POBRE CUPIDO [Pausada]

Diosa Irresistible ¡Enseñame!

Diosa Irresistible ¡Enseñame!

Otra vez me tengo que arreglar para salir un momento, no me parece lindo salir tan seguido, me abruma ver a demasiadas personas en tan poco tiempo pero si no hay opción...

El clima es agradable, afuera llueve en esta ocasión es lluvia sin aire, así que me tomo la libertad para abrir la ventana; me gusta oír la melodía que ofrecen las gotas de lluvia al caer, me hacen sentir tranquila.
Esta es la suma perfecta para un hermoso atardecer : un anaranjado cielo lleno de luces y el impactante aroma de la lluvia.

Oh si... Casi olvido decir que ocurrió. Después de comer mi tía Berenice parecía contenta, supongo que sus nervios bajaron, después de sentirse más tranquila. Volvió su habitual y hermosa sonrisa que encantaría a cualquier hombre.

Sus carnosos labios color rojos, su ruborizadas mejillas y sus grandes ojos brillantes lucen perfectos en el escultural cuerpo que tiene; muchos se sorprenden al oír que tiene más de treinta años; parece mentira, siempre que salgo con ella aparece algún nuevo pretendiente, siempre es lo mismo «fue amor a primera vista» pero como es de costumbre ella siempre los rechaza.
¿Quién lo diría?, con la cantidad de hombres detrás de ella sigue soltera, bueno... hoy la vi enojada, tal vez me sorprenda algún día.

A comparación de mi tía parezco algún tipo de experimento fallido. Creo que fui creada con azúcar, flores, y muchos colores, pero falto la sustancia X, por esa razón me tiraron al mar, ahí mis padres me encontraron y adoptaron. Eso es lo más creíble.

Soy tan pálida que doy risa, puedo pasar horas bajo el sol, y solo obtendré más pecas en mi nariz; mis delgadas piernas, algún día se van a desprender y correrán lejos de mi existencia. Claro ¿quien no quisiera huir en momentos así?.
En ocasiones, frente el gran espejo de mi habitación, me veo sin ropa, analizó cada parte de mi cuerpo y busco cuales cosas resaltan, un ejemplo es mi muy delgada figura, aunque no tengo muchas curvas, me siento aliviada ya que no es necesario que haga rigurosas dietas o horas de ejercicio para poder comer lo que desee. También amo mi pequeña nariz de botón y mi alocado cabello, nunca e comprado un lindo accesorio para el, los que me regalan siempre son destruidos por mis salvajes rizos.

- Cereza, no tardes por favor.

Es mi tía quien llama a la puerta de mi habitación, preparó una noche divertida para nosotras dos, por eso cambie mi pálido vestido rosa por uno más azul y atrevido, si saliera con ese horrible color a la calle parecería una blanca mancha entre todo el mundo.

- Tía, ya estoy lista ¿me puedes ayudar? - le grito mientras abro la puerta.
Al entrar frunce el rostro - ¿estas segura? Si tu mamá se entera de que yo, tu responsabilidad tía te deje salir con algo tan... "atrevido", me mataría. -Sí, incluso quería que me ayudaras un poco con el maquillaje. No te preocupes, llevare en persona tus flores favoritas a tu entierro.

Resignada me sonríe, y de su maleta saca un... No recuerdo como se llama, ah... si, un estuche de maquillaje.
Hizo diversas cosas, usaba una brocha, sacaba otro color y volvía a comparar tonos, tardó un poco, cuando terminó el cielo ya se veía obscuro.

Bajo corriendo las escaleras, de seguro busca un paraguas como loca entre sus cosas una paraguas.
- No es necesario, mira ya paro la lluvia, y las nubes se esfumaron del cielo.
- Me gustaría llevar uno, por si vuelve a llover ¿me puedes prestar uno?. Ese negro estaría bien. - señaló al paraguas negro de mi papá en la entrada.
- No lo creo, es de mala suerte, siempre que alguien lo toma le sucede algo "extraño". no querrás que te alcance un rayo ¿o si?.

Su mirada se torno gris, la reconozco, volvió a su pasado, dije algo que le trajo un mal recuerdo.

- ¿estas bien?
- S... Sí. Tienes razón, no lo necesito, vamos, ya es tarde.