POV Alexandra
-Y... ¿Qué te pareció? – le pregunté a Maximiliano una vez que ya estábamos frente a mi casa, ya habíamos dejado a Darón y Gabriela se había bajado dejándonos solos unos momentos en el que aproveché para hacerle la gran pregunta, aunque estaba casi 100% segura de cuál sería su respuesta.
Él se llevó una de sus manos a la barbilla mientras hacía el gesto de pensar unos segundos para después mirarme y sonreír – Me encantó – sentenció terminando con una sonrisa que dejaba ver sus dientes.
Mi cabeza se inclinó por inercia y lo contemple; se veía reluciente y eso me contentaba, y aún más sabiendo que cuál era el motivo – Me alegro – mi voz salió aterciopelada sin dejar de mirarlo con una sonrisa cerrada.
Nos miramos unos segundos y no pude contener las ganas y lo abrecé, él respondió el gesto con gusto y soltándose del cinturón de seguridad para tener más libertad; sonreí divertida y lo abracé con aún más fuerza.
¿No me podría quedar aquí para siempre?
-Ahh, pero si hubo algo que no me gustó – soltó de repente y corte la acción para mirarlo a los ojos un tanto preocupada, sentimiento que no mejoró cuando lo vi mirando hacia un lado, serio y pensativo.
-¿Qué cosa?
-Ese tipo – respiré profundo y solté el aire sonriendo levemente, ya sabía a quién se refería; al oportuno y muy cuerdo Daniel - ese tal... ¿Damel?- solté aire con gracia al ver que no se recordaba el nombre más él se mantuvo serio y me miró de la misma manera – No me gustó que te estuviera viendo tanto – mi sonrisa se agrandó más él siguió mirándome igual – Es enserio Alexandra, si se te llega a acercar demasiado o te dice algo, tú me lo dices; no importa que sea; trata de alejarte de él, no me gusta que esté cerca de ti.
Sonreí con ternura, su preocupación e irritación eran palpables y sin saberlo, había pegado justo en el blanco con eso de que debería alejarme de él y creanme que lo haré.
¿Debería contarle lo que pasó?
Bueno no... No es necesario, ya le dejé en claro que tenía novio ¿no?...
¿Pero qué pasaría si a él le pasara lo mismo?
Le salto encima a la tipa.
¿Te gustaría que te lo dijera? ¿no?
Si.
.
.
Ya entendí el punto.
Respiré profundo y traté de pensar en que decirle exactamente; esas discusiones conmigo misma eran muy extrañas, aunque normalmente me ayudaban a elegir la mejor opción... Si... Era una buena consejera.
-Ahmmm – comencé a decir y me rasque un poco el cuello con incomodidad – Hablando de eso - él frunció el ceño y me miró atentamente, dirigí mi vista a sus ojos y respiré profundo – Bueno...
-¿Qué te hizo? – su voz salió grave y seca; veía que apretaba su mandíbula con fuerza y su rostro era completamente serio.
Sonreí levemente tanto porque me encantaba ver su preocupación por mí como porque quería que se relajara – No fue la gran cosa, enserio.
-Alexandra – su voz se escuchó de la misma manera, dándome a entender que quería que le dijera lo que había pasado.
Respiré profundo – Bueno, solo... se me declaró...
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La vida de un Cristiano
Подростковая литератураEsta es la historia de una chica llamada Alexandra de 16 años de edad; que toma la decisión de cambiar su vida al volverse cristiana evangélica, pero ¿Quién dijo que sería fácil? pero también ¿Quién dijo que no valía la pena? Es una adolescente, c...