- ¡Bri, te echo de menos! - No pude evitar sonreir al escuchar a mi mejor amiga. Me tapé el oido izquierdo, intentando aislarme del ruido que había a mi al rededor.
- Lilly, ¿cómo estás? - Apenas podía habar sin pensar en que en cualquier momento rompería a llorar. Vale, apenas hacía cuatro días que nos despedimos y no nos veíamos. Pero la echaba mucho de menos. ¿A quién le gusta saber que va a estar un año sin su mejor amiga?
- Bien, ¿y tú? ¿Cómo llevas el cambio?
- Bueno, todo es acostumbrarse supongo. Pero se me hace raro.
- ¿Te tratan bien o tengo que ir a pegar a alguien? - Típico de Lilly, se preocupaba por mí, como una hermana mayor. Siempre lo había hecho y estaba segura de que siempre lo haría. Yo a cambio le cubria las espaldas a ella. Como la primera vez que le vi llorar por un chico, cuando teníamos quince años y le dejó su primer novio, fui a donde él estaba, en el medio de los pasillos del instituto y le bajé los pantalos y le ropa interior delante de todo el mundo, dejándolo en rídiculo. Era como un pacto silencioso entre nosotras.
- De momento me tratan bien, aunque los amigos de mi primo son muy raros. podrían hacer un show sobre ellos. Tendría máxima audiencia.- Hubo un momento de silencio entre ambas. Miré mi reflejo en la piscina y suspiré, todo esto era demasiado a veces, un cambio muy drástico. - Por cierto, gracias por la foto del entrenamiento, sales guapísima.
- Ha sido extraño sin ti. Judith ocupará tu puesto y jugará por ti hasta que vuelvas. Un año tampoco es tanto, son como mucho unos veinte partidos. No te importa ¿verdad? Sé que no te cae demasiado bien, pero era la mejor opción. - En ese momento, alguien pasó por detrás de mí gritando y riéndose. Iba a contestar a mi amiga, pero me interrumpió. - ¿Qué es ese ruido? Espero que no te hayas ido de fiesta sin mí.
- Bueno, más bien me han arrastrado a una fiesta sin ti.- Reí recordando como Megan y Perrie ahbían llegado hasta amenazarme para que fuese.
- No me lo puedo creer. Y yo aquí, en casa, sola y deprimida, porque es el primer sábado de cine que paso sin ti.
Podía imaginarmela sobreactuando, llevandose una mano al corazón, como si se lo acabase de romper. Era tradición nuestra pasar los sábados en su casa, en pijama, viendo películlas y comiendo helado. Hacía año y medio que no faltábamos a esa cita semanal ni una vez, y era yo la primera en romperla. Por un momento llegué a sentirme culpable. Hasta que oí un quejido de fondo y como ella se reía coqueta.
- Sí claro, ya veo lo sola que estás. ¡Qué poco has tardado en sustituirme! - Ahora era ella la que se quejaba y gritaba de fondo, pidiendo que le devolvieran en teléfono.
- ¡Hola, Hampton! - Solo él me llamaba por mi apellido porque sabía que lo odiaba. Bastardo.
- Hola, Harries. ¿Podrías hacer el favor de quitar tus manos de encima de mi amiga mientras hablo con ella? Gracias.
- Pero si a ella le gusta. Le gusta todo de mí. Y a ti también, que me adoras. Ai Lilly, estoy hablando con mi mejor amiga, que me echa de menos, deja de pegarme. - Volví a escuchar de fondo como ella reclamaba su teléfono.
- Eres un creído Jack.
Jack era el novio de Lilly. Los tres éramos amigos de toda la vida. Yo siempre había sabido de los sentimientos de él por Lilly, pues siempre que la veía con otro se ponía celoso y se desahogaba conmigo. Pero en el último cumpleaños de mi amiga, tuvo el valor suficiente de decirselo, se le declaró delante de todos los que habían asistido a la fiesta y la besó. Desde entonces habían sido inseparables y llevában ya seis meses juntos. Nunca los había visto tan felices como desde entonces. Y yo era feliz por ellos, eran mis mejores amigos.
