Capítulo 8.

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Desperté con alguien meciéndome suavemente mientras susurraba mi nombre una y otra vez. Abrí lentamente los ojos, acostumbrándome a la luz que entraba por la ventana, para encontrarme con Liam sentado al borde de mi cama. 

- Buenos días dormilona.

Me sonrió dulcemente y me abrazó, estuve a punto de imitar el gesto, hasta que recordé que se suponía que estaba enfadada con él. Le empujé para apartarlo de mí y  cayó al suelo, emietiendo y sonoro quejido. Ups?

- Joder, Bri, eso duele.

Automáticamente e ignorando a mi primo, miré el reloj . ¿La una? ¿Ya? Si que pasa el tiempo rápido mientras duermes. Me sentía como si solo hubiese dormido veinte minutos. Me estiré para acabar de despertarme del todo y vi que Liam seguía en el suelo, esperando algun tipo de respuesta o disculpa por mi parte. 

- Te fastidias, te lo tienes merecido por lo de ayer. - Le miré desafiante mientras me levantaba de la cama y me dirigía a la puerta, para "invitarle a largarse". En su cara se notaba que no tenía ni idea de lo que le estaba hablando, pero fue pasando poco a poco de la confusión al entendimiento, y de ahí puso cara de cachorrillo abandonado, intentando dar pena.

- Lo siento primita. ¿Me perdonas?

Se acercó a mí e intentó volver a abrazarme. Este no entendía nada, no valía con que le empujase una vez. ¡Prohibido el contacto físico cuando estoy enfadada!

- Liam, me dejaste tirada en un sitio donde no conocía a nadie. Te fuiste sin avisar si quiera. A mí, y al pobre de Niall también.Se suponía que teníamos que volver contigo. 

- No te dejé sola, llamé a Zayn para que os recogiese.

- Ya, a tus amigos a los que apenas conozco. Por no decir que le llamaste cuando ya estabas aquí, lo que quiere decir que en un principio sí te olvidaste de mí. - Remarqué la palabra sí lo más que pude.

Podría estar exagerando, siempre exageraba, pero me había sentado muy mal, y quería hacerle sentir culpable. ¿Mala persona? No, simplemente vengativa. 

- Pues no parecía que te importase tanto no conocer a nadie cuando desapareciste durante más de una hora. - El empezaba a levantar la voz cuando yo estaba manteniendo la calma. Esto empezaba a ponerse mal.

- Estaba hablando por teléfono, obviamente no me iba a quedar dentro de la casa con toda la música y el ruido. Además, tú al parecer estabas también demasiado ocupado con cierta rubia. 

- No empieces tú también con eso Brigitte. - Sí él tenía argumentos en mi contra, yo tenía más. Se cubrió la cara con las manos, como de forma desesperada. - Por favor, sé que fui un capullo y todo lo que quieras, pero perdóname. A penas llevas tres días aquí, no quiero que empecemos a discutir tan pronto.

Le miré para ver que esta vez se le notaba arrepentido de verdad. Asentí con la cabeza y esta vez sí dejé que me abrazase, aunque le hice prometer que nunca más se olvidaría de mí. 

- Venga, que mamá me había mandado a por ti, que ya debe esta la comida lista.

 La comida fue bastante tranquila, como de costumbre. Mi tio hablaba de como le había ido la mañana en el trabajo, mi tia de los nuevos cotilleos del vecindario, Liam decía lo primero que le venía a la cabeza y yo, bueno yo me dedicaba a asentir constantemente, sin prestarles real atención la mayor parte del tiempo, mientras disfrutaba de la comida de mi tía. Hacía años que n probaba una verdadera comida casera, y esta estaba buenísima. Al acabar, Liam y yo recogimos la mesa y fuimos a la cocina a limpiar todo lo ensuciado.

- ¿Te apetece que hagamos algo hoy? Pasar la tarde por ahí, como hacíamos cuando venía a visitarte de pequeños.

- Me encantaría, pero tengo que ir a arreglar las cosas con Megan. Ayer estaba realmente cabreada. La invitaré a tomar a algo y le pediré perdón, supongo. ¿Que te parece mañana?

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