Capítulo 31: "Abuelo":

281 22 2
                                    

PoV Caleb:

Supuse que en algún momento deberíamos salir de la casa, pero honestamente estar fuera de esa fortaleza me hacía sentir indefenso.

Según la policía debíamos seguir una vida normal mientras ellos localizaban a Mike. Volveríamos a la normalidad... O lo más cerca a eso que se pueda.

Durante todo el viaje de vuelta al orfanato, Akim estuvo totalmente en silencio. Sabía que nada de esto era normal... no es que nuestra vida en algún momento fue normal, pero ahora de verdad era territorio totalmente desconocidos para nosotros.

Al llegar Akim se percata de que el lugar estaba demasiado calmado. La casa estaba en desorden y había muchas cajas por todas partes. 

De uno de los pasillos sale Mady con unas cajas y junto a ella Gabe, uno de los huérfanos que vive aquí. El rostro de Mady estaba afligido y se podía ver desde donde estábamos nosotros que había estado llorando. Me acerco rápidamente a ella y le quito la caja de las manos
— ¿Qué ocurre Mady? — miro el interior de la caja y había ropa y efectos personales de Gabe
—El banco reclama la escritura de la casa querido — su voz tiembla y comienzo a preocuparme 
—La buena noticia es que adoptaron a Gabe, una bonita familia de Denver — un intento de sonrisa por parte de la mujer es dada al pobre infante junto a ella
—Él ya sabe que debe ser bueno con su nueva familia, y espero que siempre lleve en su corazón un poco de este lugar — sus ojos se cristalizan y Gabe la abraza. Un auto estaciona fuera y suena el timbre, Sonny atiende y pasa una pareja tomada de la mano
—Buenos días, somos los Lahel — se presenta el hombre
—Hola cariño — saluda la mujer y Gabe sonríe
—Ya está todo listo, les deseo la mejor de las suertes — se despide Mady y el niño sale del lugar con su nueva familia. 

Akim y yo nos quedamos helados, parecía algo irreal. ¿Perderíamos el orfanato?
Mady se queda en silencio unos segundos
— ¿Cómo es que pasó? — pregunto al fin
—Al parecer como Ray ya no está con nosotros, hemos perdido el apoyo del Estado para darnos un tiempo y pagar las cuentas — verla así me rompía el alma
—Apareció un interesado en comprar el edificio, está dispuesto a pagar una gran suma — añade
—Lo siento mucho chicos — toma una caja y se pierde entre los pasillos.
Akim y yo nos quedamos atónitos, no es posible que nos retiraran el apoyo... alguien los tiene que haber convencido de vender el orfanato.

Según Mady teníamos menos de un mes para desalojar el lugar, los niños serían enviados a hogares temporales. Nosotros estábamos a la deriva.
Esa noche no pude pegar un maldito ojo. ¿Y ahora qué íbamos a hacer?

La semana comenzaba de nuevo y yo no podía seguirle el ritmo. Estaba en otro mundo.
Me salto la última clase y se me ocurre ir hasta el cementerio, creí que sería una buena idea ver dónde se encontraba mi padre.
"Jordan Emmerson. Carpe Diem."
Me quedé sentado frente a su tumba por horas mirando su nombre y esa estúpida frase. Me pregunto cómo era él.
¿Lewis y yo nos parecemos a él o a nuestra madre?, ¿Cómo es que una maldita persona trae al mundo a dos niños y los abandona a su suerte?, ¿Alguna vez sintió aunque sea algo de afecto hacia nosotros?
Quería que me respondiera, quería saber cómo alguien puede ser tan desalmado de dejar a sus propios hijos a la deriva.
Aunque, una parte de mí sabía que mi vida no era lo exactamente color de rosa, estaba rodeado de criminales igual que él. Vivía en el peor lugar de la ciudad y todos aquellos que me conocían creían que sería un criminal... Irónicamente estaba destinado a ser igual que mi padre.
Lewis había tenido mejor suerte que yo, quizás uno de los dos podría cambiar el bendito circulo vicioso.

No tenía idea de cuánto tiempo llevaba ahí, solo sé que estaba oscureciendo y comenzaba a hacer frío afuera.
Pero no quería irme
— ¡Oye niño! ¡Sal de la tumba de mi hijo ahora mismo! Ten algo de respeto mocoso — me doy la vuelta y el anciano se queda petrificado justo frente a mí
— ¿Jordan? — murmura
—Lo... lo siento...yo — tartamudeo.
El hombre se acerca más sin decir nada
— ¿Quién eres niño? — me pregunta analizado mi rostro
—Caleb Emmerson, señor — respondo de inmediato. No me dice nada y sinceramente no sé qué hacer
— ¿Emmerson dijiste? — suelta de repente
—Si — solo me sale eso. El hombre se aparta como si hubiera visto un fantasma
— ¿Qué hacías frente a esa tumba? — me estaba asustando
—Es la tumba de mi padre — era la primera vez que lo decía y esa palabra me sabía un tanto extraña
— ¿Tu padre?, ¿Estás seguro? — insiste, solo me sale asentir con la cabeza.

