Julieta Evans exitosa publicista de Seattle, está casada con Andy Merino, galante empresario y muy exitoso, su vida de noviazgo fue hermosa, pero cuando al fin se casan él comienza a comportarse de manera extraña, una manera violenta que asusta a Ju...
Entré a Corporativa y Publicidad Evans (C.P.E.) es algo largo el nombre, si yo lo elegí para Andy todo está mal a menos que lo elija él, pasaba por allí Grace, la muy estúpida me ignoraba. Me acerqué a ella y se detuvo.
-Hey estúpida nuestra amistad idiota—dije y ella apretó los labios para no reírse.
-¿Qué quieres Julieta?—respondió con tono arrogante.
-Necesito decirte cosas—dije mirándola con ojos de perrito abandonado.
-Bien que sea rápido tienes reunión con Loan Stewart y Rachel Swing de Inglaterra —dije y caminé hacia mi oficina, ella me siguió. Nos sentamos un dos puffs que tenía en mi oficina.
-Grace yo... Lamento haberte gritado la semana pasada, es que...
-¿Es que que? ¿Qué te agarró tan joven la menopausia?
-¿Me vas a escuchar?—pregunté un poco ofuscada.
-Esta bien habla.
-Yo esta fingiendo, si estoy embarazada ¿Por qué crees que rompí las pruebas antes de que las vieran tu o Andy, solo quiero darle una lección.
-Bien estas perdonada pero lo que no entiendo es que... Porque una lección.
-Mira lo que te voy a contar es fuerte, ojalá que puedas entenderme y no me juzgues—dije y ella me miró confundida.
-Andy... Él... Él me... Me golpeaba.
-¿¡Qué!?—gritó y se paró del asiento.
-Cállate Grace, te dije que no me juzgues.
-Esta bien sigue hablando—dijo y se sentó.
-Fue hace unas semanas yo había quedado embarazada, en un ataque de ira Andy me golpeó y lo perdí, te juro que me iba a divorciar de él pero...
-Él te prometió que no lo volvería a hacer—susurró.
-Si, luego me enteré que me engañó con su secretaria, los encontré en la casa, ya estábamos separados algo de tres semanas, él se iba a ir de la casa pero antes de eso tuvimos relaciones y no pude dejarlo, después pasó lo del embarazo, el día que te grité, recordé todo lo anterior y decidí darle una lección, Lamento no contártelo Grace.
-No cariño no te preocupes tu no tienes la culpa de nada, yo me encargaré de que no te pase nada... Entonces ¿Estás embarazada?
-Si y hoy pienso decirle, Mirandita irá para entregarle unas cosas a Andy ahí se enterarán.
-Entonces te deseo mucha suerte Julieta, ahora tengo que ir a recibirlos antes de que lleguen.
-Anda Grace, gracias por entenderme—me sonrió y salió de la oficina, tras ella cerré la puerta, empecé a ordenar mis papeles.
10 minutos después.
Estaba sentada viendo noticias en mi Mac, cuando tocaron la puerta y vi como dos hombres en saco y corbata entraron por la puerta, me sorprendí ya que eran dos mujeres las que entrarían.
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Gracias a la luz que provocaba la habitación se veían muy lindos uno de ellos era dueño de hermosos ojos azules, cabello marrón oscuro el otro era rubio teñido, de ojos celestes.
-Buenos días señores, ehmmm en realidad no sé qué decir estaba esperando a dos mujeres.
-No, no se equivoca—dijo el castaño.
-Uh, entonces no lo sé Ustedes...
-Si, somos Loan y Rachel, suponemos que nuestras madres no eligieron bien nuestros nombres al nacer—sonreí a su comentario.
-Bueno son unos lindos nombres, pero pasen y siéntense.
-Muchas gracias señora Evans— Dijo y se sentaron frente a mi.
***
Tres horas después.
-Y todos estos son nuestros planes para la revista, mire solo necesitamos su apoyo para poder lanzarlas al estrellato.
-Es que en verdad no me convence y no estoy en las condiciones para solo gastar el dinero en sueños— Ellos me miraron con tristeza, sin decir se nada se pararon para irse—¿Es enserio? No, no se vallan, su proyecto me encanta, es el mejor que había oído, contratados.
-Muchas Gracias señora Evans usted es la mejor, de verdad muchas gracias.
-Oh no es nada yo solo hice lo que tenía que hacer, ustedes son los genios aquí y no me digan señora Evans, me siento vieja y solo tengo 23 por favor díganme Julieta.
-Está bien Julieta no te defraudaremos Julieta, nos encanta tu nombre—rió supongo que algo nervioso, sigo hablando con el castaño.
-Gracias muchachos— dije y me levantaron la mano en señal de despedida y los vi desaparecer por la puerta.
***
Regresaba a mi casa, Andy no fue a recogerme y Albert está de viaje, estoy a punto de llegar a casa, llegar para contarle a Andy que estoy embarazada. Saqué mis llaves de mi bolso. Tenían un pequeño llavero grabado con el nombre de Andy, él en el suyo tenía uno igual pero con mi nombre nos los mandamos a hacer porque es muy romántico.
-¿Andy?—grité dejando mi bolso en el sofá.
-Estoy aquí arriba amor—subí despacio por los tacones. Llegué a la habitación y encontré a Andy envuelto con una toalla en la cintura, me mordí el labio inferior con fuerza.
-Estás perfecto—me acerqué a él y le di un beso, puse una mano en su nuca y con la otra le quité la toalla que cayó sobre mis pies.
-¿Tienes ganas de más?—preguntó separándose de mis labios.
-No—me miró extrañado, mi mano tomó su duro miembro y mi mano comenzó a moverse de arriba a abajo.
-Ya detente... Y luego preguntas porque ando tan excitado—dijo casi entrecortado.
-¿Quieres que pare?—pregunté empujándolo hacia la cama sin soltarlo.
-No... Que estoy diciendo ya para por favor.
-¿De verdad? Porque tengo que decirte algo— dije y me arrodillé.
-Mmmm... Habla de una buena vez.
-Estoy embarazada—dije y me detuve, esperando que reaccionara.
-¿Qué?— dijo con voz ronca.
-Estoy esperando un bebé—de levantó de golpe.
-Te amo—susurró y vi como sus lágrimas cayeron, me levantó en el aire y comenzó a darme vueltas.
-Hey Hey— me bajó lentamente—Es mejor que vallas a ponerte algo de ropa Andy.
-¿Siempre tienes que hacerme tan feliz?
-Soy tu esposa, se supone que debo hacerlo—dije con algo de arrogancia.
-Ya tengo tu vestido para mañana.
-Es el gran día ¿Y Miranda?
-Salió tarde y no vendrá.
-Ña, no importa se lo diremos mañana ¿Si vendrá verdad?
