✴️ Citrus One-Shots.~
" Donde Yuzu es pasiva - activa, tiene bikini, es una Diva, va con todo y Mei... Mei es Mei. "
Los One Shots no me pertenecen, están bajo nombre de su respectivo autor.
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No había podido evitar sentirse a morir cuando escuchó como la dueña de su afecto lloraba abrazada a aquel oso de peluche café que le había obsequiado su padre meses atrás.
Después de todo Yuzu sabía de sobra que Mei a pesar de lo mucho que se esforzaba por parecer una chica ruda en el fondo era sólo una pequeña niña. Una muy asustada.
Miró por la ventana y observó las estrellas que brillaban con más fuerza que cualquier otro día que ella recordara.
Sintió como el colchón que compartían se movió cuando Mei se incorporó y también sintió el frío le recorrió de pies a cabeza cuando Mei salió de la habitación y dejó la puerta entreabierta.
¿Debería seguirla?
No sabía muy bien el motivo que la impulsó a seguirla; quería decirle que todo estaría bien, que sea cual sea su preocupación ella estaría ahí para ella porque la necesitaba. Necesitaba verla al irse a dormir y despertarse a su lado, necesitaba que ella la besara por sorpresa y sobre todo necesitaba verla sonreír. Quería acompañarla cuando el abuelo fuera incapaz de dirigir el colegio y estar a su lado cuidando de él tal y como Mei quería.
Y si para eso debía sacrificar sus sueños y ambiciones lo haría. Lo haría porque Mei era ahora su nuevo sueño. El poder construir un futuro juntas en el cual no deban preocuparse por el que dirán de la gente.
-Mei -La llamó asomándose al baño, sin obtener respuesta alguna. -Mei -La llamó una vez más en un susurro, no quería despertar a su madre. Observó casi con terror como la puerta principal estaba entreabierta ¿Y si Mei había huido de nuevo? Con esa pregunta rondando en su cabeza salió como bala a buscarla, y casi le da un infarto al abrir la puerta completamente para salir miró como la chica de cabellos oscuros estaba sentada plácidamente mirando a las estrellas.
-¡Mei! -La llamó un poco más fuerte.
-Salí a observar el cielo.
Yuzu no dijo nada, sólo la rodeó para poder verle a los ojos en los cuales quedaban rastros de lágrimas.
-Estabas llorando -Le afirmó, Yuzu odiaba verla llorar, odiaba lastimarla pero si quería ayudar tenía que identificar el problema primero.
Mei sólo le sonrió y Yuzu pensó por un instante que tal vez Mei no lloraba de tristeza, pero ¿por qué lloraba entonces? Claro, era sensible pero no lloraba por cualquier cosa.
-¿Te sientes bien?
La única respuesta que recibió fue sentir los labios de Mei sobre los suyos un instante y el tiempo suficiente para que Yuzu no pudiera atraparla en un abrazo. Dejándola confundida la menor de las hermanas regresó al interior de la casa cerrando la puerta tras de sí.
Ahí fue donde se dio cuenta de que tal vez nunca entendería a Mei, pero estaría a su lado aunque ella no lo quisiera, después de todo la necesitaba...
