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❛no era nada personal❜
SI TUVIERA QUE DESCRIBIR EL CAMINO HACIA EL TRISKELION, usaría tan solo una palabra: incomodidad. Aunque, posiblemente, si me lo pensara más, le seguiría un largo repertorio de adjetivos que describiesen el estado de ansiedad en el que me encontraba. Estaba confundida porque no sabía qué pasaría a continuación. Querían que Steve hablase con Pierce sobre lo de Fury y también habían solicitado mi presencia, pero por suerte Steve se encargó de que eso no se cumpliera, pues no estaba en buen estado ─mi aspecto físico hablaba por sí solo─ y él podía mantener la conversación a solas. Se lo agradecí internamente mientras lo acompañaba hacia el despacho de Pierce, donde éste se encontraba hablando con Amanda, vestida de traje y bien peinada. Fruncí el ceño, pues Steve también estaba en su traje ─algo más innovador y estético─ de barras y estrellas, con su escudo en la espalda. Yo, en cambio, solo me había cambiado la camiseta y cepillado el cabello. La elegancia.
Pierce y Amanda se percataron de nuestra presencia y cesaron la charla que estaban manteniendo.
─Capitán Rogers -le saludó ella mientras pasaba por su lado.
─Vecina -escupió él con dureza sin siquiera mirarla.
─Sobrina nieta -comenté yo, ganándome una mirada por parte de Steve- Te esperaré aquí.
─No tardaré -me aseguró, pasando de mirarme a mí a mirar a Amanda-, aún tenemos cosas de las que hablar.
Supe a qué se refería, pero no puse objeción alguna, pues en el fondo tenía razón y derecho a conocer qué relación mantenía con Amanda. Aunque creo que ya era evidente. Esta, cuando los dos hombres se encerraron en el despacho y el pasillo quedó despejado, se acercó y se sentó en un sillón a mi lado.
─Tienes un aspecto horrible.
─Sí, bueno, ha sido un día algo ajetreado -bufé apoyando el mentón sobre mis manos- No sabía que el siglo XXI podría cansarme tanto.
─Eso que has estado décadas durmiendo -comentó, ganándose una fría mirada por mi parte- Lo siento.
─Esto ahora se va a complicar, Amanda -le expliqué. Miré en ambas direcciones con disimulo por si acaso aún quedaba alguna persona, pero el pasillo estaba vacío- Las cosas van a cambiar en Shield, ¿me entiendes?
Ella asintió ante el murmuro de mi voz, dando a entender que conocía la situación que se avecinaba. Vi fidelidad en su mirada, vi esa cabezonería con la que yo miraba a mi hermana o a Steve dispuesta a seguirlo a las fauces de la muerta aunque me hubiesen advertido de lo peligroso que resultaría. Vi una aliada.
─Tienes que tener cuidado -le pedí- Esta gente es peligrosa y harán lo que sea para...
─Sharon -me interrumpió- Tranquila, sé cuidarme las espaldas.