Esto de los momentos extraños se está volviendo rutina en mi vida. Se ríe y pasa una mano por su canoso cabello
—Niño, soy Jonas Emmerson. Soy tu abuelo — y ahí se fue todo al bendito carajo. Se acerca y me abraza, se sentía extrañamente bien.
Se aparta y sonríe
—Sé qué será extraño para tí, pero me gustaría hablar contigo — me dice y acepto de inmediato.

Vamos hasta una bonita casa a unas calles del centro. En las paredes había fotografías de una familia. Un hombre abrazando a una mujer de ojos azules y junto a ellos dos chicos
—Ella es mi esposa Adeline — señala a la mujer de ojos azules
—Él es Kilian, tu tío — señala a un chico sonriente
—Y él es Jordan — estaba junto a su hermano riendo mientras sostenía una chaqueta negra entre sus manos
—Esa fue la última vez que estuvimos todos juntos — admite amargamente.

Me quedo estático frente a la imagen de mi padre, Lewis se parece más a él... eso creo
— ¿Cómo era él? — pregunto sin quitar la mirada de la fotografía
—Mi pequeño Jordan, siempre fue más extrovertido que su hermano. Era un buen chico — se notaba en su voz que lo extrañaba
—Pero, cuando Kilian murió... Jordan cambió, fue como si una enorme parte de él se hubiera ido con su mellizo. No volvió a ser el mismo desde entonces — entonces mi padre también había tenido un mellizo.

Me siento frente a él y pone una humeante paza de café frente a mí
—Recuperó algo de su antigua forma de ser cuando conoció a esa chica, pero ya estaba demasiado metido en esos malos pasos — rodea la taza con sus manos
— ¿Conoció a mi madre? — sentía una gran curiosidad por quién había sido ella
—Claro que sí. Llegó desde Dinamarca con su padre y una hermanita pequeña — parecía como si la estuviera viendo en ese preciso momento
—Jordan estaba muy enamorado de ella — confiesa
—Cuando supo que estaba embarazada vino hasta aquí con Jordan a pedirme ayuda, querían comprarse una casa para vivir los tres juntos — sonríe un poco
—Cuatro — lo corrijo, él se me queda viendo sin entender
—Tengo un hermano, un mellizo. Su nombre es Lewis — y seguimos con las noticias repentinas.

Le cuento a mi abuelo todo por lo que habíamos pasado hasta ahora
—Creo que después de todo no soy tan diferente a él — admito en voz alta
—Hijo, tu padre puede que tomara malas decisiones en su vida, pero sé que tú y tu hermano fueron lo mejor que ha hecho — se ríe un poco y alzo la vista
—Te pareces tanto a mi pequeño Jordan — confiesa con melancolía.

Pero aún había algo que quería aclarar
—Mi padre murió esa noche pero mi madre... ella escapó — quería saber si aún seguía con vida
—Lo último que supe de ella fue que estaba escapando junto a tu padre con la barriga a punto de estallar — mierda...
—Mila Raysen, ese era su nombre. Creo que su padre y su hermana aún viven en la ciudad — podía empezar a buscar ahí.

Me despedí de mi abuelo y volví al orfanato. Las cosas estaban aún más desordenadas
— ¿Dónde demonios estabas Caleb? — fue el bello recibimiento de mi mejor amigo. Le conté todo y como yo, tardo un rato en asimilarlo.
Miro mi celular y tenía unas llamadas de Sky, me había desaparecido todo el día.
Debía hacer algo para acomodar la situación, estaba apareciendo familia que no sabía que existía... sin mencionar el asunto con Mike.

Al día siguiente cuando llego a la escuela Sky se ve un tanto molesta
—Lamento no haberte respondido las llamadas ayer — me disculpo, ella solo asiente
—No te llamé porque tuve un día agitado. Tengo un abuelo Sky, y se quién es mi madre — añado. La bailarina se queda helada
— ¿Tú qué? — su expresión me da risa
—Lo siento — me acerco a ella y la beso... delante de cualquiera que se le dé la gana de vernos. Se sonroja pero no se aparta
—Ven, vamos a clase. Me cuentas en el camino — me dice y me toma de la mano. Todos nos miraban sin poder creer que una millonaria estuviera de la mano con un huérfano sin nada que ofrecer al mundo.




Capítulo 31: Aquí les dejo otra revelación... Caleb está descubriendo sus orígenes.

Voten y Comenten :)

Un Beso!!

-Clari!

Opuestos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora