Opuestos

Capítulo 37: "Familia":

PoV Caleb:

Qué más añadir a todo esto. Quizás aclarar algunas cosas que quedaron al azar. Pero el final será el mismo, todo se irá al demonio de todas formas.
Cuando volvieron a abrir la puerta arrojan un cuerpo junto a mí
— ¡Akim! — veo a mi mejor amigo caer junto a mi
—Cal, no logré librarme de ellos — tenía unos golpes en el rostro y el labio destrozado. Encadenan a Akim junto a mí y Mike se aparece
—Bien, ya tengo a los bastardos — sonríe divertido
—Es hora de que esto suba de nivel — entran unos gorilas de 1.95 de estatura y Mike los mira
—No quiero que los maten, los necesito con vida unas horas más. Pero hagamos desear a nuestros invitados estar muertos — se retira del cuarto para dejarnos a merced de sus matones.
Nos golpean durante lo que creo que fue una eternidad. Uno de ellos me rompe una costilla la cual perfora mi piel haciendo sangrar peligrosamente rápido
— ¡Tenemos un problema Mike! — grita el gorila uno. Mike aparece molesto por haberlo interrumpido en lo que sea que estuviera haciendo
— ¿Qué han hecho? Se suponía que solo serían golpes superficiales — se lo veía muy molesto
—Emmerson se está desangrado, y miren como le dejaron el rostro al pequeño Dumont... él debía ver cómo nos divertimos con la perra rubia — golpea con fuerza la puerta.
Akim estaba prácticamente irreconocible y para cuándo me di cuenta yo yacía sobre mi propia sangre. Mike se va con algunos de sus hombres.
Unos minutos más tarde alguien llega.
Dean vuelve a la habitación
—Llegaron sus visitas, condenados — sonríe y hago un esfuerzo para deshacerme de las cadenas pero todo intento era obviamente inútil
— ¡Ya quédate en tu maldito lugar Emmerson! Diablos, ni al borde de la muerte dejas de ser una maldita molestia en el trasero — ajusta mis cadenas maldiciendo por lo bajo
— ¡Despertaste pequeño Dumont! Justo a tiempo — se retira de la habitación satisfecho.

Y para mí mala suerte, Sky y Layna habían caído en la trampa de Mike. Ahora nos tenía a los cuatro justo donde él nos quería... Atrapados.

Intenté acercarme a Sky pero solo logré profundizar mi herida y perder sangre aún más rápido. La mitad de las cosas no las recuerdo con claridad.
Sentía la boca seca apenas tenía fuerzas para respirar.
Sabía que había perdido mucha sangre y por eso sentía el mundo tan extraño. Mi sistema estaba colapsando y lo único que podía hacer al respecto era intentar mantenerme despierto, pero la fatiga era abrumadora.
Lo último que recuerdo fue por un estruendo como un sonido distante y ver a Mike ser atrapado por unos oficiales, estoy seguro de que me dijo algo pero antes de que mi cerebro pudiera procesar lo que me estaba diciendo todo a mi alrededor se apagó.

Despierto aturdido rodeado de personas
— ¡Ya despertó! — exclama Darwin junto a los hermanos de Sky. Me toma unos segundos asimilar que todo lo que había ocurrido no había sido un sueño. Aún me sentía mareado pero sabía que estaba a salvo.
A un lado veo a Akim en una camilla y a Layna sosteniendo su mano
—Sky — mi voz era apenas un susurro desesperado por convertirse en una palabra normal. La chica tenía cortes en prácticamente todos lados pero aún así se veía radiante. La habitación estaba repleta de gente
—Una semana en coma, eso sí es dormir hermano — bromea Lewis sentado en la punta de la cama
—Bien, démosle algo de privacidad — les ordena el padre de Sky.
La multitud se retira pero Sky se queda junto a mí
—Por un segundo creí que habías muerto en mis brazos — su intento de sonrisa se apagaba conforme sus ojos cristalizan por las lágrimas
— ¿Ya terminó? — pregunto mientras sostengo su mano. Ella sonríe a medias y asiente con la cabeza
—Este peligroso juego con el demonio cobró algunas víctimas, pero se terminó — anuncia la bailarina
— ¿Víctimas? — el aparato que estaba conectado a mi cuerpo comienza a sonar más fuerte conforme mis latidos aumentaban
— ¿No lo recuerdas? Lo que dijo Mike — y es ahí cuando mi mente intenta recordar que fue lo que Mike me había dicho antes de quedar inconsciente
—Cuando accedimos a ir con Layna, él fue por Mady — maldigo en mi cabeza un millón de veces por haber sido tan idiota de no haberle avisado a Mady del peligro en el que se encontraba
—Lo siento — las lágrimas corrían sin parar por sus mejillas.