PoV Caleb:
Podía escuchar los ronquidos de Akim como si lo tuviera a mi lado.
En el orfanato las habitaciones son dobles, comparto el cuarto con Akim desde que tengo memoria. Pero nunca llegas a acostumbrarte a sus hábitos de sueño.
La semana pasada padeció sonambulismo y terminó durmiendo en la bañera.
Este lugar es solo de chicos por lo que solíamos escaparnos a buscar algo de entretenimiento ocasional. Cosa que descubrían muy pronto.
El dueño del edificio era un hombre muy amable y con un gran corazón, Raymond Wright o como todos le decíamos Ray.
Ray y su esposa Madelene eran como nuestros padres. Nos habían enseñado muchas cosas y continuaban ayudándonos en todo lo que ellos podían. Sus hijos estaban en la universidad y solían venir de visita con frecuencia.Desperté algo confundido, aun estaba de noche. Malditas pesadillas que no me dejan dormir bien.
Tomo mi teléfono y tan solo faltaban diez minutos para que sonara la alarma
—Al diablo — gruño y me levanto.
Camino hacia el comedor intentando no despertar a nadie. Comencé a preparar el desayuno casi de forma mecánica
— ¿Otra pesadilla? — pregunta suavemente Mady entrando despacio y deteniéndose a mi lado
—Siempre la misma — afirmo sin mirarla.Desde que era pequeño e tenido la misma jodida pesadilla de una mujer llorando mientras sostiene algo entre sus brazos. Se oye un estruendo y disparos, luego me siento vacío como si una parte de mi se apartara pero aun así estuviera cerca. Es como si me faltara una mitad de mí.
Me sentía extraño, y a la vez enojado
—Es solo un mal sueño, Cal — intenta calmarme
—Mady, antes eran solo una vez cada meses quizás, ahora son cada semana casi cada noche, y nunca puedo saber quien es la mujer o que tiene entre sus brazos — la miro pero ella desvía la mirada
—De seguro es por alguna película que miraste cuando eras pequeño y ahora tienes pesadillas. Siempre te e dicho que las películas de terror no son para niños — sus explicaciones me hacen sonreír
—Quizás, nunca fui el niño más obediente de todos — su mirada era tan dulce
—Pero siempre fuiste el más honesto. Y el mas guapo, pero no se lo digas a los demás — susurra lo último como si se tratara de un secreto de máxima seguridad.
Me río por lo bajo y asiento
—No puedo creer que dejaras tu celular en la habitación Caleb. Tu alarma es como un jodido martillo en mi oreja — se queja Akim, lo había olvidado
—Lo siento. Pero hay que mirar el lado bueno, por fin aprendiste levantarte solo — me burlo a lo que él responde enseñándome su dedo del medio
—Cuiden ese lenguaje muchachos — nos regaña Mady.Mientras íbamos al colegio Akim intentaba convencerme de algunos planes que había ideado
—Amigo, ¿acaso quieres que nos metan a la cárcel? ¡Eso es secuestro! — exclamo
—No es secuestro, es llevarla contra su voluntad de manera que ya luego no te moleste más. Es un plan increíble — parecía muy seguro que lo que estaba diciendo
—Pues yo creo que es un crimen, y no quiero ir a la cárcel. Tiene que haber otra manera de darle una lección a la bailarina — y cuando acabé me di cuenta de algo, ya tenía una excelente idea.Akim me mira con una clara expresión de pánico total
— ¡Oh no!. ¡Claro que no Cal! — me detiene antes de que pueda llegar a decir algo
—Aún no e dicho nada, Akim — me quejo indignado
—Pero te conozco Caleb. Si mi idea nos llevará a la cárcel, la tuya nos llevará a la tumba — afirma. Es un exagerado, pero en parte tiene razón.Estaba ideando en mi mente un plan digno de Caleb Emmerson. Comencé con un golpe suave para probar hasta donde llegaría esa niña rica pero creo que la he subestimado.
Akim continuaba dándome ideas que la que no llevaba a algo ilegal estaba muy cerca. Sabía exactamente lo que tenía que hacer, por momentos sentía un invasivo sentimiento de maldad pura. Aveces me doy miedo.
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Opuestos
RomanceLa historia de Skylar Dawson, una talentosa bailarina de ballet y el huérfano Caleb Emmerson no es precisamente la típica. Se declaran la guerra, la niña rica contra en bastardo rebelde. Las decisiones que ellos tomen tendrán terribles consecuencia...