Capítulo 1.

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-Narra Bon-

Bonnie era lo único que inundaba mis pensamientos esta tarde, y la anterior, y la otra... Basta ya, he quedado en ir a tocar la guitarra con él, y habíamos quedado a las 5 PM y eran las 4:30... ¡Espera las 4:30! ¡Llego tarde! Tengo 15 minutos para prepararme... ¡Corre Bon!

Era invierno aunque ya casi sería primavera, así que me puse mi típica sudadera azul, unos vaqueros largos y mi manga rayada, bajé las escaleras, cogí mi guitarra, unas llaves -Ya que a esa hora mis padres no estaban en casa- y me fui.

Estaba de camino al parque, el frío viento rozaba mi cara y su rostro pasó por mi mente, esos ojos, esa sonrisa... Noté como el tono de mis mejillas subía e intente calmarme.... No sabía que me pasaba.

Llegué al parque en el cual no había casi nadie, era un parque alejado, y en un banco rojo estaba él, tocando la guitarra pero derrepente me congelé. De verdad que no se porque me congelo ante ese idiota. Me saludó con la mano, le devolví el saludo, y fui hacia allí.

-¡Hola Bon! -Dijo esbozando una gran sonrisa.

-H-hola. -Sonreí. - ¿Como llegas siempre tan temprano? -Reí

No era la primera vez que quedaba con él, y siempre me contestaba que era muy puntual pero la verdad es que llegaba mucho antes.

-Suelo ser muy puntual. -Lo sabía- ¿Que te parece si empezamos a tocar? Podríamos empezar con esta partitura de aquí qu...- Y... Dejé de escucharle, desconecte. Sólo me podía fijar en sus preciosos ojos rojos y... ¿P-p-pero que estoy diciendo?

Noté como me ruborizaba y-... Interrumpió mis pensamientos.

-¿Que me dices, esta? -Dijo señalando una partitura.

-E-e sip, esa está bien -Dije y me limité a asentir con la cabeza.

Empezamos a tocar y me sumergí en la música. Rozaba las cuerdas suavemente, cada nota era una explosión de sonidos. Era precioso. Y aunque me costó un poco seguirle el ritmo, lo conseguí. Acabamos de tocar y dijo que fuésemos a por algo de comer a lo cual yo acepté.

Fuimos a una cafetería que estaba cerca y pedimos café (Pues no, vamos a una cafetería y pedimos un masaje jeje) también pedimos pudin, benditos martes.

-Bueno, y ¿Qué tal con tu grupo? -Dijo con su típica sonrisa.

-Estamos bien, ¡Tenemos que ganar esta competición cueste lo que cueste!

Pestañeó varias veces.

-Eso en realidad esta mal, maestro, yo creo que es mejor divertirse y aprender. -sonrió y me revolvió el pelo.

El tono de mis mejillas subió, tenía razón, no debía preocuparme tanto. Lo importante era como me sintiese con mi grupo, Derrepente Puso su mano en mi frente.

-¿Te pasa algo? Parece que tienes fiebre. -Dijo preocupado

-N-no, déjalo, no te preocupes por mi. -Aparte de su presencia el frío hacia que la cara estuviese aún más roja.

-Que sí, lo hago y lo haré, sh.

Definitivamente, no sabía lo que me estaba pasando, estaba... ¿Enamorado de él? Era todo lo que me importaba... Y... Vale sí, creo que ya era más que obvio.  Sus preciosos ojos rojos me miraban preocupado. ¿Se lo debía de decir?

-Bon, te pasa algo, ¿verdad? -Dijo .

Ahora, ahora era el momento de decírselo, pero... Qué pensaría de mi...

-Tranquilo, estoy bien. -Mentí y esbozé una sonrisa.

Nos pasamos mucho rato hablando aún cuando ya acabamos de comer pero no os hacen falta nuestras conversaciones. Nos levantamos de la mesa y andando por el parque seguímos hablando por un rato, de nuestras aficiones, propósitos, sueños, anécdotas... Hasta que rompió esas conversaciones.

-Bon, tú ... ¿Seguro que no te pasa nada?

Esos ojos otra vez, me empezaba a poner nervioso y me estaba sonrojando mucho, además, la gente de al rededor no ayudaba.

-¿Bon? -Repitió.

-B-bonnie... Y-yo.... E-es -q-que t-tu... -Me miraba con los ojos muy abiertos, como si me estuviese prestando mucha atención. Y eso me estresaba mucho más. -¡C-creo q-que me g-gustas!

Posé mi mirada en el suelo que parecía ser el único que no me juzgaba en estos momentos. De reojo, miré su cara. Sonreía pero, no como siempre, era distinto.

-Bon. ¿Puedo? -Dijo mientras rozaba mis labios con la yema de sus dedos. -El que calla otorga.

Apresó mis manos segundos estuve enfrente de el, podia notar su respiración, nuestras narices rozándose, el tiempo parado y mi corazón a mil, todo junto, aquel tierno beso que pareció tener sobre mí el mismo efecto que si me tirasen un cubo de pinura rojo en la cara.

Era un beso tierno e inocente, con los labios levemente entre abiertos. Un beso dulce. Mis mejillas ardían y el aire nos cortó del beso.

-¿Sabes Bon? Cuando te sonrojas estás muy mono. -Dijo y me dió un beso en la nariz.

Hinche los mofletes infantilmente. No podía estar mas feliz -Y rojo también- pero sobretodo feliz, de verdad, lo abracé y enterré la cara en su pecho, sonrió y apoyó su barbilla en mi cabeza.

Cuando nos dimos cuenta había empezado a nevar, un poco se nieve no hace daño ¿No? El problema es que mi casa esta a 25 minutos de aquí, y si vas corriendo, y con la nieve dudo que pueda.

-Bon, ¿A cuanto queda tu casa? -Preguntó

-A... Unos 25 minutos.

-Será mejor que te quedes en la mía, si no te vas a resfriar, esta aquí cerca. Entonces ¿Vienes?

Música para mis oídos. [#FNAFHS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora