nada

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Yo no era nada. Me sentía una basura, una porquería. Lloraba por todo, mi ánimo subía y bajaba constantemente. ¿Qué podía hacer? Me habían hecho tanto daño, y yo sólo me comparecía. No hablaba, no reía, nada era diferente a ser un fantasma. Sólo que yo me excluía a mí mismo de los demás.

¿De qué sirve tener amigos? Después de todo, ellos te van a traicionar ¿no? La felicidad ya no existía, la soledad me consumía. Sólo podía quejarme internamente de todo lo que me rodeaba. Me avergonzaba de lo que provenía de mí; desde mi cuerpo alto, mi voz aguda, hasta mi personalidad extraña. Me daba miedo ser excluido, aunque nadie quisiera hacerlo.

¡Todo era mi culpa! Yo era el único que quería ser excluido, yo era el único que pensaba atrocidades sobre mí. Yo era el único que se odiaba completamente. No diré que fue culpa de otros, estaba en mis manos creer o no lo que dijeron alguna vez de mí, ¿no? Pero aun así, me daba miedo. ¿Y si en verdad fingían querer ayudarme? Estaba asustado de ser traicionado, le tenía terror a la palabra ayuda.

No sabía si sentirme satisfecho con el "yo" que había creado en los demás. Pude haber llegado y actuado de otra manera, pero eso sería imposible con mi mentalidad actual. ¿Qué culpa tenía? Yo tenía miedo, sólo eso. Esa era mi excusa favorita ¿Y sí se burlaban de mi inseguridad al exponerla? ¿Se enojarían conmigo por sentirme de esa manera? La respuesta era un simple no. Sólo tenía un "amigo", no sabía confiar, no sabía tratarlo. Soraru-san, perdóname. Tengo miedo de que te burles de mis inseguridades, tengo miedo de que te rías de mis estúpidas quejas y sentimientos. Tengo miedo de que te alejes y me abandones, quedarme solo y no poder acostumbrarme nuevamente a la soledad.

Por favor, perdóname, me duele el pecho. Ya no podía fingir no tener sentimientos, ya no podía fingir que mi exclusión artificial no me afectaba. Yo sólo quería ser una persona normal, sólo quería reír. Yo solo quiero ser feliz, Soraru-san. ¡Pero con estos sentimientos no puedo! Un nudo en mi garganta se forma, siento tanta vergüenza de que, ahora que lo sabes todo, me mires con desprecio y asco. Todas las mentiras que habían sobre mí, me afectaron tanto hasta dejarme seco. Me hicieron ocultar mi verdadero yo. Ya no sé quién soy. Soraru-san, ayúdame. Eres lo único que tengo.

Ahora que mis sentimientos se han reducido a nada, ahora que mis lágrimas se derraman como siempre, cada vez más tibias y saladas. Ahora que siento la soledad carcomer mi cuerpo. ¿Me ayudarías una vez más?

Soft | soramafuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora