le dije aún atonita. Me respondió con una mirada de incredulidad y me dijo que subiese de nuevo a mi cuarto con un gesto.
Sin más obedecí y nerviosa subí las escaleras. No tenía ni idea de que podía ser esto, pero podía decir con casi total seguridad que no era nada bueno.
Pasó algo más de una hora y media y subió muy seria a mi cuarto.
-Melanie, tenemos que irnos de aquí cuanto antes.
-¿C-cómo? Pregunté incredula.
Nunca supe el motivo por el que papá decidió abandonarnos, o ni si quiera si eso fue lo que hizo que se marchase.
-Tengo que salir, volveré pronto, no te preocupes, todo estará bien.
Bajó de nuevo las escaleras y yo me quedé en estado de shock unos segundos, rápidamente decidí llamar a Lysandro para contarle todo lo sucedido.
Tres tonos después, Lys descolgó el teléfono.
-¡Hola Mel! ¿Qué tal está mi pequeña escaladora? Escucharlo decir eso hizo que sonriese mínimamente.
-Hola Lys... ojalá pudiese decir que bien, pero acabo de enterarme de algo que no me hace nada de gracia...
Noté como se quedó unos segundos en silencio.
-¿Que ocurre Mel? Respondió con un tono preocupado.
A continuación le conté todo lo sucedido instantes antes. Escuché como tragó saliva.
-P-pero... ¿Te tienes que... ir?
Su voz se escuchaba en un hilo.
-No lo sé Lys, no lo sé.
Respondí yo con el corazón en un puño pensando en que haría si tuviese que irme.
-¿Podemos vernos Mel?
-Sí, pero tienes que venir a casa, mi madre me ha quitado las llaves...
Dije algo apurada por hacerle venir.
-No te preocupes, voy para allá, hasta ahora Mel.
Colgó el teléfono y yo me puse a acicalarme un poco el pelo y esperar nerviosa en el sillón, tras unos momentos el timbre sonó y fuí a abrir la puerta.
Casi al borde de las lágrimas, abracé a Lysandro fuertemente.
-Hey Mel... no te preocupes, todo saldrá bien... besó mi cabeza y acarició suavemente mi pelo. Me separé unos instantes de él para sentarme en el sillón a su lado, no decíamos nada, él sólo trataba de consolarme abrazándome.
-No quiero separarme de ti...
Dije al borde de las lágrimas.
-No. Nadie ni nada nos separará, Mel, escúchame, estaremos juntos en pase lo que pase.
Mis ya húmedos ojos comenzaron a llorar y le abracé aún más fuerte.
Él cogió mi rostro con sus manos y subió ligeramente el mentón haciendo que le mirase directamente, convirtiendo así mi expresión en una de máxima vergüenza.
-Eres preciosa, Mel. Una chica tan bonita como tú no merece llorar. Y no es sólo por tu cara de ángel, es más bien por tú alma, un alma pura.
A continuación, secó mis lágrimas con sus dedos y me dió un pequeño beso en los labios.
-Te quiero. Dije con una gran sonrisa.
Hizo el amago de volver a besarme cuando de repente oí la puerta y me sobresalté. Hice un gesto apurado a Lys para que subiese a mi habitación y se escondiese allí, mientras yo trataba de calmarme y aparentar normalidad.
-¿Cómo ha ido todo Mamá?
-Melanie...
Noté el tono preocupado de su voz y se me encogió el pecho.
-Debemos irnos con Papá.
Me quedé en shock. Podría jurar que mi respiración desapareció en ese momento sin ninguna duda.
La miré con incredulidad.
-¡No pienso irme a vivir con Papá!
-Pues empieza a buscar trabajo y casa si quieres quedarte aquí, tu padre está enfermo y no puede trabajar, alguien tiene que cuidarlo.
-Esto no tiene ninguna lógica... y sí, encontraré un trabajo y un techo donde dormir, pero no vas a alejarme de la persona a la que amo.
-Haz lo que quieras Melanie. Ahora tengo que irme otra vez, volveré tarde.
En el fondo estaba preocupada por ella, ya que bueno, no tenía relación con mi padre desde hace años. Nunca la había visto tan fría y distante conmigo, pero eso no importaba, nadie me iba a separar de él. Suena estúpido, a amor que desvoca en devoción, pero es inevitable.
Comenzaré mi nueva vida por mi misma.

Don't Remember Me. (CDM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora