CAPÍTULO 7 EN DONDE MI CORAZÓN TERMINA DE ROMPERSE

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Disclamer: Los personajes no me pertenecen son de SM yo solo los uso para contarles las locuras que pasan por mi cabeza.

GRACIAS a todos lo que leen, perdón por tardar en actualizar.

Gracias a Isa Mella Romo por betear la historia.

CAPÍTULO 9. EN DONDE MI CORAZÓN TERMINA DE ROMPERSE.

La puerta se abrió antes de que pudiéramos seguir hablando. Entraron el resto de los Cullen.

Rose me vio, movió la cabeza y me dijo.

—Bells, ¿me acompañas con Jake? Ya debe haber llegado y necesito saber unas cosas del trabajo —. Yo sabía que quería hablar conmigo y necesitaba salir de allí.

—Sí Rose, claro.

— ¡Esperen! Bella, ¿no quieres sacar lo que compramos? —me dijo Alice con una gran sonrisa.

—No Alice, prefiero ir a ver a Jake, será rápido. Lo he tenido abandonado últimamente —. Y era verdad. Antes de que todo saliera a la luz nos veíamos diario, platicábamos nuestras cosas y lo que nos pasaba en la semana.

Cuando llegamos a las escaleras, subimos un piso antes de que Rose parara y me abrazara. Entonces me dijo:

—Peque, ¿qué pasó en el centro comercial? Te veías bien y ahora estás como zombie; más blanca y tu cara está triste.

—Rose, tiene novia y la ama —lo dije antes de soltarme a llorar.

—Tranquila Bella, yo también me acabo de enterar, pero eso no es lo peor. Bella mírame y júrame que vas a ser fuerte.

— ¿Qué pasa? —. Pero por más que quería hacerme la fuerte, sentía mi corazón como una esponja recién exprimida.

—Ella llega mañana para vivir juntos y en seis meses van a casarse.

Mi llanto se hizo más fuerte. Rose me pidió que me calmara porque nos iban a escuchar.

—Por favor Bella tranquilízate, te prometo que todo va a estar bien. Tú lo vas a olvidar, solo tienes que darte la oportunidad de salir con alguien más. Necesitas tranquilizarte para que podamos volver. Necesitas olvidarlo.

Hice mi mejor esfuerzo para recomponerme, pero cuando iba bajando no puse atención y caí de las escaleras.

— ¡BELLA! —gritó Rose.

—Tranquila estoy... —. Moví mis brazos y mi cabeza. — ¡Auch! —. Mi pierna derecha y la izquierda — ¡Auch! Casi bien, solo unos golpes en la pierna, la cabeza y creo que la espalda —le dije con lágrimas en los ojos.

—Bueno, ya no tendremos que encontrar un pretexto para los ojos rojos. No te muevas.

Corrió hacia el departamento y llegó con Emmett y Edward.

—Ay Bellita, otra vez te caíste —me dijo Emmett.

—Sip, ya sabes que el suelo y yo tenemos un romance eterno —le dije con una pequeña sonrisa.

—Te voy a ayudar a pararte —me dijo Edward.

— ¡No! Yo puedo sola, gracias —le dije brusca.

—No juegues —me dijo Emmett mientras me tomaba entre sus brazos y me levantaba.

Cuando llegamos al departamento, Rose explicó mi caída. Para nadie era secreto que siempre estaba cayéndome o tirando cosas.

Emmett me dejó en la cama y Rose corrió a todos de la recámara.

—Voy a correr a todos, yo me quedo. Tenemos que hablar, espérame.

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