-Determinación para salvarles-

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-¡¿Últimas palabras, mocosa?!-.

El cuello de mi blusa era levantado por detrás, y yo intentaba con desesperación dos cosas; respirar, y bajarme la blusa, que por culpa de la chica, estaba a punto de subirse por encima de una parte que no me gusta mencionar por pena.

-¡Undyne!- gritó Pap entrando. -¡Espera!-.

La chica me bajó de golpe, sorprendida por la estancia del esqueleto. Agradecía que ya hubiese avanzado a la habitación siguiente, donde habíamos aparecido antes. Si no, quizá hubiese caído en el vomito. Qué desagradable.
Hablando de, tengo hambre.

¡¿Qué?! ¡¿Por qué estemos en un Apocalipsis creado por nuestra es amiga no me puede dar hambre?! ¡Pues noticias! ¡Acabo de vomitar mi almuerzo y no eh comido nada más!

Papyrus me ayudó a levantarme, y miro a Undyne. -¡Ella es la humana de la que te estaba hablando! Le encantan los puzzles, se lleva bien con Sans, ¡y gracias a ella estamos vivos!-.

Sonreí nerviosa ante la mirada asesina de Undyne.
Tan solo me empujó y gruñó un "andando".
Llegamos al laboratorio de Alphys.
La mitad de los monstruos ya estaba siendo evacuado, un poco más adelante, en Hotlands, hacia las ruinas.
Undyne bebía su quinto vaso de agua, sorprendentemente, pues acabábamos de llegar.

Vi una pantalla gigante, donde se veía a la Chikis matando a un monstruo. Afortunadamente parecía que apenas iba a inicios de WaterFall. Muy lejos de donde estábamos. Se veía molesta, y atacaba a lo bruto. Mire al suelo un momento.
La Ale corrió hacia mi, y me zarandeo.

-¡¿Estas loca?! ¡Sabía que el golpe te afecto! ¡¿Cómo chingados se te ocurre escapar cuando acabamos de escapar de la Chikis?!-.

Sonreí, divertida. -lo siento, Ale-.

Sans también apareció. Rodolfo, Pedro, y Landell, que estaba tan tranquilo y callado, como pensativo, que casi se me había olvidado que estaba ahí, venían con el.
El esqueleto me miro con pena y me abrazo. Yo me puse un poco roja, sin embargo, más que por el abrazo, me puse roja por las ganas de llorar.

-Lamento.... Que hayas tenido que ver eso, niña-.

No iba a llorar.
No quería llorar.

Termine llorando. Abracé a Sans de vuelta. Mis amigos me miraron en silencio.

-Andy...¿qué pasó?-.

La Ale lo miro con seriedad. -La Chikis mato a Luis-.

Pasamos unos minutos así. Luego me separe de Sans. El no tenía la culpa de que fuera tan llorona. Susurre una disculpa y me separe.
Pregunte por un baño. Rápidamente me dijeron un, ahí en el mismo laboratorio, y me limpie la cara. Salí unos minutos más tarde.
Mire a Undyne con seriedad, luego a los demás.

-Tenemos que detenerla. Ya.-.

Todos me miraron con incredulidad.

-¿y qué piensas hacer?-.

Camine hasta Undyne. Ella me miró con desagrado. -Undyne, sé que probablemente me odias, ¡pero quiero que me entrenes! ¡Aunque tengamos poco tiempo!-.

Todos me miraron como si estuviese loca.
Los monstruos me miraban sorprendidos. Sans lo hacía con disgusto, Papyrus con miedo, mis amigos con preocupación.
Yo solo veía al frente con determinación.

-¿Qué te hace pensar que YO te entrenaré a TI?-.

Suspiré. -Es mi culpa que hayamos caído aquí, y por eso soy la responsable de que ella tenga la forma de matarlos. Ah matado a monstruos, ah matado a mis amigos. Y haré todo lo que esté en mis manos para evitar que siga sucediendo. Incluso si tengo que morir por ello-.

Ella me miró. Entonces, una lanza se materializó frente a mí, y me atacó. Asustada, cerré los puños y voltee la cabeza cerrando los ojos con miedo. El golpe no llego. Abrí un ojo y revise lo que sucedía. Luego, la mire de frente. Me miraba burlona. Me estaba ofreciendo la lanza.

-¡hagamos esto, mocosa!-.

