Capitulo 1

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Lo veía a los ojos, los mismos que dos años atrás me inspiraban tanta paz como era posible, los que con tan solo una mirada alegraban mi día, y que ahora era incapaz de reconocer, pero en su defensa yo misma me resultaba una completa extraña, y allí estabamos, en el lugar donde se suponía empezariamos una vida juntos, en mi mente un paraíso terrenal y que ahora era mi infierno particular, con la diferencia de que yo amaba a mi verdugo.
Yo habia iniciado esto, pero el lo terminaria, siempre lo hace, siento como mis mejillas se umedecen mis ojos arden, se lo que va a decir
- No la amo, nunca lo hice.
Cada palabra duele aun mas que la anterior cada una se lleva algo de mi que no se si podre recuperar.

- Hice todo porque esto funcionara, por los dos - me escuche decir al fin - ¿Por qué, si deje todo, incluso lo que yo era? ¿En que falle? solo quiero saber ¿Por qué?...

- Porque no es suficiente, usted no es suficiente para mi- Nada me habria preparado para escuchar lo que acababa de decirme, tomo sus llaves, paso junto a mi y se fue.

No supe en que momento mis rodillas tocaron el suelo, vi mis manos sobre el suelo de madera, y como unas gotas caían sobre el, el dolor me asfixiaba levante la vista y desde donde estaba pude ver la pequeña frazada color verde puesta sobre la cama, corro y me aferro a ella como una niña desesperada, no me importa si alguien me escucha, quiero gritar, pero mi voz no sale, el dolor me invade y deseo con todas mis fuerzas desaparecer.

Mis ojos están cerrados con tal fuerza que no se si pueda abrirlos, siento una brisa que enfría la humedad de mi rostro, cuando al fin me decido a mirar espero ver la pared roja frente a mi, en su lugar hay una ventana a unos cuantos pasos, esta abierta y el sol se permite entrar, ese sueño otra vez, me digo, mi subconsciente parece ser un sádico mazoquista que disfruta toturandome. Hoy no tengo tiempo para esto, es lunes e inicio de semestre demaciado que hacer, me levanto y entro en la ducha.

Siempre Has Sido TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora