12.

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Era un número desconocido, lo cual me aportaba algo de incertidumbre y alivio al mismo tiempo.

-¿Sí?

Respondí con una voz algo temblorosa.

-A las 12. En el parque.

Soltó sin más la otra persona al otro lado de la línea. Su voz se me hacía familiar, pero no llegaba a asociarla con nadie.

-¿Quién eres? Musité dubitativa .

Lysandro me miró extrañado y me hizo un gesto en señal de que si quería que él intercediese, a lo que negué con la cabeza y me fuí algo más lejos de la cocina.

-Pff... aparte de llorona olvidadiza.

-Mira, me estás hartando. ¿Puedes decirme de una vez quién eres?

-Castiel, soy Castiel, pesada.

-¡Eres tú el que va de misterioso por la vida, pesado! ¿Además, para qué quieres verme?

-Agh. ¿Esto es una especie de entrevista o algo por el estilo? Tú ven y punto.

Puse los ojos en blanco y suspiré resignada.

-Está bien... ¿Me llevo el spray de pimienta?

-No estaría de más, nunca se sabe.

Respondió en tono burlesco.

-Me das miedo.

-Prometo no pasarme.

-Mhpfff... en fin, después nos vemos, adiós.

Colgó sin despedirse siquiera.
《Qué maleducado...》pensé para mí misma. Acto seguido, volví a la cocina con Lysandro y su madre, disculpándome por la interrupción.

-No es nada querida, ya puedes ayudarnos con lo que quieras.

Me respondió con una honesta sonrisa Josiane. La verdad es que me alegraba mucho que me tratase con tanto afecto, aunque no quitaba el hecho de que estaba siendo una carga para Lysandro y su familia...

Al terminar la cena, la serví junto con Lysandro y todos cenamos en compañía. Sus padres me contaban anécdotas sobre él de pequeño y yo las escuchaba bajo la atenta mirada de Lysandro pidiéndome con los ojos que no me ríese de ellas.
Se creó un entorno muy acogedor. Muy diferente al que estaba acostumbrada, me sentía muy cómoda, sentía que tenía una familia por primera vez.

Al terminar, nos pusimos a fregar los platos y recoger la mesa y el comedor y subimos a su habitación. Me ponía nerviosa el hecho de pensar que iba a dormir con Lysandro todos los días de aquí en adelante, aunque a la vez me alegraba bastante.

-Oye Mel, ¿al final quién era la persona que te ha llamado?

Me dijo con un tono algo preocupado. Me parecía tan adorable que se preocupase de esa forma por mí.

-Era Castiel, quiere que nos veamos en un par de horas...

-¿Castiel? Qué extraño... ¿quieres que te acompañe?

Dijo mientras rodeaba mi cintura con su brazo.

-Sí, no estaría mal. La verdad es que a mí también se me ha hecho extraño.

Besó mi mejilla y fue bajando lentamente hasta mi cuello, donde susurró: "-Aún tenemos dos horas para nosotros solos." Y sonrió. Nunca me habría imaginado así a Lysandro, aunque era innegable que me gustaba, y mucho.

Me sonrojé ante ese acto y él me besó lenta pero apasionadamente.

-Te quiero.

Dijo mirándome a los ojos. Sin duda alguna, se veía la sinceridad de sus palabras a través de ellos.

-Yo también te quiero.

Dije devolviéndole una cálida sonrisa.

Se echó encima de la cama y me invitó a acostarme a su lado, lo cual hice sin pensar. Me rodeó con sus brazos y besó mi cabeza.

Después de unos momentos, sin saber muy bien cómo, él estaba encima mía sujetando mis muñecas con suavidad y dando pequeños besos por mi cuello.

Cuando de repente...

Sonó el teléfono.

《¡Maldito teléfono!》Maldecí en mi mente.

-Voy a cogerlo...

Dije muy avergonzada. Sonrió al ver mi cara sonrojada y me besó la mejilla, acariciando mi pelo a su vez.

-Está bien, preciosa.

Me sobresalté al escuchar eso y una sonrisa espontánea se dibujó en mi rostro, me hacía muy feliz pensar que era "preciosa" para él.

Y, a continuación, descolgué el teléfono.

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⏰ Última actualización: Mar 10, 2017 ⏰

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Don't Remember Me. (CDM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora