-Escape, muerte, dolor-

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Forcé a mis amigos a avanzar en silencio.
Ella estaba cansada, tardaría en despertar.

Llegamos hasta el primer área, ahí estaba Papyrus hablando con Sans.

-Como te decía sobre Undyne--.

Se dio cuenta de nuestra presencia.

-¡Andy!- gritó Ale, le hice una cara de "no grites, genia", le di un pequeño "shh"  y bajo un poco la voz. -¡Es un esqueleto!-.

Reí levemente.
Papyrus y Sans estaban girando sobre sí mismos, volteando hacia nosotros y entre sí, múltiples veces.
Pronto se detuvieron.

-¡O mi dios, Sans!- se mareó un poco, luego miro hacia nosotros. -¡son humanos!-.

Voltee hacia atrás levemente, viendo un grupo de rocas.

-En realidad, creo que esas son rocas-.

-oh- suspiro Papy con decepción.

-¿Pero qué es eso en frente de las rocas?-.

-¡Wowie!- se volteó y le susurró algo apenas entendible. Algo como, "¿son humanos?". Sans respondió con un "sep". Aclaró la garganta, que no tiene, y llamó. -¡Humanos! ¡No pasarán esta área! ¡El gran Papyrus los capturara! ¡Avancen! Si se atreven. ¡MUEHEHEHE!-.

Con los gritos que el pobre pega, agradecí que estuviésemos cuando menos lejos de la chica dormida. El esqueleto más bajo se iba a retirar después de decir "no se preocupen, mantendré una cavidad del ojo para ustedes", poco después de que se fuera el menor. Pero le llame. Sans se quedó ahí, observándome expectante. Jale a todos hacia el, y mi sonrisa de ternura por Paps desapareció. Llame la atención de todos.

-chicos, Sans, necesito decirles algo-.

Todos me miraron con confusión. Claro, los había hecho dejar a una amiga atrás.

-¿Qué pasa, Andy?-.

-¿y su otra amiga? Preguntó el esqueleto-.

Tome aire.

-La chikis es una genocida.-. Todos me miraron con extrañeza, menos Sans, que me miro con horror. -Cuando volví, en las ruinas, la vi matar a Toriel, y a Armando. Esta llena de polvo de monstruos, y me amenazo en las ruinas-.

Todos mis amigos me miraron como si estuviera loca.

-Andy, estamos hablando de la Chikis-.

Mire a Rodolfo como diciéndole "¡Eso ya lo sé, menso!". -¡A eso me refiero! Está fingiendo la actitud de siempre mientras mata a nuestras espaldas-.

Lo pensó. -....mi bastón... ¡El baston de metal!- dijo sorprendido. -¡me olvide de buscarlo cuando caímos!-.

-¿qué la chikis no lo traía?- dijo Luis.

-Se veía empolvado- pensó Pedro.

-¡Por qué mató monstruos!- grité yo.

Sans me miró con seriedad. -si lo que dices es cierto, debemos irnos ya de aquí-.

-no solo eso- dije. -debemos evacuar Snowdin, o nos matará a todos-.

Segundos más tarde Sans nos guió por todo el bosque de Snowdin. Su mirada de seriedad se quitó pocas veces. Principalmente cuando aparecía Papyrus. No había manera de esquiva el hacer los puzzles, pero gracias a Sans se hizo más rápido.
Pronto llegamos a Snowdin Town. Me acerqué al guardar.

"El salvar a los monstruos de llena de ----"

Guardar.         Recargar.          Resetear.

Entonces me di cuenta de que aparecieron dos botones en forma de flecha que señalaban la izquierda y la derecha. Presione un botón, y me llevó a una vista del guardar de Alexandra. Lo seguí moviendo, y ahí estaban los guardar de los demás, aunque yo no podía interactuar con ellos más que viéndolos. Llegue al de la Chikis.
El verlo me dejo paralizada.

"Quedan 7"

Debíamos apurarnos. Volví a mi guardar, y lo use. De todos modos no iba a recargar. El último punto fue donde dejamos a la Chikis, solo nos iba a matar.
Corrí hacia Sans, que estaba hablando con Papyrus. Ambos decían cosas sobre la evacuación. Pronto se llevó a cabo. Íbamos sacando a todos los habitantes de Snowdin hacia WaterFall. Yo estaba al final, con Luis.
Ya quedaban pocos.

-¡Andy~!-.

Voltee asustada. Ahí estaba Chikis. Su mirada detonaba enojo y entusiasmo. Su cuerpo, cara, y principalmente manos tenían polvo. El cuchillo real que sostenía era empuñado fieramente, como si supiese pelear desde hace siglos. Me apunto con velocidad.

-Te lo advertí, niña-.

Todos estaba fuera de Snowdin. Sans me veía a lo lejos. Escuche como me llamo. Por pura adrenalina corrí hacia el. No escuchaba nada, ni a nadie. Solo me fijé en correr hacia la salida. La seguridad. Luis venía a mi lado. Supuse que él tampoco quería morir. Era más rápido que yo, pero la nieve nos alentaba bastante. Ha, pocas veces eh visto la nieve, y ahora la odio por hacernos vulnerables. Sans se veía preocupado. La Ale gritaba algo, pero la adrenalina no me dejaba escuchar.
Luis, aprovechando la velocidad que podía tomar, llamó la atención de nuestra vieja amiga. Comenzó a dar vueltas al árbol de Navidad. La Chikis lo seguia, intentando matarlo. Pronto, al ver que yo llegaba, intento correr hacia nosotros.

Un cuchillo evitó que eso pasara.
La mayor logro atraparlo y se puso sobre el, levantando y encajando el cuchillo repetidamente. La sangre saltaba y creaba un charco al rededor de los dos. Se oían los gritos que cada vez bajaban más del chico, y la mirada de la chica seguía en su nueva víctima.
Había logrado que la Ale se voltease, y Pedro y Rodolfo estaban más en frente, moviendo a los monstruos con toda la velocidad que podían, mientras Papyrus los acompañaba para evitar que Undyne matara a nadie, y Landell iba entremedio con los monstruos, para revisar que todos fueran. Para ahora, y con el tiempo que ya había pasado, ya debían estar más lejos. Quizá casi en la salida de Watefall.
Y ahí estaba yo, viendo la muerte del segundo.
De uno de mi grupo. De mis amigos. De mi segunda familia, siendo asesinado sin que yo pudiese hacer nada.
Vi a dos de mis amigos morir, y algo me decía que no sería el último. Chara termino la masacre, la tortura del chico, y me miro con locura. Me quería muerta, y algo más que su expresión me lo decía.

Sentí como Sans me tomaba del antebrazo mientras ella se acercaba corriendo hacia mi.
Pronto todo se hizo difuso, y de la nada, estábamos antes del laberinto de obscuridad. Algunos monstruos se alegraron de que estuviésemos ahí. Los de la guardia real, al ver que habíamos organizado todo, nos habían dado su confianza.
Corrí hacia la habitación anterior. Me tire al suelo, y vomite.
Créanme.
No es tierno ver a dos personas, sin contar a Tori, morir de forma violenta en un día.
No me llegue a manchar nada, así que solo saque una botella de agua de la bolsa que llevaba, mientras me preguntaba "¿como cabe todo aquí?", y bebí. Sentí como algo me levantaba con violencia.

Enseguida supe quién era, cuando tuve una lanza apuntándome al pecho.

-¡¿últimas palabras mocosa?!-.

-¡AAAAAAAAAH!-.

Guardando....
Partida guardada.

Friends in Underground [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora