Bigitte vivía una vida perfecta, no la vida de ensueño de los cuentos de princesas, ni la vida de una estrella del rock, pero una vida perfecta para una chica de diecisiete años. A pesar de algunos pequeños contratiempos que había tenido en los últimos años, no se podía quejar. Un padre atento, pocas amigas, pero amigas de verdad, buenas notas, un futuro prometedor... Pero su pequeño mundo que ella considera perfecto se derrumba un día cuando su padre le dice que debe irse a Japón a causa de su trabajo, y que ella debe mudarse e ir a vivir con su primo Liam.
