iMessage; amor inesperado

Once

Me cargó hasta su casa.

Me puso en una silla y me acariciaba el cabello; le brillaban los ojos.

- Okay, primero ponte esto - tomó algo de la mesa principal y me lo dio.

Era ropa.

- ¿Porque quieres que me lo ponga?

- Para que te sientas más cómoda, mira, solo vas a esa habitación - señaló a una habitación - y te cambias - terminó diciendo.

Me voy hacia esa habitación y busco si hay cámaras. No hay.

Me empiezo a quitar mi ropa muy nerviosamente.

¿Qué estoy haciendo?

Va a llegar de repente a la puerta, ¿y me va a violar?

No.

Voy hacia la puerta y pongo el seguro. De pasada pongo una silla.

Me pongo la blusa que estaba en aquella bolsa que me dio.

Era blanca con muchos cordones en la parte del pecho.

Me gustaba.

Y además, venía con unos jeans que estaban geniales. (En la multimedia está la foto de lo que le dio Diego a Paulina para vestirse)

Pero había un problema.

El brasier que tenía era negro y se veía en la tela.

Lo ignoro y salgo.

Noto sus ojos clavados en mi.

Me gusta que me mire.

- ¿Qué tal? - digo a la vez que doy una vuelta.

Esta vez, clava sus ojos en mi pecho. ¿Se notará tanto mi brasier de color negro? Ahora tengo vergüenza.

- Me gusta, pero... - se acerca cada vez hacia mi.

Me alejé de él un paso hacia atrás. ¿Me tocará el pecho? Ni se le ocurra pero... creo que sería genial. ¿Qué estoy pensando? Olvida lo que dije...

Me toca mi cabello y me quita un mechón que tenía despeinado. Sus ojos brillan otra vez. Esta vez, toca mi cara.

¿Qué le pasa?

Hago lo mismo. Levanto mi mano y toco su cabello. Suave. Castaño. Lacio. Ahora, tocó su cara. Sus ojos están clavados en mi, pero sigue acariciando mi cara.

Me encanta esta persona.

Me toma de la mano y me lleva al sofá.

- Mira Paulina, tengo que ser sincero contigo - dijo Diego.

- Si, ¿que pasa? - comenté.

- Cuando llegué a la escuela, y llegué al salón tarde... te reconocí al instante - Diego dice.

¿Ya me conocía?

Yo no recuerdo porque, ¿quién olvidaría esta belleza?

Creo que me ve confundida y dice:

- A lo mejor no me recuerdas porque no hablaba contigo. Solo te admiraba.

- Entonces, ¿estás diciendo que nomas entraste a esta escuela por mi? - dije sorprendida.

- No, yo para nada sabía que ibas a entrar a la escuela - dijo con la mirada en mi.

- Explícame pues - dije con risas.

- En la escuela que estábamos, tú eras novia de mi mejor amigo... Santiago -

¿QUÉ? NUNCA OLVIDARÍA AL ESTUPIDO QUE ROMPIÓ MI CORAZÓN. EL ME ENGAÑÓ CON OTRA PERSONA.