POV Alexandra
-Encuentro sanidad... - me despierta la melodía de mi alarma en el celular; 10 de la mañana; respiro profundamente mientras cierro mis ojos y tengo una lucha interna donde mi mente dice: Despiértate y mi cuerpo: Duerme
Tomo una gran bocanada de aire nuevamente y recuerdo el motivo por el que esa alarma esta puesta; mañana regresaremos a la escuela y debíamos normalizar nuestro horario de sueño, además que Darón me dijo para hoy llevar a Gabriela a ver un lugar que conocemos desde niñas y ayudarla recordar
Ñaaaahhhh si sigo durmiendo y me despierto a las 1 de las tarde nos quedará tiempo.
Me auto-asiento con una sonrisa cansada y vuelvo a tratar de conciliar el sueño cuando de repente algo se me vino a la mente "Hoy debo enseñarle a orar a Gabriela". Frente a ese recordatorio abro mis ojos de golpe, se me había olvidado.
Pero puedo dormir más ¿No?...
En realidad no, ya que mis padres vienen a las 12 y se van a las 1:30 y la idea es orar apenas despertemos, además que de seguro nos tardaremos mucho...
Después de esa discusión mental conmigo misma, suspiro y me paso la mano por la cara; tengo que despertarme; miro a mi lado y Gabriela está durmiendo boca abajo con cada una de sus extremidades esparcidas por la cama; me levanto quedado sentada y la observo buscando alguna manera de despertarla hasta que me doy cuenta que duerme con la boca abierta y esta botando baba...
¿Qué rayos?
Hago una mueca de asco.
Esa almohada es mía... Bueno, no importa después le cambio la funda.
-Gabriela despierta- le muevo el brazo con algo de fuerza y como he aprendido a lo largo de los años, efectivamente esa es la mejor forma de despertarla. No tardó mucho despertarse y comenzar a moverse.
-Mmmmm, hola – dice al verme con los ojos algo rojos y uno más cerrado que el otro; en realidad lo comprendo, nos acostamos a las 4 de la mañana.
Le sonrió levemente mientras siento cómo uno de mis ojos se cierra más que él otro debido al sueño – Vamos, levántate, vamos a orar.
Ella cierra sus ojos mientras sonríe con cansancio – Esta bien – dice para de un impulso sentarse y luego de otro levantarse completamente, para después de un gran bostezo dirigirse al baño.
(...)
-Bueno, normalmente en la mañana pido de manera más específica, pido por lo que me preocupe, por lo que quiero que me pase en el día, lo que necesito o por lo que otras personas quieren o necesitan. Al principio de seguro te costará durar tiempo orando, pero así normalmente comenzamos, primero 5 minutos luego 10 e incluso quizás hasta una hora, pero eso lo da la práctica y cuando uno se va soltando, cuando aprendemos todo lo que podemos pedir, agradecer o simplemente hablar; cuando uno se da cuenta de ello, una hora puede parecer poco – le digo y ella asiente procesando todo – Ven – Me levanto de la cama agarro dos almohadas y las coloco en el piso justo al lado de la cama. Me arrodillo en una de ella y le indico que haga lo mismo en la otra, me mira un poco extrañada pero lo hace – A Dios le gusta que hablemos con él arrodillados, es un forma tanto de respeto como de mostrarle que sin él no somos nada, nos humillamos a solas frente a él y el nos exalta fuera frente al mundo – frunce el ceño mientras piensa y asiente dudosa.
¿De verdad esta comprendiendo todo lo que le he dicho?
Bueno, supongo que hace el intento de entender pero hay cosas que le parecen extrañas; pero bueno, ella ya comprenderá cuando lo viva y experimente todo lo que le he dicho.
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La vida de un Cristiano
Teen FictionEsta es la historia de una chica llamada Alexandra de 16 años de edad; que toma la decisión de cambiar su vida al volverse cristiana evangélica, pero ¿Quién dijo que sería fácil? pero también ¿Quién dijo que no valía la pena? Es una adolescente, c...