Al final convencí a Jack de que pusiese el altvoz y hablamos los tres a la vez, aunque con él a veces era imposible, entre sus bromas y comentarios fuera de lugar. No cambiaría nunca.
Seguíamos hablando cuando Megan se dejó caer a mi lado. Se la veía molesta por algo, prácticamente como si fuese a llorar. Como sabía que mis amigos estaban bien me despedí de ellos y guardé el teléfono.
- Emm... Esto... ¿Estás bien? - No sabía como empezar la conversación, quería saber que le pasaba e intentar ayudarla, pero a penas ns conociamos, y me daba medo que pensara que me metía donde no me llaman o que le molestase.
- Sí. No. No lo sé. - Se trababa con sus propias palabras y se pasaba las manos por el pelo un a y otra vez, nerviosa. - Es solo que tu primo es idiota. Sin ofender.
- No ofendes.
Iba a intentarlo una vez más, a insistir para saber que pasaba, pero como siempre alguien me interrumpió. O yo pienso muy lento y por eso se me aldelantan siempre, o es que odian mi voz y no quieren oirme. Empezaba a cansarme. La voz de mi primo se oía cada vez más proxima, abriéndose hueco entre la multitud, buscando a Megan. Ella bufó, como diciendo "estoy hasta los huevos" ¿que había pasado con estos dos? Si solo hacía diez minutos que los había dejado y estaban perfectamente.
- Megan, por fin te encuentro. ¿Qué demonios te pasa? No corras otra vez y dímelo.
- Me pasa que eres idiota. - Megan se levantó, poniendose frente a él, de espaldas a mí. Me giré para mirarlos, se podría cortar la tensión con un cuchillo.
- ¿Pero que cojones he hecho?
- Estar en una esquina dándote el lote con la rubia operada esa. - Empezaban a gritarse, y parecía que Megan iba a pegar a alguien em cualquier momento. Esto no tenía buena pinta.
- ¿Y a ti que más te da?
- Pues... pues... ¡Que se suponía que ibamos a estar todos juntos, como amigos! ¡Pero tú haces lo de siempre y nos dejas tirados por cualquier puta que se te cruza! ¡Estoy harta!
¿Era cosa mía o ella parecía celosa?
- A los demás no se han quejado nunca, que yo sepa. ¿Por qué tu no paras de joder siempre con lo mismo?
Megan volvió a bufar, emitió un leve gruñido y se dio media vuelta para irse en dirección contraria.
- Espera, ¡Megan! Ah, hola Bri. - . Eh, sí, por fin alguien se da cuenta de que existo. Tras eso, Liam salió corriendo detrás de la chica. ¡Yo también te quiero primo!
Tras eso, no volví a ver a ninguno de los dos en toda la noche. ¿Dónde se habían metido? Ni Andy, ni Perrie... nadie los había vuelto a ver después de la pelea. Intentamos llamarlos, pero no contestaban al teléfono. Poco a poco la fiesta se iba apagando y quedaba menos gente. Me di cuenta de que sin mi primo no tenía como volver a casa. Tampoco es que supiese llegar si me dejaran un coche o pudiese ir andando.
- Brigitte, me ha llamado tu primo, se ha olvidado de ti y de Niall. Me ha pedido que os acerque a casa. - Zayn me ayudó a despertar a Niall, que estaba dormido en uno de los sofás, y no llevó a cada uno hasta casa.
Entre por la puerta trasera individual que daba directamente a nuestra zona, haciendo el menor ruido posible, pues no quería despertar a nadie. Liam estaba en su cuerto, dormido ya. Iba a meterse en problemas por olvidar a su prima, eso podía jurarlo. Pero era muy tarde y estaba exhausta, así que mejor mañana. Me dejé caer en la cama y en unos pocos segundos ya estaba dormida.