Capitulo 8

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- ¡¡Corre!! Se nos hará tarde. - me gritaba Lou mientras yo me despedía de su familia, al parecer el estaba más emocionado que yo por ir a Londres.

- Ya voy Louis, calmate. - dije mientras caminaba con mi maleta hacia el tren.

A dentro del tren nos sentamos juntos, él comenzó a hablarme de lo maravillado que estaba con el viaje, nunca había salido de Springs Town, ese había sido su olvidado hogar toda la vida y estaba demasiado emocionado, sus ojos brillaban y su sonrisa no cesaba. Era cautivante.

Luego de lo que ocurrió entre los dos procuramos hacer como si nada hubiese ocurrido, es nuestro pequeño secreto, a veces tenemos encuentros, pero nunca como aquella vez, Louis me gustaba, no había duda. ¿Le gustaré yo a él? Mi mente jugaba con mi corazón haciendome interrogantes que no tenían aún una respuesta.

- Louis.

- Dime ______.

- ¿Estás interesado en alguien?

*Narra Louis*

La pregunta de _________ me dejó consternado, ¿no ha notado que siempre que la veo a los ojos me pierdo en ellos?, ¿no ha visto la sonrisa que hay en mi rostro cuando lo veo?, ¿no habrá notado lo mucho que me ruborizo cuando me abraza? Cuando hicimos el amor, sí, el amor, por que para mi no fué sexo casual, sentí más de mil sensaciones en unos momentos, mi felicidad está completa cuando estoy con ella.

- Louis. - repitió llamando mi atención, pues me había ido entre sensaciones.

- Sí. - respondí sereno, tratando de ocultar lo obvio.

- Ah. - dijo ella. 

No quize decir más nada, pienso que ella merece su espacio, quizás saque conclusiones, quizás piense que me gusta alguna de las chicas del pueblo, no lo sé, pero no tengo valor para contarle que es ella quién me roba el aliento.

*Narra _____*

Ambos quedamos en silencio hasta llegar a Londres.

Las campanas comenzaron a sonar para avisarnos que debiamos bajar. Louis tomó nuestras maletas y salimos a tomar un taxi.

- Wow, es hermoso- dijo Lou mientras veía por la ventana del vehículo.

- Sí. - respondí.

Llegamos a mi departamento.

- Cuando mis padres murieron, el gobierno me dió una emancipación, ya tenía 17.

Compré este departamento con mi herencia, me costó mucho volver a retomar mi vida cuando eso ocurrió, pero no me lo podía permitir, así que fuí a la universidad, me matriculé y comencé a distraerme allí, así había sido hasta este año cuando me enviaron a aquel lugar... - le dije a Louis mientras entrabamos. El me miró un poco conmovido, nunca le dije nada a cerca de mis padres, casi nadie lo sabe, quizás se imaginen que vivo sola por que fuí la típica rebelde que se quizo ir de casa a penas tuvo la oportunidad. 

- ¿Quieres ir por un café? - me preguntó.

Comencé a reir por que él no sabe donde quedan las cafeterías y aún así me estaba invitando.

- Hay una cerca, vamos. - le dije sonriendo.

Salimos, el sol del atardecer comenzó a brillar sobre nosotros, llegamos al lugar y pedimos dos capuccinos. Empezamos a reír, contandonos anécdotas sobre nuestras vidas hasta que la puerta del lugar se abrió y ví entrar a quién no debía ver, no estaba preparada, no ahora.

Muñecos sexuales (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora