- Por cierto, soy Perrie. - La chica rubía se acercó a mí y me abrazó cuando estaba apunto de sentarme en la silla.- Es genial que haya más chicas por aquí al fin.
- Encantada, soy Brigitte. - Conseguí contestar tras un pequeño silencio. Aunque Perrie se separó de nuestro abrazo, no me soltó las manos. Me miraba fijamente a los ojos, mostrando una gran sonrisa. ¿Estaba esparando algo más de mí, una reacción más efusiva o algo?
- Me alegro de volver a verte Bri, - Esta vez quien habló fue Zayn, que apareció por detrás de la chica, cogiendola por la cintura, llamando de esta forma su atención. ¡Yo también me alegro de verte Zayn! Gracias por salvarme de uno de los momentos más incomodos de mi vida.
Sonreí, capaz de sentarme por fin en la silla. Por un momento me sentí mal por Perrie, tal vez había sido un poco aisca con ella. De normal no soy así, pero me acabo de despertar, de manera un poco rara, y estoy hambrienta. Mire a mi al rededor hasta que localicé mi próxima presa. ¡Galletas de chocolote! Me estiré corriendo hacia ellas, pues vi que el chico rubio también las miraba. Estaban más cerca de él, pero yo fui más rápida. Me miró sorprendido mientras yo le sacaba la lengua.
- Hola, me llamo Harry. Y este es Louis. - No me había comido ni media galleta cuando ya tenía a alguien a mi lado interrumpiendome. ¿Qué tenía que hacer para comer tranquila en este casa?
- Encantada.- No sé si se me entendió al hablar, pues tenía la boca llena de galletas.
- Briggite, no hables con la boca llena. - Liam se acercó a mí y me quitó mi pequeño tesoro de las manos. - Y comparte las galletas con Niall.
Mi primo le pasó las galletas al chico rubio, que al parecer se llamaba Niall, y este me sacó la lengua, imitando mi gesto anterior. Me quedé sentada en mi sitio, viendo como todos conversaban. Nunca había sido buena con las presentaciones, ni conociendo gente en general. Era una situación bastante incómoda. Intenté llamar la atención de mi primo, pero estaba demasiado ocupado hablando con Megan y Perrie como para prestarme atención. El resto también hablaba entre ellos o se distraia con sus cosas. Nunca había sido ignorada tan descaradamente, y eso que solía ser bastante ignorada.
Cogí el móvil para mandar un mensaje a mi mejor amiga Lilly, decirle que estaba bien y, sobretodo, que la echaba de menos. Lilly la mejor amiga entre las mejores amigas existentes. No había nadie como ella. Para reir, llorar, volvernos locas, para todo, ella era la mejor compañía. Sería la persona a la que más iba a extrañar ese año. Junto con Adam, aunque con él la historía era totalmente distinta. Sin darme cuenta y por costumbre, comencé a balancearme en la silla mientras tecleaba en el teléfono.
Cuando levanté la vista, vi a Niall mirándome fijamente. Le mantuve el gesto un rato. Vaya ojos, del azul más impresionante que te puedas imaginar, brillaban divertidos, a la vez que me examinaban de arriba abajo. Intimidante, muy intimidante. Empezaba a ponerme nerviosa cuando su mirada volvió a cruzarse con la mia. No podía negar que el chico era atractivo hasta extremos difífilmente superables, con una sonrisa deslumbrante, sus intimidantes ojos y el pelo rubio. Me guiñó un ojo. ¡Dios mío! Entonces un mal moviento y la silla se fue hacia atrás, dejándome caer en el suelo con un estridente sonido.
- ¿Estás bien, Bri?.- Megan fue la única que se dignó a venir a ayudarme, lo demás estaban demasiado ocupados riéndose de mí. Asentí rápidamente, roja de verguenza, y cogí la mano que ella me tendía. - Anda, ve a vestirte, nos espera una larga mañana de chicas.
Estaba tan avergonzda y con tantas ganas de desapareces que acepté sin queja alguna y me fui a mi habiatación a cambiarme.