CAPITULO 5

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Cuando aterrizamos en Londres ya eran las siete de la mañana. Yo estaba exhausta, en el avión no pude dormir nada.

Mi cabeza iba a mil por hora haciéndose preguntas que necesitaban desesperadamente una respuesta.

Obviamente no me animé a hacerlas, ya que yo no conocía a mi tía lo suficiente como para saber si iba a tomarse en serio mi pregunta o si simplemente no la iba a responder. Admito que me inspiraba confianza pero no era como tenerlos a ellos... mis padres.

Al bajarme del avión me sorprendió ver a un señor, vestido con un traje negro, gorro y gafas agitando la mano y diciendo nuestros nombres.

En ese momento me sobresalté. ¿Acaso mi tía era alguna clase de millonaria o algo así? Si era así me sorprendía que mi madre no me haya platicado nada. Porque es algo que se les cuenta a los hijos ¿no?

Mi tía notó que no la seguía y se dio vuelta

Clere:- Lena cariño, ¿Te encuentras bien?-

No sabía que responder, así que me limite a asentir y seguir a mi tía hacia el hombre de traje negro.

Clere:- Hola Andrew, te presento a mi sobrina, Lena Moratz.
Luego de decir eso mi tía saludó al hombre llamado Andrew, y le dio nuestro equipaje.

Andrew: - Buen día Lena, mi nombre es Andrew y soy el chofer de tu tía. Ahora también seré el tuyo- Dijo amablemente.

Me quedé en estado de shock.

¿Mi qué? ¿Chofer?

Mientras que yo estaba totalmente confundida, mi tía simplemente asentía y seguía a Andrew.
Luego de unos segundos reaccioné y los seguí.
Subimos a una camioneta negra, aparcada enfrente del aeropuerto.
Luego de un largo e incómodo silencio,al menos para mí, tomé coraje y hablé 

- Clere... tengo una pregunta... ¿vos sos como una millonaria?... ¿o algo parecido?-

Ella se limitó a mirarme dubitativa.

Clere:- Algo por el estilo corazón-

No respondió mi pregunta pero estaba demasiado cansada para insistir.

El resto del viaje fue silencio puro...

Aparcamos adelante de una casa enorme, era mucho mas grande que la mía y eso que eramos tres...

Cuando entramos mis ojos no podía  creer lo que estaban viendo. Todo era tan lindo y sofisticado.

Luego de unos segundos me percate de que Clere comenzó a hablar.

Clere: -¿Qué te parece mi amor?-.

-Me encanta tía, tienes una casa muy bella- Dije con una sonrisa sincera.

Clere: -"Tenemos" una casa muy linda- Dijo con voz dulce.

-Gracias Clere, en serio te lo agradezco- Dije con una sonrisa aún más grande que la anterior.

Clere: - No hay de qué corazón, ahora ve a instalarte. Tu cuarto es el de la izquierda. Ya le avisé a Andrew que subiera tus maletas-.

Yo asentí ,agradecida de que me diera mi espacio.

Subí y no me fue muy difícil encontrar mi cuarto. Estaba pintado de violeta y tenía todos los muebles blancos y una mesita con una estantería de libros. Era hermoso, la tía Clere estaba en todo...

No aguanté el cansancio y me desplomé en la cama. Luego le agradeceré por todo.
Me quedé dormida pensando en lo que iba a significar un cambio como este.

Me desperté sobresaltada por el el ruido de mi móvil. Me fije la hora, ya eran las cuatro de la tarde. Sí que había dormido.

Tomé mi móvil y vi las seis llamadas perdidas de Chloe. Me olvidé de avisarle que había llegado y que me encontraba bien....

Luego de unos minutos decidí que iba a llamarla más tarde, todo esto era demasiado para mí, y no sabía si podría contarselo a alguien hasta que yo pudiera decirme que todo esto era real, sin miles de preguntas como... ¿por qué mi madre nunca me habló de nada de esto?

Mi cabeza daba vueltas y vueltas, así que me dispuse a desempacar. Necesitaba distraerme.
Cuando toda mi ropa estaba en su lugar, agarré un libro y encontré una foto de mí y de mis padres cuando nací.
Abracé la foto contra mi pecho lo más fuerte que pude y me permití llorar.

Luego de un par de horas alguien golpeó mi puerta.

Clere:- Lena cariño, ¿puedo pasar?-

Sequé mis lagrimas lo mejor que pude.

- Sí tía, pasa- Dije con la voz más tranquila y no tan rota.

La tía Clere pasó y se sentó en mi cama junto a mí.

Clere: -¿Te sientes mejor? ¿Quieres que te prepare algo de comer...?-

-No gracias tía... quería agradecerte por todo esto... en verdad gracias- Dije evitando las lagrimas.

Clere: - No hay de qué- Dijo acariciándome mimos en la pierna. 

Pude notar que se le escapaba una lágrima

- Tía, ¿te encuentras bien?-

Clere: -Sí, es que... tengo que decirte algo-

-Dime - Dije pensativa.

Clere: - Ya sé qué es muy apresurado, pero... el juzgado no me dio elección...- Dio un largo suspiro- Mañana empiezas la escuela, Lena- Terminó la oración con una lágrima.

Me quedé paralizada.

Una escuela nueva, esto no podía estar pasando en tan poco tiempo. Un par de lágrimas amenazaron con caer pero las contuve.

-¿Por qué?- Dije evitando gritar.

Clere: - Ya te dije no tenía elección... dicen que es lo mejor para tu educación, que termines tus estudios sin retrasarte-.

Estaba indignada, ¿desde cuando otros sabían lo que era mejor para mí? Después de unos minutos Clere prosiguió.

Clere: - Hice este acuerdo con el juzgado para que vos no pases todo el horror del juicio- Dijo con voz comprensiva. Ella lo hizo por mi bien.

Me sorprendió ver lo mucho que la tía Clere se preocupaba por mi... pero a pesar de todo  yo sabía que delante del juzgado mi opinión no contaba, me sentía tan insignificante.

-Claro tía- Dije luciendo mi mejor cara de póquer.

La tía Clere se limitó a asentir, levantarse e irse.
Y me quedé sola pero esta vez no me iba poner a llorar. Iba a ser fuerte por mi, por ellos.

The Life that I Didn't Expect Donde viven las historias. Descúbrelo ahora