Las noches desde que partiste.

I

Las palabras se cortan y las esperanzas caen al compás de los días.

En la cama, tu ausencia se marca con cada hora que me disponga a descansar. El olor de tu cabello impregnado en tu almohada me hacen pensar en ti y en todo lo que se vivió en esta cama. Las reconciliaciones que acabaron en sexo, las lágrimas de dolor que ambos derramamos, los momentos preciosos en los que dormías y me permitían abrazarte, las conversaciones intensas en las que hablábamos de todo lo vivido y lo que nos queda por vivir; echo de menos tus conversaciones hilarantes y tu depresión.

Sé que debería de dejar de pensar en ti, que debería olvidarte y considerarme "libre", pero no me siento "libre" porque tú eras quien me hacía sentir así. Tú eras quien me hacía sentir bien con simplemente estar a mi lado.

El silencio se ha incrementado con creces en esta casa. Sin tus bromas [algunas estúpidas] o tu voz, esta casa se ha muerto al igual que mis ganas de salir de aquí.

Ahora es cuando entre llantos imagino tu voz susurrando mi nombre, es cuando en la oscuridad te veo y en mis sueños aún susurras un "te amo" sincero.

Cuando cierro mis ojos con fuerza, aún te veo sonriendo mientras tomas mi mano y con una sonrisa me besas en los labios, me susurras cerca del oido cuán feliz te hago. Te oigo; te siento tan real que si te besara, ese sabor de tus rosados labios se sentiría igual.

Te necesito aquí, ¿alguna vez volverás?, ¿cuándo lo harás?

Vuelve pronto Rin. Te amo.