Vi de reojo a la pantalla gigante. La Chikis estaba dormida, aún en los inicios de WaterFall.
Rodolfo se unió a nosotras. Salimos del laboratorio ignorando los gritos de preocupación de los demás. Sentí que alguien me intentaba detener pues sentí un vuelco en el pecho. Como si moviesen mi alma. Pero no pasó nada más.

Al salir de ahí, entramos a WaterFall. Parecía peligroso, pero estaba al líder de la guardia real con nosotros. Hizo un par de lanzas y nos las dio a mi y a Rodolfo. Era muy pesada, pero bueno, iba cargando con mi mochila. Nada era más pesado que eso.

Recordé una canción de Steven Universe, una serie que hacía tiempo me gustaba.
Comencé a tararearla y cantarla en voz baja mientras corríamos cargando esas pesadas lanzas. Es curioso por qué puedo recordar esa canción de hace no-se-cuantos-años, pero no podía recordar casi nada de Undertale. Pronto nos acostumbramos, aunque estábamos los dos cansados. Yo principalmente.

-Deep down, I know- comencé, lanzando la lanza lo más lejos que pude. No llego muy lejos, pero para como había empezado, me bastaba. -I wasn't built for fighting-, ahora usaba la lanza para moverme con agilidad por la corta área que usábamos para entrenar. La usaba como resorte.  -But that doesn't mean I'm not prepared to try- volví a lanzar el arma que llevaba, llegando un poco más lejos, y me arrastré para recogerla. Qué suerte que deje mi bolsa y mi suéter, o serían un desastre. -What they, Don't know- pensé en la Chikis. Aumente un poco mi ritmo, aunque estaba muriendo de cansancio, y ya no sentía las piernas. -It's My real adventage,- recordé a mis amigos caídos. A los que seguían ahí. Recordé a mis padres, mi familia verdadera, y a Sans, Papyrus, y demás. -when you live for someone, you're prepared to Die-.

Sentí un escalofrío. Como si algo recorriera mi espalda con odio. Luego, sentí un dolor leve en el estomago, una punzada, y un mal presentimiento. Perdí el ritmo, y caí en el agua.
Undyne se acercó y me ayudó a levantarme.

-y mira que ibas bien. Como sea. Pudiste haberlo hecho mejor. ¡Venga, mocoso! Ya es tarde, tenemos que volver antes de que la otra humana llegue-.

Al llegar al laboratorio, los demás me regañaron.
Pedí a Alphys que me dejara el baño para bañarme, y le pregunté si tenía ropa que me pudiese prestar. El robot, Mettaton, en quien apenas reparé que ahí estaba, dijo que él me haría unas en minutos.
En efecto, al salir de bañarme, había ropa afuera. Todo un conjunto, incluyendo... Bueno, lo esencial. Qué vergüenza.
Afortunadamente, todo me quedo.

Entonces note que era la ropa de Frisk. No estaba usada, es decir, se acababa de confeccionar. Pero era una camisa manga larga azul con dos líneas moradas en él área del estómago y un short algo largo. Me puse mis converse, me cepille el pelo con un cepillo prestado, también de Alphys, y salí. Le pedí a Ale mi suéter y mi bolsa, ella aún lo tenía.
Al dármelo, me lo ate y, o puse.

Algunos monstruos que todavía no se habían ido seguían con nosotros en el laboratorio.
Nos acomodamos,y todos, incluyendo a Undyne, y demás, dormimos ahí. Salí del laboratorio.
Moría de calor.

De la bolsa saque un cuaderno de dibujo y un lapicero.
Comencé a dibujar a Sans y a Undyne, pues fueron los que hasta ahora más me han apoyado.
Había mejorado bastante los últimos meses, así que quedó bien. No perfecto, no bonito. Solo bien.
Lo cerré dejando el dibujo casi terminado de Sans cuando sentí que alguien me miraba. En efecto, ahí estaba Undyne. Me miro sonriendo.

-¿No es raro enamorarte de un--?-.

La corté, sonrojada. -¡n-no es eso, loca!-.

Ella rió. -Esta bien, está bien. ¿Sabes? No eres tan desagradable, niña-.

Sonreí. -tú tampoco-.

Guarde las cosas, e hice el ademán de que debíamos ir a dormir.
Me acosté, mientras veía la cámara. La Chikis aún no se levantaba. Eso era bueno. Pronto me acosté. El cansancio me hizo quedarme dormida casi inmediatamente.

Guardando....
Partida guardada.

Friends in Underground [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora