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«Vale Mel, el siguiente paso será acercarte a la gente.» Me dije a mi misma en clase. Visualicé más o menos los "grupitos" que habían y decidí ir hablando con todos hasta encontrar con los que mejor me complementasen. «Aprovecharé que hoy me toca pasar a por los cuadernos para hablar un poco."
En el momento en el que el profesor me nombró me puse en pie algo nerviosa, aunque estaba decidida.
Para mi sorpresa me dejó a cargo de la clase ya que el tenía que ir a hablar con la directora, con lo cual aún más libertad.
Pasé en orden de filas, encontrándome en primer lugar con Castiel.
-Tu cuaderno por favor.
Le dije sin mostrar ninguna emoción.
-No lo he traído.
-¿Estas seguro? El profe te va a echar una buena.
-Chst, nada nuevo entonces.
Le dí una sonrisa cómplice y seguí por esa misma fila. Todos los que habían me dieron los cuadernos sin rechistar, la verdad es que no entablé mucha conversación con ninguno. Fué así casi con todo el mundo hasta llegar a Lysandro.
«¿Por qué me pongo nerviosa ahora cada vez que le tengo cerca?»
-Em... «Vamos idiota, ¡pídele el cuaderno!»
tu cuaderno por favor.
-¡Aquí esta! Lo llevo buscando durante mucho rato, menos mal que lo he encontrado. «Es realmente despistado con sus cosas, pero eso le hace adorable... Al menos para mi.»
-Realmente tienes mala memoria, querido.
-Jajaja, supongo que sí.
Dejé la pila de cuadernos que llevaba en la mesa de una compañera casi inconscientemente y ví como se sobresaltó.
-¡Lo siento! Pesan un montón.
-¡No te preocupes! Dejame que te ayude.
«Anda... ella no es... ¡La chica con la que hablaba Lysandro ayer! Parece realmente simpática.
-¡Muchas gracias!
Levanté ligeramente la voz y pregunté si aún quedaba alguien por entregar.
Al parecer, todos excepto castiel lo entregó, la chica y yo nos repartimos los cuadernos .
Mientras íbamos por el pasillo hablamos un poco.
-Me llamo Rosalya, tu eres Melanie ¿verdad?
-¡Así es! Puedes llamarme Mel.
-Tu a mi Rosa, ¡encantada!
-¡Igualmente! Gracias por ayudarme con los cuadernos.
-No es problema, lo que sea por perder clase.
-Jajaja, realmente ser la recadera no esta tan mal.
Realmente parecía muy maja, quizás podría llevarme bien con ella.
-¡Desde luego que no! Sobre todo en clase de ciencias, así si suspendes al menos tienes una excusa jajaja.
-¿Se te dan mal las ciencias?
-Realmente no, lo que se me da mal es soportar a la profe de ciencias.
-¿Tan horrible es?
-No te haces una idea. No entiendo como puede ser la única profe de ciencias en todo el instituto...
-Bueno, no hay muchas clases tampoco la verdad.
-Deberíamos darnos prisa o el profesor sospechara y no podremos hacer más de recaderas. Jajaja.
-Llevas razón jajaja, vamos anda.
Al fin llegamos a la sala donde nos dijeron que lo dejásemos, la cual estaba realmente lejos.
-¡La próxima vez podrían enviarnos a China! Desde luego llegaríamos antes.
-Desde luego... Corre, deben estar echandonos de menos jajaja.
Asentí con la cabeza y aceleré el paso, al llegar a clase ví como el profesor se veía impaciente.
-¡Pensé que se habían perdido! Cinco segundos más y les hubiese caído un castigo.
-Lo siento Señor farrés, estaba realmente lejos.
-No es nuestra culpa que tuviéramos que dejarlos en la otra punta del instituto.
Dijo Rosalya bastante cabreada.
-Tomen sus asientos y sigan la clase en silencio.
No dije ni una palabra más y me senté, noté como Rosa tensaba las mandíbulas para aguantarse la rabia y hacia lo mismo que yo.
Al fin sonó la campana anunciando la llegada del descanso y salí casi por inercia.
Decidí acercarme al grupo en el que estaba Rosalya.
-¡Hola! Dije mientras sonreía.
-¡Anda, hola Mel! Presentaos chicas.
-¡Hola! Yo soy Iris
-Yo Kim.
-Yo... Violeta...
Violeta me recordó bastante a mi y me hizo darme cuenta de que quizás si había estado tanto tiempo sola era por mi culpa y no por la de los demás. Realmente fuí muy tonta.
-Yo Melody, encantada.
-¡Encantada chicas!
-¿Os conocíais de antes?
Me preguntó Iris señalando a Rosa.
-No exactamente, sólo de haberme ayudado con los cuadernos antes jajaja.
-¡Oh! Es cierto, el profesor ha sido algo injusto diciendo lo del castigo, ya que es verdad que la sala esta muy lejos.
Todas parecían simpáticas y cada una con su forma de ser, realmente me animé penando que podría llevarme bien con ellas.
Estaban hablando de una conocida banda y decidí unirme a la conversación, realmente parecía como si toda mi vergüenza se hubiese ido. Pasé un gran rato con todas ellas y me animó muchísimo.
Las otras tres horas me parecieron efímeras.
Al salir me encontré con Lysandro.
-Oh, ¡Hola!
Ahora se me hacía raro hablar con el.
-¡Hola Mel!
Me quede unos segundos pensando hasta al fin decir algo.
-Hay algo que dudo... ¿Cómo sabías donde vivo?
-Bueno, pensaba que lo sabías, pero somos vecinos desde hace más de tres años...
Me puse rojisima pensando en como no pude darme cuenta antes, realmente no sólo era tonta, sino también ciega.
-¡L-lo siento! Que poco observadora soy...
-No te preocupes, pensaba que los sabías por eso no te dije nada.
-No se ni en que año vivo jajaja.
-Pues si quieres podríamos volver juntos.
De alguna manera algo me hacía evitar a toda costa el tema de los "sentimientos"
-Te lo iba a decir yo también, vamos.
Hablamos de cosas sin importancia hasta llegar casi al cruce que hacía esquina con la calle en la que vivía.
-Deberíamos pasar cada uno por su cuenta, ya sabes, los rumores corren como la pólvora.
-¿Por qué te importa tanto lo que los demás piensen de ti?
Esa pregunta me pilló de sorpresa y dude antes de responder.
-Inseguridad quizás... Aunque tienes razón, debo a hacer las cosas que quiero hacer sin importar lo que piensan los demás de mi.
-Ese es el espíritu.
Me sonrió y me cogió la mano llevándome con el hasta mi casa.
Noté como mis latidos se aceleraban.
«¿Qué es esta sensación?» «No creo que sea... o sí?» «Lo veremos en el próximo capítulo de la vida de una idiota sin confianza en si misma.»

Don't Remember Me. (CDM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora