Aquel dulce infante, se esfumó. Hakuryuu 2/2

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Te dije que volvería a ti, que no me detendría hasta tenerte de nuevo a mi lado.

Hakuryuu.

Fue una promesa hecha en la flor de la niñez, y sin importar aquello y el paso del tiempo la mantengo, con fulgor dentro de mis pensamientos.

Antes de la dolorosa despedida que marcaría los años venideros, juramos en presencia de la luna y las estrellas que sería tuya de la misma manera que tu serias mío.

Y sin saber el verdadero significado tras esas palabras, las sellamos con un casto y tierno primer beso.

Nuestro primer y único beso.

Justificamos eso con cosas que se hacen con naturalidad entre una doncella y un príncipe tras una promesa de tal magnitud.

El tiempo ha pasado, he dejado de ser una niña y ahora me he convertido en una mujer en toda la extensión de la palabra.

He estudiado arduamente un sinfín de pergaminos, libros y materias.

Me preparé en el dominio de la espada hasta que fui capaz de derrotar a mi maestro y decenas de hombres que hacían gala de su excelente dominio con el arma.

Inclusive, fui capaz de conquistar una mazmorra.

Fue difícil, he de admitirlo, pero, ahora Asmodeo me pertenece.

Dentro y fuera de mis tierras me respetan y los hombres no me ven como un bulto de carne más. Y sin embargo, existen algunos que rompen la regla y piensan que soy un ostentoso trofeo que se ha de conseguir por lo fiera e indomable que soy, pero más pronto que tarde les demuestro que no soy algo que hay que ganar... ni mucho menos temer.

¿Por qué algunos hombres les cuesta tanto entender que una mujer puede estar a la par que ellos?

Yo sé bien que ese no es tu caso, y montando a caballo con la gentil brisa acariciando mi rostro voy llegando a ti.

El mensaje que recibí fue claro y conciso: "ven, te necesito" solo eso fe suficiente para que una sensación recorriera cada parte de mi piel, mi corazón se desboco y una fina lágrima resbalo de mi mejilla. Ni en mis mejores sueños se me había ocurrido el hecho de que yo aún estuviera en tus pensamientos. Después de tanto tiempo y aun después de la agonía que pasaste, ahí estaba yo, en tus remembranzas. Me veías como tu igual y admitías necesitarme, y por supuesto que te la daría. Te prestaría mi intelecto y si eso no fuera suficiente, sin reparo y remordimiento me convertiría en tu escudo y espada.

Ahí estuve, estaré y estoy.

No necesito saber cuál es esa codiciada meta que ulula en esa mente tuya.

"Hakuryuu dime, ¿aún recuerdas aquel bobo pacto que hicimos cuando niños? El mismo que pactamos cuando todo era sencillo y dejamos las palabras al aire con el fin de que se hicieran realidad por sí solas."

De las horas a los días, y de los días a la semana, el tiempo se me escurría como arena entre los dedos, sin embargo, a cada segundo que pasaba me encontraba más cerca de tu lado.

"Recuerdas lo que hicimos para sellar el juramento..., por supuesto, éramos tan solo unos niños"

La palabra descanso no tenía cavidad en mi mente, por el contrario, quienes me acompañaban no poseían ese ímpetu tan característico de mí.

-Asmodeo, reside en mi cuerpo.

Honestamente ser obliga a vestir retazos de tela me tiene sin cuidado, siempre y cuando me otorgue poder, y mi djin sabe cómo hacerlo.

✨One-Shots: Magi the labyrinth of magic, the kingdom of magic✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora