Capítulo I Donde esta Leikan?

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En una mañana normal Leikan siempre viene a casa, lo raro de esta mañana es que nunca llegó, estuve esperándolo hasta el mediodía, claro, una cosa demasiado extraña.

— ¿qué habrá pasado con Leikan? — murmuré mientras seguía esperando, eran las 12:05pm cuando sonó mi celular, contesté y resulta que era la madre de mi mejor amigo preguntando por él, —Hola Axel — dijo la señora Conner, — hola señora — contesté, lo que me hizo preocupar fue la pregunta de la señora Conner.

Axel ¿Leikan durmió en tu casa anoche? — preguntó pensativa.

— ¡No, pensé que Leikan estaba en su casa, lo he estado esperando toda la mañana! — Mi respuesta puso más preocupada a la madre de Leikan, — ¡OH NO! —, la señora dio un grito tan fuerte que creí que mis tímpanos se rompían. La llamada se colgó de golpe y fue en ese momento que supe más claramente que algo andaba mal.

Salí corriendo de mi casa, tan rápido que ni siquiera me dio tiempo en despedirme de mi madre, ella es una señora muy especial, siempre se preocupa mucho. Y de verdad que se lo agradezco en el alma, por eso no quise preocuparla más, precisamente por eso decidí que no le contaría lo que había pasado con Leikan. Salí por la puerta que conducía al jardín trasero, la cual me servía de atajo para llegar a la calle principal. La Casa de Leikan quedaba a unos quinientos metros de mi casa. Al llegar al hogar de mi mejor amigo, quedé totalmente estupefacto con lo que observé en ese momento, una larga columna de humo de un color rojo intenso salía de la casa, era una construcción de concreto y ladrillos pintada de blanco que poseía dos pisos, en el jardín habían pequeñas estatuas decorativas de diversos animales y colores, atravesé el jardín y me dirigía directo a las llamas, no sé en qué estaba pensando, nunca me he llevado bien con el fuego, pero tenía que salvar a quien fuera que estuviera dentro de ese lugar intenté entrar por la puerta principal pero el humo salía en grandes Cantidades debajo de ella. Busque otra alternativa y salté la cerca enrejada para caer dentro del patio trasero de la casa y visualicé mi oportunidad de entrar.

Cuando logré entrar por la ventana de la cocina me sorprendí, mucho más de lo que estaba, ¿cómo demonios el fuego estaba frio?, no se supone que sea así, de todas maneras continué hasta llegar a la sala, donde había un hombre que estaba en medio del fuego frio y al parecer el humo provenía de sí mismo, era tan alto que media casi tres metros de estatura, tenía el pelo negro cortado al estilo militar, su piel era de una tez morena, tenía colocadas unas gafas de sol muy obscuras, pero sus ojos se podían ver, ¡¡¡sus ojos son llamas¡¡¡, no podía creerlo, el tipo me observaba como si fuera un corderito a punto de morir, pero por alguna razón no sentía ni una pizca miedo, es más quería golpearle la cara con lo primero que me encontrara en el camino.

— ¿Qué haces Aquí Semidiós?—, preguntó el extraño con una voz grave, me quedé analizando la palabra que utilizó.

¿Semidiós?—, pregunté mientras seguía pensando

— ¿Acaso crees que soy idiota? —, estuve tentado a contestarle, pero algo me decía que mi repuesta no le gustaría mucho que digamos,

discúlpeme señor, pero no tengo ninguna idea de lo que me habla — dije — solo estoy aquí porque vi humo desde fuera pero...— no me dejó terminar la oración cuando hizo pedazos una mesa para el café hecha de madera que estaba a su lado.

— ¡TE MATARÍA PARA CALMAR MI ODIO, PERO TE NECESITO PARA RECUPERARLO! — Rugió con amargura.

— ¿¡Recuperarlo!? —. Seguía pensando de qué demonios me estaba hablando, — ¿A QUIÉN Y POR QUÉ? —, pregunté con impaciencia, pero a pesar de tantas preguntas, no me respondía lo que yo quería saber.

El tipo solo hizo un ademán de impaciencia y se esfumó delante de mis ojos y con él las llamas que estaban allí también se fueron, dejándome confundido perdido en mis pensamientos.

Me volví loco zumbé repentinamente.

Permanecí paralizado un rato, no lo podía creer ¿qué rayos acaba de pasar? ¿A qué y más importante a quien se estaría refiriendo el loco tipo de hace un momento?, la verdad creía firmemente en que había perdido la cabeza, me forcé a pensar que todo fue una ilusión causada por... yo que sé, la televisión, la radio, o cualquier cosa que mi mente hubo creado para fastidiarme el día.

Pero por desgracia no fue así, observé el entorno que me rodeaba, las paredes de color celeste permanecían como las recordaba de hace unas semanas cuando vine con mi madre a comer junto a Leikan y su madre, los cuadros decorativos y fotografías colgadas seguían igual también.

Las medallas y trofeos olímpicos en artes marciales de la señora Conner también permanecían en sus repisas, todo se veía en orden realmente no había señales de que hubiera habido fuego en ese lugar.

Pero algo si había sucedido, divisé la mesitapara el café que el extraño hombre destrozó de un golpe, permanecía hechapedazos y esparcida en el suelo, lo que en conclusión me dio a entender de quede verdad alguien estuvo aquí conmigo hace un momento y desapareció envuelto enuna nube hecha de humo así sin más, lo que significa que en realidad no estoyloco pero aun no entiendo que ocurrió.

En Busca Del Hijo De La Guerra (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora