Descubriendo a Papá

Tony POV

Disclamer los personajes no me pertenecen son de SM yo solo los tomo prestados para contarles las cosas que pasan por mi cabeza.

GRacias a Isa Mella Romo sin su ayuda quien sabe que les traería de capitulo

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Tony POV

Mañana es el último día de mi mamita como mesera. Yo quería darle un regalo, pero como no tenemos mucho dinero no podía comprarle nada. Mi mamita dice que cuando sea maestra ya no estaremos tan apretados.

A mí me gusta estar apretado, me gusta donde vivimos. El departamento es chiquito, pero me gusta más que donde vivíamos antes; en ése habían ratas grandototas.

Mejor le hice un regalo a mi mamita yo mismo; era un dibujo. Dibujé a mi mamita, a mi papito, a mí y a un perro; todos estábamos agarrados de la mano.

Cuando se lo di a mi mamita, lloró, pero me dijo que eran lágrimas de felicidad. Le dije quiénes estábamos en el dibujo y por qué los había puesto ahí. Volvieron a salírsele las lágrimas.

—No te pongas triste, mamita. Yo sé que se nos perdió mi papito, pero un día vamos a encontrarlo. —No me gustaba ver llorando a mi mamita.

—Ya es hora de dormir —me dijo y me dio tos—. Anda, voy a darte tu jarabe y tú vas a dormir como un angelote.

—Mamita, ¿me puedes contar cómo conociste a mi papito? —Mamita hizo cara de viejita, arrugándose todita—. No, ya sé, mejor yo te la cuento.

—Pero si me la cuentas cómo... —puse mis ojitos de perrito, así decía mi tío Oso—. Está bien, ándale, cuéntame la historia.

Me acomodé para quedar abrazando a mi mamita.

—Cuando mi mamita tenía cinco años, como los que yo voy a cumplir, ¿verdad mamita?

—Sí corazón. Ya te estás haciendo viejito. —Eso me hizo reír y arrugué mi cara como viejito.

—Se fue de vacaciones con mi abuelo Charlie, pero el abuelo dijo: "Te metí a un curso de verano para que hagas amiguitos" —le dije, haciendo la voz del abuelo Charlie y mi mamita se rió. Me gusta cuando mamita se ríe—. Estabas sola en un rinconcito viendo a todos los niños que eran más grandes, cuando de pronto se apareció una niña flaquita.

"Hola, soy Alice, tengo cinco años. ¿Quieres jugar conmigo? Todos los demás niños están grandotes. Podemos jugar a que tú te quedas parada y yo te hago un vestido y luego yo me quedo paradita y tú me haces un vestido.

»Tú y la tía jugaron hasta que se cansaron. Luego te dijo que te iba a presentar a su hermano que ya era grande porque ya tenia siete años.

»Cuando tú lo viste, tu corazón brincó mucho porque era el niño más bonito de todo el mundo. Se parecía mucho a mí, ¿verdad mamita?

—Sí corazón, se parece mucho a ti, por eso ahora tú eres el niño más bonito del mundo. —Me gustaba que mi mamita me dijera que era el niño más bonito del mundo.

—Tú te enamoraste de mi papito, y mi papito de ti. Cada vez que ibas a ver a mi abuelo, tú también visitabas a mi papito y siempre celebraban tu cumpleaños antes porque tenías que regresar con la abuela. Una vez mi papito te regaló una playera azul con un arcoíris y tú querías mucho esa playera.

»Luego cuando cumpliste trece años y ya eras muy grande, te fuiste a vivir con el abuelo, o más bien con mis otros abuelos porque te la pasabas todo el día con mi tía Alice y con mi papito. Entonces tú y mi papito se enamoraron mucho, mucho, mucho. Papito te regaló el CD de música que tú me regalaste. Papito se fue a estudiar lejos y luego tú te tenías que venir a estudiar a Nueva York, y cuando te mudaste perdiste el teléfono, la dirección y luego descubriste que yo estaba en tu pancita, ahh —se me salió un bostezo—, pero ya no pudiste encontrarlo para decirle.