-Dudas-

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Decidí levantarme. No podía quedarme mucho más ahí. Los demás me esperaban. Esperaban a que terminara esto, y no podía defraudarlos.
El camino comenzó tranquilo. Entonces, llegue al lugar donde aparecía la primera echo Flower. Vi por segunda vez al niño monstruo. Y en su estación, a Sans. Camine hacia el, con una sonrisa divertida. Parecía dormido. Tome aire, con la idea de asustarlo. Ya iba a llegar. Estaba a punto de dar un gritillo. Cuando él se levanto y me saludo con la mano y un diminuto "heya", dándome el susto de la vida.

-¿qué pasa? Cualquiera diría que viste un... Monstruo, aparecer de la nada-.

Lo vi con desagrado. -Me asustaste, torpe-.

-Bueno, tú intentaste asustarme también, ¿no?- dijo encogiéndose de hombros

Me comenzaba a asustar. -¿Cuánto tiempo llevas despierto?-.

-Uh... No lo sé realmente- rió nervioso.

Lo mire con una cara extrañada. Entre confusión, y un poco de miedo. Voy recordando lo aterrador que Sans podía llegar a ser.

-Welp. De cualquier manera- dijo, llamando mi atención. -Supongo que sabrás que dos trabajos significan--.

-El doble de descansos, legalmente. ¿No?- interrumpí.

-Hehe. Si. Algo así iba a decir. Como sea, ¿me acompañas a Grillby's?-.

Yo sonreí. No importaba que tán tenebroso fuera. Era Sans. Internamente, seguía gritando como una Fangirl. -Me parece bien-.

El pronto salió de su puesto y me ofreció la mano. -Ven, conozco un atajo- dijo guiñándome.
Yo, con tranquilidad, acepte su mano. El, guiándome, con mi mano sujeta, avanzó hacia donde seguía el camino. -Cierra los ojos- sonrío. Yo hice lo que él dijo. Sentí un fuerte mareo. Casi caía. Sin embargo, Sans me atrapo en el acto. -Wow. No estás acostumbrada a la magia, ¿eh?-. Le mire mal.

-Ya estoy acostumbrada a la magia. El que la tuya sea más fuerte no es mi culpa- le gruñí. Él me miró con extrañeza.

-¿Más fuerte?-.

Le vi con seriedad, y luego voltee hacia arriba, notando que estábamos en las afueras de Grillby's. -Los dos recordamos el Reset anterior... Sabes tan bien como yo que eres el más fuerte de los monstruos. Al menos con la retribución kármica. ¿No?-.

El miró al suelo. Sus pupilas habían desaparecido y tenía la mirada obscurecida. Luego cerró los ojos por un rato. Y cuando los abrió, volvió a la normalidad. Su típica mirada bonachona y su sonrisa semi burlona. -Lo lamento. Lo olvidé por un minuto.-.

Le mire con confusión. Guardé silencio. Había algo raro aquí.
Él decidió ignorar mi mirada, y abrir la puerta. No lo había notado, pero aún me llevaba agarrada de la mano, lo que me impulsó a seguirlo, para no caer. Sentí un leve calor formarse en mi cara. Era una estúpida por sonrojarme por esto, y lo sabía.

Dentro, Sans saludo a todos. Dijo uno que otro chiste, hizo gestos, y demás. Varios de los monstruos los conocimos de camino a Snowdin, así que yo tampoco me quede atrás y los salude, alegremente. Pronto, llegamos a la barra.

-¿Y? ¿Qué quieres del menú?-.

Vi a Grillby. Parecía agradable, aunque para ser sincera, me intimidaba un poco.... Bueno, me intimidaba bastante, ¡pero yo sé que es bueno!
Revise la cartilla. No soy mucho de comer, así que solo dije "papitas" con algo de timidez.

-Oh, buena elección. Una orden doble de papitas-.

El ardiente joven se retiró. ¡Y no me mal entiendan! ¡Está que arde! ¡Literalmente! Si me acercara un poco más, me quemo. Creo. Sans tiene razón, no entiendo la magia del todo.

Friends in Underground [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora