Capítulo 1

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(Laura Green en multimedia)

ATENCIÓN:

Esta historia no es mía, pertenece a la autora Catherine George. Lo único que he puesto yo, son los modelos/actores que interpretan a los personajes de la historia, pero el resto ya sea la escenificación, los nombres y acontecimientos que transcurren a lo largo de la historia son de la autora ya mencionada.

Sin más dilación espero que os guste esta nueva historia, la cual a mí personalmente me conquistó desde que la leí por primera vez.

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Narrador omnisciente:

El vuelo de Heathrow fue puntual. Por lo menos eso lo agradecía. Si otro hombre, o mujer, le hubiera pedido que fuera en persona a esperar el avión, se habría negado. Con impaciencia paseó la mirada por los viajeros que llegaban al vestíbulo del Marco Polo. Había muchas mujeres jóvenes y rubias, pero ninguna de ellas parecía viajar sola. Entonces vio a una mujer sola que avanzaba apresuradamente en su dirección mientras arrastraba una maleta pequeña con ruedas.

Podría ser. Entrecerró los ojos. Llevaba un sombrero de algodón blanco bien calado y grandes gafas de sol, pero era joven, menuda y tenía una trenza rubia.

— ¿Señorita Green? —Dijo, adelantándose para interceptarla.

Ella se volvió con cierto recelo.

— ¿Sí?

—Bienvenida a Venecia —Hizo una leve inclinación— Soy Domenico Chiesa, del grupo Forli. El señor Lorenzo Forli, el presidente, me ha pedido que venga a recibirla.

Ella sonrió con sorpresa.

— ¿De verdad? Qué amabilidad la del señor Forli.

<<Mucha más amabilidad la mía>>, pensaba él con irritación.

—Vamos. Necesita un billete para el vaporetto —La condujo apresuradamente a la taquilla, cerca de la salida—. El barco número uno está a punto de salir —compró un billete y se lo pasó, junto con un croquis donde le había dibujado la ruta desde la Plaza de San Marcos hasta su hotel—. Esto la ayudará a encontrar el Locanda Verona, señorita Green.

—Gracias. Y adiós.

—Siento... —Empezó a decir él, pero ella ya avanzaba apresuradamente hacia el muelle.

Echó a correr tras ella. Le iba a decir que estaba demasiado ocupado para hacer el viaje con ella; pero parecía que la señorita no había esperado, ni deseado, que él hiciera eso. Su mirada de ojos oscuros se ensombreció mientras se montaba en un barco taxi. Se había visto obligado a abandonar una situación muy peliaguda en el trabajo para ir al Marco Polo, pero había llevado a la señorita Green hasta el vaporetto correcto y le había señalado cómo ir al hotel donde él mismo le había reservado habitación. Sin embargo, sus expresiones de gratitud habían sido todas para Lorenzo Forli, que sólo había dado las órdenes desde la central de la empresa en Florencia. Allí en Venecia, la señorita Laura Green había prácticamente ignorado al hombre que se había tomado un tiempo que no le sobraba para ir a recibirla.

Sin saber que lo había ofendido, Laura consiguió encontrar un hueco libre junto a la barandilla del vaporetto desde donde las vistas eran muy buenas, agradecida a Lorenzo Forli de que le hubiera organizado aquel viaje a Venecia. Sabía por la guía que ese barco en particular avanzaba por el Gran Canal lo suficientemente despacio para que los pasajeros pudieran apreciar la arquitectura de los palacios y edificios antiguos. ¡Qué maravilla! Era la primera vez que visitaba Venecia, sin embargo todo le parecía extraordinariamente familiar, como si hubiera estado antes allí. Esa sensación la tenía por la influencia de los medios de comunicación, ya que Venecia era la ciudad más filmada y fotografiada de todo el planeta.

Pasión en VeneciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora